Capitulo 19

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Lis

¿Una fiesta? ¿Qué hago yo en una fiesta?
Miro a mi alrededor y todo está inundado de personas que nunca antes en mi vida había visto. Camino a través de todo el desorden y noto algo extraño: estoy en mi casa, en una fiesta...¿Qué? Ya que estoy en la fiesta, decido ir en busca de una bebida en la cocina, pero en vez de ir a ésta, mi cuerpo se dirige a las escaleras. Llego a la planta superior y está diferente a como la recordaba. Ahora tiene pequeños detalles vintage. Es exactamente igual a la mansión Mendes. ¿Qué carajos? Quiero seguir investigando por el largo pasillo en el que estoy ubicada pero mis pies tienen otros planes; mi mano abre automáticamente una puerta. Entro a una de las habitaciones y la reconozco. Me encuentro con Taylor Nate acostado en su cama así como si abajo no se estuviera llevando la fiesta más ruidosa a la que he existido. Espera... el ruido ha cesado... No entiendo mierda.

-Llegaste. -El grueso tono varonil de el chico con cabello color caramelo despierta en mi una llama que hace tiempo no sentía encender.
-No sabía que me estabas esperando- me limito a decir y comienzo a acercarme a la cómoda cama.
-Yo siempre estoy esperándote. Tú lo sabes-Me siento a su lado y lo miro
-Yo... te extrañaba- le menciono y gateo hasta llegar a sus piernas y me siento en ellas como un indio
-Y yo a ti, Lis- Taylor nota un mechón de tu cabello y lo mira-Te lo cortaste. Yo amaba tu cabello largo
-Lo doné. -Respondo orgullosa de mi misma
-¿Alisson Keller haciendo obras de caridad- Lanza una carcajada burlona, cosa que provoca que me revuelva incomoda
-Si- le respondo cortante.
Me siento confundida. Esta es la primera vez en mucho tiempo que estando solos, pasamos más de cinco minutos charlando
-No sabes lo mucho que amo ese vestido-Observa mi cuerpo con una pizca de picardía en su mirada. Repito su acción y miro mi cuerpo.
Llevo un vestido que quería desde hace días. Wow. Es azul oscuro con destellos en ese mismo color. Es pegado, corto y escotado con unas finas mangas aguantando la tela.
-Gracias. -Me desago de mis tacones negros y los echo a un lado.
Nate comienza a acariciar suavemente mis brazos a la vez que admira mi delgado cuerpo.
-Taylor...- Logro pronunciar con un hilo de voz y él esconde su cara en mi cuello
-Si, Lis-Contesta
-Nada. Sigue por favor.

Me siento mareada. Taylor sigue haciendo de las suyas mientras que yo me pierdo en sus caricias. Continúo gritando su nombre tirando de la sedosa sábana blanca.

-Taylor...-suspiro una vez mas. Él se detiene bruscamente y me mira.
-Dile a Peter que lo haga
-¿Qué?

Doy un salto y abro los ojos. Me siento desorientada. Miro detalladamente el techo color tronco de árbol confundida. ¿No estaba con Taylor? ¿Dónde estoy?
-Buenos días-escucho un susurro a mi lado derecho, cosa que provoca que voltee mi cabeza hacia el mismo lado. Mis ojos atrapan a un Peter sonriente.
-Ho... hola-Respondo aún un poco confundida, pero ya estoy cayendo en tiempo y espacio; era un sueño.
-Creo que debes ducharte- me invita mi novio intentando aguantar la risa. Observo mi cuerpo y estoy algo sudada. Ay mierda...
-Si...- Respondo pero no me muevo. Esta es la vergüenza más grande que he sentido en todo el mundo.
-¿Te gustan las chicas?- Me pregunta Peter inocentemente
-No. ¿por?- Me siento en la cama y él repite mi acción
-Estabas gimiendo el nombre de una tal "Taylor"- Me cuenta. Mierda, mierda, mierda
-Era un chico- Confieso avergonzada
-Ah... ¿Te gustó?- el tono divertido e inocente de Peter provoca que quiera que me trague la tierra y me escupa en un vertedero
-No lo recuerdo...-Miento. En realidad recuerdo cada una de las caricias de Taylor y quiero que venga aquí y me lo haga unas cincuenta veces más.
-Creo que sí ye gustó. La forma en la que te agarrabas de la sábana y gritabas "TAYLOR"-imita una voz chillona- Da a inferir que tuviste unos siete orgasmos seguidos.
-Feliz primera semana de novios, Peter-Cambio bruscamente el tema y él sonríe
-Igual, chiquilla. Ahora ve a vestirte que tienes cita en el ginecólogo. Te preparé sándwich de desayuno.
-Okey- le doy un corto beso en los labios y me dirijo al baño

Noviembre 11 de el año pasado...

El frío que anuncia la llegada del tan esperado invierno azota fuertemente mi suave piel. Llevo un largo rato caminando con un vestido de tela muy fina para la casa de Marinne, mi mejor amiga. Ella piensa que soy una estupida. Hoy me harán una fiesta sorpresa celebrando mis 17 años y yo lo sé todos. Mis amigos son tan inútiles que enviaron una invitación a mi casa. Con amigos como ellos, no tengo que sentirme superior. Obviamente lo soy.

Llego hasta la casa de Marinne y toco el timbre. Todo está silencio hasta el momento en el que abro la puerta y escucho el típico "¡Sorpresa!" Finjo mi emoción para que comience la fiesta y las personas puedan embriagarse libremente.

Mientras atravieso la casa, escucho unos cuantos "feliz cumpleaños" y les respondo con una sonrisa hasta llegar al sofá donde están mis amigos. Sol, la hermosa madre de Marinne, me ofrece un vaso rojo con alguna bebida extraña y la tomo educadamente.

La madre de Marinne es muy liberal. Es mucho más buena persona que su estupida hija que lo único que hace es pensar en ella y en cuantos hombres la miran con esa ropa corta que trae. Lo único extraño de Sol, es que es un poco celosa. Marinne un día me contó que casi le corta las pelotas a su padre por mirar a otra mujer. Pobre hombre.

-Para ti, que no creías en mi-Taylor Nate me entrega su teléfono con un video.
-Wow... eres rápido-contesto y le doy play a la grabación.
Se muestra un chica de nuestra escuela enseñando lencería roja a alguien que está de espalda, que vendría siendo Taylor Nate. Luego de bailarle y modelarle por un aproximado de cinco minutos, Taylor se pone de pie y lanza a la chica a la cama para hacer lo que los chicos hacen. Observo cuidadosamente todo el espectáculo para luego entregarle su teléfono.

-¿Qué te parece?- Me interroga Nate con una bebida en su mano derecha
-Pienso que eres un rey en la cama. Algún día deberíamos probar- Le suelto una invitación y guiño un ojo
-Sabes que mis puertas siempre estarán abiertas. Ahora dame lo que me prometiste- Me pide y rebusco en mi cartera hasta que consigo un billete de $100 y se lo entrego
-Ya sé que eres divertido, Taylor. Estaba muy equivocada de ti- lo miro fijamente a los ojos
-¿Quieres compartirlo?- Me provoca con una cara misteriosa y accedo.

Tomo su teléfono y lo conecto al crome-cast del televisor de la madre de Marinne y le doy a reproducir el video. La música cesa y todos se quedan atentos al video mientras que Taylor y yo nos reímos.

-¿Quieres volar?- Me pregunta Taylor con una pipa en una mano y una bolsita con marihuana en la otra. Yo alzo una ceja
-Obvio si.

Keller.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora