Llámame I

3.2K 148 16
                                    

Llamada entrante
-¡Buenos y resacosos días amiga!

Solté un quejido por el simple hecho de que no había dormido ni cuatro horas.

-¿Qué quieres Mari?
-Uy... que poca energía. Eso es que has follado cabrona. Que estabas cansada decías ayer... yaya.
-No digas tonterías. Me fui a casa.
-Sisi, si en eso te creo, pero, ¿con quién fuiste?
-A ver, ¿esto es un tercer grado o como va la cosa?
-Conteste a mis preguntas.
-Boh. Me vine directa a casa.-Ella resopló ante mi respuesta.- ¿Qué pasa?
-Nada. Es que te vi salir con una chica y pensé que habías triunfado. Que decepción.
-Pues ya ves chica. No era mi día.-dije riéndome para mis adentros.-¿Puedo volver a dormirme por favor?
-Sisi, marmota. Venga, nos vemos.
-Chao guapa.

Cuando desperté eran las cinco de la tarde. Decidí darme una ducha y comer algo, a ver si así volvía a ser persona.
Intenté recordar todo lo que pasó de noche y apenas tenía lagunas, todo estaba claro y nítido. Sobre todo la vuelta a casa, para enmarcar. Vaya dos crías. Ninguna daba el paso a pesar de que ambas sabíamos que nos teníamos ganas.
Con esta chica me ha pasado algo muy extraño. Al principio la notaba detrás, pero yo no sentía esa atracción por ella. Y como de la noche a la mañana, supongo que al encontrarnos en más de una ocasión, me acostumbré a estar con ella y ahí empezó a ganarme. Me atrevería a decir que ella no sabía lo que estaba haciendo, ni lo que sentía. Era como si le naciera de dentro. Porque si de verdad sabía que quería besarme o estar conmigo, ya se hubiera lanzado antes y no no hizo. Por eso pienso que todo lo ocurrido fue, en cierta manera, inconsciente.

Entonces sonó el timbre. Era África.

-¡Hola, cariño!-me saludó.
-¡Hola guapa!
-Vamos al sofá que tienes que contarme cositas.-dijo tirando de mi brazo.-Venga. Todos los detalles.
-¿Qué?
-No te hagas la tonta, bonita. ¿Cómo te fue con esa chica?-preguntó guiñándome un ojo y haciendo una mueca exagerada.
-Bien.
-¿Y...?
-¿Qué?
-Joder, chiquilla, que sosa estás hoy. Parezco un sacacorchos. Cuéntame algo más a parte de "bien".
-Pues me acompañó a casa y...-me interrumpió.
-¡Y subió!-gritó.
-No. Solamente vino hasta el portal.
-Pos vaya chasco...
-Pero bueno, te diré lo que estás deseando escuchar.-me miró atentamente-Nos besamos.
-¡SIIIII!-exclamó abrazándome de golpe.
-Madre mía, Afri. Cuánta alegría.
-Pues si tía. Que has triunfado. Siempre tan exquisita y por fin llegó alguien que atraviesa esa armadura.
-Bueno, sin emocionarse eh. Solo fueron besos, punto.
-Oye pues la chica era muy maja, que te acompañó siendo aún temprano. Dejó la fiesta por ti. Bueno, sin mencionar lo guapa que es, que eso ya es otro puntazo.
-Si la verdad es que se portó conmigo.
-Llámala.
-¿Qué? Ni de coña.
-Venga tía, que le tendrás que dar las gracias como mínimo, que la chavala se lo ha currado.
-Ahí llevas razón.
-¡¿Qué coño?! Deberías echar un polvo mínimo, el "gracias" no me vale.
-Boh. Cállate.
-Es broma mujer, pero... no dijiste no.-bromeó alzando las cejas repetidamente.
-Voy a llamarla, a ver si te tranquilizas un poco así.

Fui a contactos y la llamé. Un tono, dos, tres y...

VenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora