Capitulo 5

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Maratón 4/? 

Si no comentas ni votas un unicornio se muere xdxd

Capítulo 5

-Emm... no, lo siento... es solo que... me distraje, no te estaba viendo a ti- el color se me subió al rostro al haber sido descubierto en mi análisis visual de aquella maravilla que era su rostro -Parecía que lo estaba haciendo, pero no era así- Encogí el cuello, bastante abochornado como para poder verle la expresión.

-Está bien, te creo- levemente rio, logrando que si aliento chocara dulcemente contra mis mejillas, calentándolas. Quise hundirme más en el asiento, pero era imposible. Estaba comportándome como un tonto, pero era inconsciente de mis acciones estando en su presencia.

Después de un silencio incómodo, en el acomodo de ideas, nuevas sensaciones y miles de cosas que hacían que mi estómago se moviera, una luz llegó a mi razón y pudo conectar con mi lengua y hacer salir mi voz.

-Amm... me decías que KyuHyun había aceptado. ¿Cuándo sería?- dije, cortando con aquel silencio que casi se incrustaba en mis huesos.

-Bueno, si quieres, mañana mismo- comentó, extrañamente animado.

-Mañana... ¿Pero ¿qué tal si le dan a Sungmin el trabajo?

-Buen punto, entonces sería quizá hasta el domingo- reflexionó mientras sus ojos divagaban por el techo del lugar.

-No falta mucho, de todas formas- dije, sabiendo que mañana era viernes.

El mozo llegó y colocó los platos delante de nosotros. El olor a queso fundido de la lasaña se adentró en mi nariz y mis tripas rugieron. La sonrisa de Hyukjae apareció fugaz en sus labios y el rubor tímido en mis mejillas también.

Mientras comíamos saqué varias fotografías del lugar y justamente como la vez anterior, el rostro de Hyukjae apareció furtivo entre algunas. No sabía qué pasaba, no sabía por qué cada vez que él hablaba me maravillaba tanto, no sabía tampoco por qué cuando me miraba algo se removía en mi estómago, ni tampoco sabía por qué cuando mencionaba mi nombre me sentía especial. Eso me obligó a pensar en Sungmin y sin saber tampoco por qué, me sentí culpable de pronto.

Todos mis intentos por hacer que él no pagara mi comida fueron en vano –Yo te invité, yo pago- terminó por decir y antes de que yo le refutara algo tendió el dinero sobre la mesa.

Me llevó de regreso hasta el departamento de Sungmin, mientras que la fierecilla rogaba encontrar alguna manera de extender el tiempo y si era posible hacerlo parar. Aquello me daba miedo, porque yo también lo deseé.

Cuando llegamos, él subió conmigo, encaminando sus pasos junto con los míos -Espero que a Sungmin le hayan dado el trabajo- musité, mientras mis pies medio cansados, subían desganados los escalones del edificio.

-Yo también. Sueña con eso desde hace tiempo- concordó.

-Exacto, sé que la haría bastante feliz estar dedicando su tiempo a algo que le gusta bastante hacer- sonreí.

Abrí el departamento y oí el chasquido de la llave al quitar el seguro, entonces Hyukjae siguió mis pasos y se adentró también. Una rara combinación entre la extrañeza y la emoción creció repentinamente en mi fuero interno.

Me le quedé mirando cuando cerró la puerta -Son las tres treinta, seguro que le dieron el empleo- dijo, observando el reloj que colgaba de la pared.

-¿Tú crees?- pregunté, mientras sentía a la fierecilla celebrar de emoción y no precisamente por una buena razón.

-Sí, ¿te molesta si lo espero?- preguntó, jugando con una manzana que había tomado de algún lugar en la cocina.

𝑴𝒂𝒏𝒖𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝒍𝒐 𝑷𝒓𝒐𝒉𝒊𝒃𝒊𝒅𝒐 ◽ EunHae (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora