Escuchabamos con atención lo que nos contaba, si eso había vuelto, lo derrotaríamos de nuevo.
La noche terminó en risas ya que dejamos el tema, lo hablaríamos mañana.
-¿Donde os alojareis vosotros?- pregunté.
-Mike me dió la dirección de un hotel- dijo Eddie.
-Yo igual- le sonreí.
Me sonrió de vuelta.
Miré el reloj «2:30», ya era tarde. Cogí mi abrigo y mi bolso.
-Me voy a casa- dije despidiendome con la mano.
-Espera _____- oí detrás de mi y me paré- voy contigo.
Eddie se puso a mi lado colocandose el abrigo y comenzamos a andar.
-¿Sigues fumando?- preguntó de repente cuando ya estabamos en el camino de vuelta.
-Si- respondí sin mirarle- es díficil dejarlo ahora.
-Pensé que lo habías dejado- dijo, ahora si nos mirabamos.
-Pues ya ves que si- me paré- ¿Por qué tanto interés?
-Solo era una pregunta- levantó sus manos como simulando inocencia.
-Tú no puedes fumar- reí.
-No, pero el humo del cigarro siempre me recordaron a ti.
-¿Me voy 27 años y te vuelves poeta?
-Muchas cosas cambiaron cuando te fuiste.
-¿Te picó una araña y ahora eres Spiderman?- reí de nuevo ahora el también reía.
-Solo hay una cosa que no ha cambiado- me tomó de la mano y me detuve, ahora nos mirabamos directamente a los ojos con las respiraciones entrecortadas.
-¿El qué?- le seguía mirando a los ojos.
-Lo que sentía por ti... sigo amandote _____- se iba acercando lentamente.
-Eddie yo...- se separó.
-Lo entiendo, ha pasado mucjo tiempo, entiendo que no sientas lo mismo...
-No no, no es eso- le tomé la cara con las manos- yo también te sigo amando.
-¿Estuviste saliendo con alguien en EU?- sonrió burlon.
-Si, se llamaba Paul- rió cuando le dije el nombre- ¿Que se te hace tan gracioso?
-No nada nada- siguió riendo.
Y cuando paró, me miró por unos segundos, y me besó.