Luces II

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-Ho-la...-pronunció con la voz temblorosa.
-Hola, Natalia. Qué sorpresa eh.-respondí riéndome.

Poco me duró el buen humor, porque detrás de ella apareció Julia. Mi rostro quedó totalmente desencajado. Ella me miró sonriente por primera vez en mucho tiempo y se abrazó a Natalia metiéndose por debajo de su brazo.

-¡Alba! ¿Qué tal?-dijo Julia, parecía que lo estaba disfrutando.
-Ah... ¿la conoces?-preguntó Natalia mirándola para después dirigir su mirada hacia mí.
-¿Qué si la conozco? Joder, es mi ex. ¡Pa no conocerla!

Natalia desvió rápidamente su mirada a mí, con los ojos abiertos como platos. Yo solamente pude tragar saliva. No entiendo por qué me puse así. Julia y yo no somos nada, tiene todo el derecho del mundo a estar con quien sea.

-¿No dices nada?
-Juls...
-¿Qué?
-Que qué quieres que diga. Somos mayorcitas. Lo hemos dejado y...
-Lo has dejado.-me interrumpió.
-No. Eso es cosa de dos cariño. Pero bueno, eso, que puedes hacer lo que te dé la gana. Tranquila que no me celo.-dije abriéndome paso entre ellas para entrar al baño.
-Alba.-me llamó Natalia antes de que cerrase la puerta.

Le hice un gesto con la cabeza para que me hablase.

-Voy a fumar.
-Muy bien, ¿y?-Ella soltó una carcajada.
-Nos vemos, rubia.

Y con una sonrisa de lado se marchó. Fue con Julia, que estaba más adelantada y no nos vio charlar.
Que momento más raro. No entiendo porqué estoy así, porqué me ha sentado mal. Supongo que al conocer personalmente a la persona con la que se ha liado Julia me ha afectado más. No sé.
Volví al reservado y nada más ver a Julia allí me di la vuelta y me fui. Justamente voy a escoger en el que estaba ella con sus nuevos amigos. Supongo que la chica que pude distinguir en el reservado era Natalia.
Atravesé todo el pub entre algún que otro empujón, hasta que me tiraron una copa encima. Era visto. Seguí mi camino hacia la salida y por fin llegué a ella.
El frío golpeó mi cuerpo de repente, por el contraste de temperatura entre el interior y el exterior.

-¡Rubita!

Me giré a la izquierda, en dirección a la persona que me había llamado y ahí estaba Natalia con su pitillo.

-Vente mujer, que no muerdo...- me acerqué a su lado y cuando ya me había apoyado en la pared continuó-...de momento.

Y se lanzó hacia mí haciendo una especie de rugido con la boca abierta. Salté en el aire del susto y ella no paraba de reírse.

-¡Nat!-grité dándole un golpecito en el brazo.
-Ohhh... que ya me has puesto un apodo cariñoso. Me encanta.
-Boh. Solo es un diminutivo de tu nombre flipada.
-Vale... Albi.-dijo con un tono de voz pijo.
-Mira me voy. No estoy de humor.-dije de farol girándome para marchar de su lado.
-No, no. Espera, perdón.-se disculpó agarrándome del brazo.

Me dio la vuelta para quedar frente a frente. Bastante cerca. Yo me aproximé más para situarme delante de su boca. Su mirada se dirigió instintivamente a la mía y sonriendo le susurré.

-Has picado.
-Estúpida.-dijo colorada dándome un pequeño empujón por los hombros.
-¿Te has puesto nerviosa, eh?
-¡Qué dices!
-Lo que oyes.
-Nerviosa te pones tú. Sino mira en el baño que carita pusiste al verme con otra.
-Eso es diferente. Es mi ex.-mi tono de voz cambió por completo y ella lo notó.
-Ay, perdón. ¿Lo llevas mal? Mira que solo fue una noche lo nuestro, te lo juro.
-Que va. No sé porqué me puse así, si lo llevo genial. De hecho es Juls quien lo está pasando mal y no quiere ni verme. Ya viste que cuando me tuvo que dar las llaves del piso apenas me habló y te miró fatal pensando que eras un lío o algo así. Mucho cambió la percepción hacia ti...
-Es que gano mucho en distancias cortas, ¿sabes?
-Boh.
-Vale, cortó el rollo... mira... emm... tal vez deberías centrar el foco en otro aspecto. Quiero decir que quizás no fue verla a ella salir del baño con alguien lo que te hizo sentir así, sino verm... nada.
-¿Qué quieres decir?
-Nada, olvídalo. Cosas de borrachas.-dijo dándole un último trago a su cerveza.

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