Nunca había escuchado el llanto de un elfo, siquiera lo había visto. Y en estos momentos es Ezarel quien solloza frente a mí. Sin decir nada, solo con el simple hecho de verme las lágrimas caen a lo largo de su delgado rostro. Sus manos tiemblan incontrolablemente, al igual que sus piernas, es Kero quién tiene que ir a darle soporte y ayudarle a no caer al suelo en un descuido, Ezarel murmura algo que no llego a entender, y el chico con cuerno trata de calmarlo. Juro que el peliazul está por volverse loco.
Valkyon toma el recipiente donde estaba la sustancia, y aunque ya no es necesario hacer el experimento —debido a mi cambio de color en ojo y cabello—, pone una mísera gota en la palma de mi mano, la cual levanta un increíble fogón.
Bueno, soy un estúpido dragón.
La llamarada no me asustó como la primera vez, que pegué un brinco y armé un verdadero escándalo; esta ocasión solo di un respingo. Cuándo la llama se apagó, baje de la mesa y me limpié la mano, el peliblanco se encargó de deshacerse de la mezcla, me dirigí a Ezarel, lo miré.
—De verdad lo siento, Ez.
No sabía qué más hacer. Me quedé como tonta un par de segundos ahí parada, con la mirada penetrante del elfo, no sabía si era odio, dolor o qué, pero estaba segura que no me quería ahí.
Salí de ese sitio y me metí a mi habitación, me importaba un comino si Ykhar entraba, por nada del mundo iba a dejarla pasar, y si de nuevo abría la puerta, la sacaría a patadas si era necesario. Bien... Quizá exageré un poco.
¿Cómo me pasó esto? ¿Cómo fue que todo se ató para que al final yo llegara aquí? El destino es un hijo de puta, de eso estoy completamente segura.
¿El destino también habría planeado algo para Leiftan? ¿Habrá planeado su muerte? Han pasado tres meses y el cuarto está próximo a cumplirse... Él dijo que se iría dos meses, que trataría de hacerlo menos, es imposible que siga con vida después de tanto tiempo afuera.Pero... Las declaraciones de Miiko. ¿Y si en verdad estaba traicionando a la guardia? ¿Y si se había ido y ya no planeaba volver?
—A la mierda todo —murmuré.
Alguien tocó mi puerta, arrebatando todo pensamiento perteneciente al rubio de mechas negras.
Presté atención a quién fuese el responsable del sonido fino que atacaba mi puerta y fingí no estar ahí. ¿Valkyon? No, sus grandes manos jamás le permitirían el producir aquel grato ruido. ¿Ykhar? No, ella no toca, ella forcejea con la puerta hasta obtener respuesta. ¿Alajéa? Jamás ha venido hasta mí habitación. ¿Kero? No, los toques son demasiados seguros para pertenecerle... Demasiada seguridad, demasiado dominio...—Alyssa, soy yo —era la voz de Miiko.
Debí suponerlo.
—Aly, tengo que hablar contigo.
Maldita sea, ¿No puede haber un día que nadie me hable?
—Es sobre Leiftan.
Me levanté como rayo y corrí a la puerta, la abrí de par en par y Miiko pareció dar un salto atrás. Mi cara debió decirlo todo.
—Acompáñame.
Le seguí el paso, estaba muy apresurada, caminaba no dando pasos, sino zancadas.
—Cerca del claro del bosque, Yvoni asegura haber visto a alguien increíblemente parecido a... Ya sabes...
—La última vez que vimos a Yvoni —la interrumpí entre dientes—, prometimos sobre el cuerpo de la hermana de Alajéa que jamás volveríamos a confiar en ella.
Así es, Yvoni, en uno de sus momentos de locura, había masacrado el cuerpo de Colaïa, yo estaba ahí, pero un comentario aventurero que hizo la sirena fue lo que le arrebató la vida. Alajéa me culpaba de su muerte, pero entiendo su sentir.
ESTÁS LEYENDO
|Eldarya|••• Los amantes eternos [Leiftan]
FanfictionCuenta una vieja historia, para la creación de el mundo de "Eldarya" las dos razas más poderosas sacrificaron a todos sus integrantes pero... Un demonio logró escapar junto con un dragón y ambos planean el asesinato del Oráculo, aquí el problema por...