Ahora lo entendía todo. Miiko había ordenado a ciertos integrantes de las guardias que nos siguieran, por eso me sentía observada desde que salimos de la habitación, la mujer de mirada sombría no era la única que venía. Ellos también, a no ser que vinieran juntos.
— ¿Fuiste tú quien le ordenó a Naytili hacer esto? —vociferó Leiftan cuando sintió mi agarre disminuir.
Puede que haya sobrevivido aquello, pero no estoy hecha de hierro, también tengo mi punto de quiebre y estaba cerca. Mis piernas flaquearon y con la poca fuerza que mis puños podían hacer me sujetaba a la ropa del... ¿Lorialet... o demonio?
—No —respondió la Kitsune alterada—, yo no contacté a Naytili... Siquiera sabía que estaba viva.
— ¡Eres una mentirosa! —explotó el rubio—. Querías que Alyssa muriera, y estás al corriente que ella haría lo que fuera con tal de tener poder.
Los murmullos de los demás levantaron el pánico en la chica, pero yo ya casi no los escuchaba. Mi energía la ocupaba para no caer al suelo y seguir sujeta al pecho de Leiftan.
—Te juro que yo no hice nada —respondió angustiada—, ella actúo por su cuenta.
—Qué casualidad que todos están tras el dragón —la ridiculizó—, ¿No crees?
Definitivamente mis piernas no soportarían por tiempo suficiente mi peso, recargué cansada mi cabeza en su pecho y mis pies empezaron a resbalarse contra el suelo
—Leif... —lo llamé a penas, me agarró con fuerza y me sentó en el suelo, hincándose a mi lado, recargando mi espalda en su muslo, protegiéndome con el resto de su cuerpo.
— ¡Aly! —se apresuró a decir Valkyon, casi caminando a donde estábamos ambos.
Rubio y peliblanco tenían una ardua lucha de miradas, mientras la pelinegra le ordenaba al resto a bajar las armas, algunos negados por el odio debatían en obedecer a la guardiana, por ejemplo: Ezarel no sabía hacia qué bando declinarse, o Miiko o yo; Su vieja familia o su nueva familia; los vencedores o los traidores; el bien o el mal; la guerra o el sacrificio; el león o el cordero. Y todas las analogías que se pudieran agregar más adelante.
—Valkyon —Leiftan se escuchaba con retumbo—, ¿Aceptaste venir, porqué serías capaz de matarla?
— ¿Cómo me preguntas eso? —Inquirió ofendido—, jamás sería capaz de hacerle daño a Alyssa.
Entre toda la penumbra, no pude creer que esta se pudiera hacer más oscura aún, una risa maquiavélica, pero varonil se hizo presente en el recinto, las antorchas de los presentes cambiaron de ser normales a un morado con negro en lugar de amarillo con rojo. El... ¿Demonio? Se alarmó en cuanto el fonema llegó hasta sus oídos, lo sentí tensarme y abrazarme con más fuerza, le hizo una señal al albino para que se acercara y cambiaron lugares.
—No, Leiftan —rechacé de inmediato y me negué a soltar su mano—, quédate aquí.
—Voy a estar bien, Aly — con una sonrisa triste se apartó de mí y se aproximó un poco más al corazón del templo.
Entre espesa neblina se materializó un cuerpo, tenía ropa completamente negra con detalles rojos, una máscara a juego que era adornada por un par de colmillos no tan largos. Leiftan estaba parado frente a él, y a pesar de que el primero tuviera máscara puedo jurar que sonreía, pues su expresión corporal lo delataba.
No tengo idea por qué recordé a mi padre.
—Yo envié a Naytili, porque no seguiste el paln—informó de cara al rubio y después se giró hasta Miiko—, ¿Te alegra verme, pequeña Kitsune?
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|Eldarya|••• Los amantes eternos [Leiftan]
FanfictionCuenta una vieja historia, para la creación de el mundo de "Eldarya" las dos razas más poderosas sacrificaron a todos sus integrantes pero... Un demonio logró escapar junto con un dragón y ambos planean el asesinato del Oráculo, aquí el problema por...