Capítulo 15: Pecados en la sangre.

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El sonido de la lluvia chocando contra el cristal de la ventana era lo único que rompía con el silencio y la tensión del momento, acompañado por el breve agitar de los árboles que se filtraba del exterior. Sus ojos aún permanecían clavados en el suelo de su habitación, sin ser capaces de levantarse y enfrentar al hombre que yacía sentado sobre el colchón de su cama.

Soltó un suspiro, moviendo levemente sus manos, las cuales mantenía entrelazadas al frente. No sabía que decir, y no estaba seguro de querer escuchar la verdad, sin saber cómo reaccionaría al enfrentarse a la idea de que sus sospechas eran ciertas o no. Así como podría enfadarse, podía ponerse feliz por alguna muy retorcida razón. Angostó la mirada, escuchando como su acompañante soltaba un suspiro cansado y preocupado, quizá incluso más, y por supuesto que eso era de entenderse.

En alguna parte de la habitación una gotera se hacía presente marcando la caída del agua a través de alguna ranura sobre el techo, enmarcando y haciendo pauta a cada segundo más que transcurría en absoluto silencio, y es que en verdad los dos pensaron que esa charla y esa situación seria más fácil de sobre llevar después de todo, pero ahí estaban, sin saber cómo actuar ante la prueba y verdad de los hechos.

-¿... y que vas a hacer ahora, papá?- preguntó, levantando la vista al tiempo en que Goku elevaba su mirada para cruzarse en el aire. Su expresión denotaba preocupación, pero más que nada estaba llena de tristeza, de vacío, de resignación y de dolor, mucho dolor.

-yo... no lo sé...- masculló, hablando después de muchas horas de silencio, justo después de haber cruzado palabras con Vegeta después de su batalla.

-Lo que pasó... ¿es lo que yo creo que pasó?- cuestionó finalmente, una pregunta obvia para una respuesta aún más obvia, pero deseaba escuchar una verdadera explicación antes de aferrarse a sus propias conjeturas.

-Trunks te amaba, hijo...- respondió, haciendo que Gohan apretara los labios y lanzara un poco su cara hacia atrás en un reflejo sorpresivo.

-bueno, yo... eso...- trató de cambiar el tema y volver a la cuestión inicial, pero Goku bajó la mirada a ningún punto en particular, arrugando la frente y colocándose serio nuevamente.

-él estaba muy lastimado cuando llegó a mí, se encontraba solo, triste... yo... yo solo quería que él se sintiera mejor, porque de algún modo él y yo estábamos en la misma situación, y de alguna manera, yo también quería dejar de sentirme así de solo...- siguió hablando, como si en realidad rememorara todo eso para sí mismo en voz alta. –Pero las cosas continuaron, y dejaron de ser solo juegos y pretextos de compañía... lo arruiné todo, soy un estúpido...-

Gohan solo se centró de nuevo en el suelo, cruzado de brazos y meneando levemente el pie a la misma velocidad en que sus pensamientos iban y venían tratando de encontrar algo bueno que pensar. El gotero adornó esos largos momentos de silencio, en donde ninguno deseaba más que quedarse inmersos en sus propias mentes, pero las dudas seguían naciendo y la necesidad de un apoyo, por otra parte, era sumamente esencial en esas instancias.

-entonces ustedes... ¿se enamoraron?- preguntó, y algo aproximado a una sonrisa se dibujó en los labios de Goku, recordando la diferencia entre gustar y estar enamorado. Que tarde sentía que era para conocer el significado de esta.

-y acabábamos de darnos cuenta...- susurró, bajando la cabeza y sujetándola con sus palmas, apretando los ojos con la misma fuerza que su quijada. – Todo está acabado ahora, ya no existe oportunidad para nada...- su voz sonó entrecortada y forzada, pues le era muy difícil mantener la compostura y no tirarse a la desesperación absoluta y ahogarse en lágrimas que no ayudaban en nada.

Tocando en las puertas del cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora