Capítulo 3

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Cuatro años después







JungKook había notado como su vida había cambiado al paso del tiempo. Ahora asistía al instituto, había dejado la escuela atrás. Había cambiado levemente, su cuerpo era más largo y su voz más suave, ya no era aguda. Odiaba pasar por la etapa de la adolescencia, todo era demasiado confuso. La estapa le parecía un asco. Habían dejado de gustarle ciertas cosas y ahora le resultaban aburridas y sin gracia. Le gustaban las cosas ahora que de pequeño no le atraían. Su personalidad no había tenido demasiados cambios, seguía siendo dura y sería. A diferencia de antes, había aprendido a convivir con sus compañeros, había que aclarar que aunque la mayoría eran idiotas, sólo unos cuantos usaban el cerebro. Al menos los soportaba.

La relación con el castaño se había consolidado. Admitía dentro de sí que era su único amigo. Se lo había ganado. A difencia de él, el castaño consiguió hacer muchos amigos y era bastante popular. A veces dejaba de lado a JungKook, pero a él no le importaba, sabía que no lo hacía adrede y de vez en cuando le encantaba tener tiempo consigo mismo. Tampoco podía exigir atención cuando no era su único amigo. Eso le daba una especie de respiro.

Sus visitas a la casa de los Jeon seguían siendo constantes, sobre todo para visitar al pequeño Jeon. Luego se entretenía junto a JungKook y hacían cosas conforme a su edad. Como jugar videojuegos, ver películas y hablar de chicas. Más el castaño que JungKook ya que que no le interesaban mucho. Aún la etapa no le había llegado. Escuchaba a su amigo relatar su vida amorosa. Era muy popular entre las chicas. Era gracioso dado que TaeHyung era igual más ingenuo que él. No perdía esa esencia infantil por lo que oírlo hablar de chicas era divertido. No siempre hablaban de eso, en realidad eran contadas las veces.

Se encontraban en la habitación del peli negro, TaeHyung. Habían tenido una clase intensa de deporte, no le extrañaba que su amigo estuviera casi muerto. Era muy perezoso cuando se trataba de ejercicio. Lo observó dormir durante unos segundos para luego levantarse de su lado e ir a buscar algo para comer. Al abrir la puerta de su habitación se encontró con que...

—Kookie.—JiMin estaba sentado en suelo frente a la puerta de su habitación alzando sus brazos para que lo cargara.

—¿Pequeño, qué haces ahí?—lo cargó, cerró la puerta de su cuarto sin hacer mucho ruido y se dirigió con el pequeño entre sus brazos hasta la cocina. Lo sentó en la encimera y se dio cuenta de los raspones en sus rodillas—¿Qué te paso aquí, cómo te hiciste eso?

Preocupado las tocó cuidando de no lastimarlo.

—Mamá...—susurró mientras bajaba la cabeza.

—¿Qué hizo?—aunque podía imaginarse el motivo quería que él se lo dijera.

—Vino a casa.—junto los deditos de sus manos mirándolas nervioso
—Ella n-nunca está así que cuando la vi le di un a-abracito de oso y m-me empujó. Estaba.. estaba en el jardín.

Siempre era lo mismo. No entendía la necesidad de su madre de lastimar al pequeño. Quería saber la razón injustificable de su rechazo hacia su propio hijo, apenas un bebé. No eran sólo los empujones sin motivos, también lo hería emocionalmente. Si antes sólo le tenía respeto, lo había perdido. Odiaba que lastimaran a su razón de vivir. Su hermano era importante y sagrado.

Nadie podía tocarlo.

JiMin era un niño extremadamente inteligente y suspicaz. Era ingenuo, inocente y adorable, además de ser un ángel bello y puro. No tenía sentido el repudio de su madre. ¿Qué culpa podía tener la pobre criatura que lo único que había hecho era nacer?

✝𝐓𝐡𝐞 𝐃𝐞𝐚𝐝 𝐒𝐨𝐮𝐥𝐬✝ 𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍◖𝐕𝐌𝐈𝐍◗𝐕𝐌𝐈𝐍𝐊𝐎𝐎𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora