Ultimo suspiro

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Hace mucho tiempo en un lugar vacío de mi corazón, conocí por primera vez a mi gran amor. Aquel que te saca más de mil suspiros, aquel que te deja sin aliento, aquel que no sabes como describirlo. Bueno, así. Me encuentro sentado en una de las magnificas plazas de mi hermosa ciudad. ¿Por qué digo que es hermosa? Razones me sobran. Te veo sentada en una escualida silla de madera. Triste, solitaria, con la mirada perdida en el vacío. Y caí en cuenta que eras muy peculiar. Tu rostro era como una fina porcelana, la cual si tocas tienes el gran temor de romperla. Tus labios se ven más hermosos que todos los demas que había visto. Y creeme he visto muchos. Mi pasión es dibujar rostros. Y allí, sentando en la penumbra de aquel gran arbol que me acompaña en mis días tristes, empecé a trazar lineas sin ninguna intención. Pero al igual sentia que era mi deber dibujar. Dibujar aquel rostro tan hermoso que estaba contemplando. Y así, tu rostro quedo plasmado en aquel lienzo, que hace unos momentos estaba sin vida alguna y sin ningún proposito. Mis manos rozaron aquel hermoso dibujo. Sentí el deseo innato de acercarme a tí y entregartelo como un regalo para una hermosa persona como tu. Pero al levantar la vista, ya no te encontrabas allí sentada. Y mi corazón se derrumbó. Solo así supe, que, si no aprovechas las oportunidades que te da la vida, pierdes. Pude haber hablado contigo en el momento en que te ví, pero no lo hice.

Y me arrepiento de haber hecho aquello

Memorias de un EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora