Solo una cita

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Bebía mi café sin disfrutarlo en su totalidad, estaba pensativo, despues de esa breve charla con el chico ingles -que era sumamente agradable por cierto- no entendía mucho su insistencia sobre "pertenecer" en la vida de Tweek, hacerme un espacio significativo en su vida sonaba algo complicado, y a decir verdad con la personalidad que se cargaba tal vez sería mucho peor, aun así estaba convencido de que... enamoraría a ese chico de ojos esmeralda.

-¿Entonces está en el hospital? -preguntó el castaño ya despues de haber platicado lo sucedido.

-Si, espero no sea nada grave -dije con un malestar notable entre palabras.

-Tal vez y el chico te esté mintiendo.

-No lo creo, algo en su mirada me demostraba sinceridad, como si... estuviera suplicando internamente que deseaba que  me esforzara en intentarlo con Tweek.

-Tweek suena a un huraño en todos los sentidos.

-Tal vez lo sea por alguna razón -comentaba cabizbajo empezando a realizar el inventario que tenía pendiente entre mis manos.

-Me suena a que tuvo algún mal de amores -tomó una franela y limpiaba los estantes- como si alguien lo hubiese dañado muchisimo antes y ahora no confíara en nadie.

-Posiblemente sea eso.

2 atardeceres mas fueron suficientes para que el chico rubio y cabellos despeinados se hiciera presente en su trabajo, fue un día lunes en el que pude visualizar desde el ventanal de la florería como el pequeño y delgado cuerpo caminaba a paso rapido con el maletin que siempre cargaba colgado del hombro izquierdo, abrirse paso hacia adentro, el vibrato ritmico que provocó entre mi corazón y pecho fue indescriptible, manos sudadas, cuerpo tembloroso y un maremoto de emociones en mi cabeza, solo una parte de las sensaciones que ese rubio provocaba sobre mi.
Y a pesar de ahora saber que se encontraba bien, tenía mis dudas si lo correcto era aparecerme y saludarlo, porque el temor a su constante rechazo; debo admitir, me desanimaba colosalmente, pero si no lo llevaba a cabo, todo se quedaría en simples y mundanos sentimientos reprimidos, no había forma de que eso pasara, tenía que arriesgarme.

-Buenos días bienvenido -saludó amablemente la voz inglesa que anteriormente había tenido el gusto de escuchar- Oh, eres Craig ¿cierto? -preguntó ya con una sonrisa dibujada en su tierno rostro.

-Hola, si, soy yo -saludé con la mano- quería preguntarte si haz visto a Tweek.

-Si, Tweek regresó hoy a la cafetería, se encuentra en la parte trasera, creo que planea hornear.

-Bueno -mis mejillas comenzaron a sentirse acaloradas- entonces no quiero molestar mas, me gustaría que lo saludaras de mi parte si no te molesta.

-Creo que sería mejor idea si lo saludas tu mismo.

-No no es necesario -antes de terminar la frase el rubio se dió media vuelta y se alejó rumbo a la cocina.

Estaba hecho un manojo de nervios, y es que aparecer de esa forma significaría un nuevo rechazo del ojiverde, sin embargo, lograba visualizar desde el alcance que tenía desde el mostrador, como el chico ingles conversaba con Tweek y este ultimo parecía sumamente apenado, con mejillas coloradas y el delantal que llevaba puesto; lucía aterradoramente lindo.
El mas pequeño tomaba la  mano del pecoso, este intentando resistir a su llamado, hasta que al final fue arrastrado hasta afuera.

-Hola -pronuncié a lo bajo viendo como Tweek cargaba con un semblante irritado y avergonzado.

-Hola -respondió secamente.

-Craig vino a buscarte y a preguntar por ti, hace 2 días tambien lo hizo, pienso que tal vez deberían platicar ustedes 2 -el inglés sonrió malisiosamente y se alejó de la escena.

-¿Que haces aquí? -el rubio preguntó casi en un susurró mientras en su rostro se divisaba una real molestia.

-Yo... estaba preocupado por ti, no te había visto que vinieras a trabajar y me tomé el atrevimiento de consultarlo con tu amigo -las palabras que emanaba como "una explicación" eran dichas con cierto arrepentimiento, pues sabía a mis interiores que justo esta situación pasaría.

-Pip, se llama Pip -Tweek lanzó una mirada acusadora sobre el otro rubio que se encontraba limpiando las mesas del establecimiento- tal vez te lo ganaste a el, pero eso no significa que puedas venir así como así preguntando por mi.

-Esta bien, entiendo -expresé con tono seco y cortante.

-Bien... -sus mejillas fueron pintadas con un leve tono rosado- ahora vete -pronunció de brazos cruzados señalando la salida.

-De acuerdo, adios -finalicé dirijiendome a la puerta.

-¡Por favor Tweek! -el grito de el rubio ingles se hizo escuchar entre el silencio- una maldita cita, solo una -sentenció llevando toda su severa atención contra su amigo- despues de conocerlo podrás juzgarlo, mientras no.

-Agh... -el rubio ojiverde gruñó- Jesus...

-Si no quieres no tienes que hacerlo -mencioné con un atisbo de incredulidad.

-Esta bien, ngh, de acuerdo, una cita, solo una -Tweek mostró su dedo indice acompañando sus titubeantes palabras- despues de eso, no más.

-Me parece bien -sonreí de lado.

-¡Sí! -la felicidad de Pip no se hizo esperar.

Una sola cita bastaba, estaba seguro de mi mismo, despues de la cita, Tweek no me dejaría ir de su lado.

El cuarto café de la avenida [♡Creek♡]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora