Shared | h.s ↬ mature [PAUSADA]

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—Quiero que dejes de verla, invéntale lo que sea.—sentencia la rubia, mientras camina de un lado a otro por mi oficina.

—Aubrey, creo que debes calmarte y pensar bien las cosas ... ¿no era el compartirme, la esencia de todo?—comento con serenidad mientras vuelvo la vista a unos documentos de trabajo y reviso algunos correos.

La verdad, lo que a ella la atormenta a mí no me causa molestia alguna. Ni siquiera entendía porque ahora después de tanto tiempo, estaba tan histérica, tan irritada, prohibiéndome que viera, que me siguiera follando a su hermana, cuando ella misma había sido quien la había incluido en nuestro juego.

—Harry, escúchame. Es cuestión de que termines con ella, que seamos solo tú y yo, porque estás consciente de que entre ella y yo, soy mil veces mejor,¿no?—afirma con suficiencia mientras apoya las manos sobre mi escritorio y se inclina dejando a la altura de mis ojos su escote que revela algunos de sus lunares.

Alzó las cejas y entre mis dientes atrapó la punta del estero.

—No se trata de quien sea mejor, Aubrey.

—¿Porque simplemente no puedes hacerla a un lado?—brama y entonces sé que tengo que pararla.

Me pongo de pie, rodeando el escritorio y la dejo entre la madera reluciente y mi cuerpo. Su cuerpo reposa en el borde del mismo, mientras en su rostro se instala un puchero y entonces tengo que esforzarme por decirle lo que no le va a gustar.

—Es muy tarde para cambiar las reglas, rubita—manifiesto a modo de recordatorio mientras acomodo uno de sus cabellos tras su oreja—Lily hace parte de esto, de lo nuestro ... me encantaría follarte a ti, y vaya, que lo disfruto cuando lo hago, podría solo hacerlo contigo, sin ningún problema pero tu hermana, ella también está deseosa de mi—me inclino y rozo nuestros labios, ella respira con dificultad y ladea la cabeza, posicionándose para un beso, el cual no llega—y no va a querer renunciar tan fácil a mi, al hombre que le come el coño como ninguno, que la llena de orgasmos sin quitarle la ropa y sobre todo, que la trata como una puta y le habla como un ángel.

Rodea los ojos y me apresuro a tomarla del cuello.

—No lo compliques, Aubrey.

Ella me mira retadora, insatisfecha.

—¿Te estás enamorado de Lily, papi?—inquiere con malicia.

—Enamorarse ha pasado de moda, mi amor. Yo solo me dedico a follar, a cogerme duro las niñas malas que quieren sentirse bien—respondo en medio de besos, caricias por toda su piel, una de mis manos no abandona su cuello y la otra va descendiendo hasta el borde de su falda—como tú.

Ríe y abre la boca cuando mis dedos se cuelan entre la tela de sus bragas, sus piernas se han separado lo suficiente para que pueda dar masajes en la zona y deslizar mis dedos con algo de dificultad por la tela que se interpone, puedo sentir al instante como su cuerpo responde a mis caricias cuando empieza a caer en el escritorio y la falda se ha levantado lo suficiente para que pueda observar sin obstáculos la tela fina de sus bragas.

—Muéstrame lo que es mío—exijo mientras la observo y aflojo el nudo de mi corbata—dime que es lo que quieres que haga contigo.

Antes de responder y sobre la madera reluciente, deja caer algunos papeles y logra acomodarse, flexionando las rodillas y dejando a la altura de su cintura la tela de la falda. Se muerde los labios y frunzo el ceño cuando noto como sus dedos se encaminan a su zona íntima. Me acerco y detengo aquella acción.

—El único que puede tocarte y darte placer soy yo, rubita. —señalo con seguridad y presionado con fuerza sobre sus muñecas—responde mi pregunta.

—Quiero que me folles ... así como lo hiciste con Lily hace unos días en este mismo lugar—Entonces logro entender su enojo, voy recordando mi encuentro con su hermana en un aula de la universidad que por cierto estuvo demasiado caliente—quiero lo mismo, quiero más ... necesito todo de ti, papi.

Entonces, tomo uno de los asientos frente al escritorio y su zona íntima queda expuesta como lienzo para mi, mi lengua será el pincel y esta obra de arte hablará por sí sola. Me acomodo, aparto la tela y ella se deja caer por completo. Inhalo la fragancia que desprende su piel, mientras beso su entrepierna, sus muslos y finalmente sus mojados labios, donde con mis labios y mi lengua empiezo a saborear cada rincón, me lleno de sus jugos y sosteniendo de par en par sus piernas evito que me prive de darle placer, sus gemidos inundan la sala y me importa un carajo que nos descubran en este momento, estoy demasiado caliente, excitado y hambriento de esta rubia, de este fruto prohibido y venenoso.

—Estoy cerca, ah—su espalda se cueva sobre la mesa y sus manos se aferran al borde de la misma—Papi ...

Mi lengua parece tener vida propia y mis dedos no quieren seguir por fuera de la acción. Pronto estoy proporcionándole placer, haciendo que se retuerza por dentro de extasis, de lujuria, de pecado.

—¿Que pasa, rubia, porque tan callada?—murmuro antes de continuar con mi trabajo.

Entonces la respuesta es el temblor de sus piernas y el intentar cerrarlas para detenerme,pero no hemos terminado. Aún no.
Me pongo de pie y desabrocho con agilidad mis pantalones.

—Para que no seas envidiosa ... para todas hay, linda.

Y la empotro, duro, salvaje.

Entro y salgo de ella, como queriendo partirla en dos, como queriendo marcarme en cada rincón de su piel y haciéndole saber que no necesito dejar de follarme a la hermana para darle lo que se merece. Entro y salgo muy rápido, y por sus mejillas coloradas noto que no está muy lejos del próximo orgasmo, vuelvo a aplicar presión sobre su cuello y cuando creo que voy a sucumbir en su interior, me retiro, esparciendo mis fluidos fuera y restregándome contra ella, provocándole más gemidos, maldiciones.

—Eres mi favorita, Aubrey.—ronroneó contra su oído, mientras recobramos el aliento.

Una mentira para una pregunta.

n/a: hola. ¿Les gusto? 😳😳 omg, creo que mi imaginación ha volado y pasado la estratosfera. ¿Que creen que tenga en mente Aubrey, Harry?, ¿será que Lily dejará de lado a papi o querrá seguir compartiendo también?