❝When the sun comes down❞；❨✧ Chensung ❩

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「Chenle」

Unos meses antes de terminar el primer semestre de clases me enteré que íbamos a mudarnos a Corea. Mis padres se encargaron de comprar una casa bastante cómoda y cercana al instituto, en uno de los distritos de Seúl.

Me sentía acomplejado en ese entonces, pues aquella desición me emocionaba tanto como me entristecía; dejaría a mis amigos y los extrañaría demasiado... Pero me decía a mí mismo: «Chenle, conocerás más chicos de tu edad.» Estaba seguro que lo haría, en cuánto tiempo era lo que yo desconocía. Esperaba no tardar demasiado, pues no soy fan de la soledad. Renjun estuvo conmigo todo el tiempo y yo con él. Aprendimos juntos el idioma, preparamos las maletas juntos, disfrutamos de Shanghái la última semana que nos quedaba allí... En general hicimos muchos recuerdos, los cuáles organizamos en un gran álbum, el cuál contenía nuestro pasado juntos, nuestro presente y nuestro futuro, pues aún tenía muchas hojas vacías.

Puede que no nos tratemos bien, pero nadie duda del cariño que nos tenemos el uno al otro.

Llegamos a Corea a mitad de las vacaciones y no tuvimos tiempo para disfrutar de ellas, pues teníamos que ordenar nuestras habitaciones y desempacar.

Aún no sé por qué, pero mis padres decidieron que al fin nos darían una habitación a cada uno.
Nunca las pedimos, no nos molestaba dormir en las mismas cuatro paredes... De hecho era conveniente, pero ya no sirve de nada hablar de los pros de dormir juntos.

Extraño las quejas de Renjun cuando me quedaba despierto hasta tarde porque no podía dormir.
Renjun no lo demuestra, pero yo sé que él también extraña mi "molesta presencia" como dice.

La última semana de las vacaciones pasó volando. Salí un par de veces con mis padres y Renjun a conocer a los vecinos y los alrededores de la casa. Eran gente muy amable, sobre todo con los nuevos... Aunque creo que eso tiene que ver un poco con la cantidad de dinero en el banco que asumen que cada familia tiene. Renjun siempre ha dicho lo mismo, seguido de un "hipócritas".

( . . . )

—¡Junnie, despierta! —Grité apenas sonó la alarma de mi reloj y me levanté para asomarme a la habitación de mi hermano, amplia sonrisa. Tenía mucha energía a primera hora de la mañana y estaba ansioso. Ansioso por conocer a mis compañeros y próximos amigos. Lamentablemente no iba a estar en el mismo salón que Renjun –nunca lo estuve, pues escogimos una carrera distinta–, pero íbamos y volvíamos juntos... O eso esperaba.
—¿Quieres callarte? Desperté hace diez minutos. —Sonó molesto... Pero en el fondo, muy en el fondo, sé que él también estaba emocionado.

Estando frente a la entrada del instituto vi mucha gente. Todos eran tan distintos; no todos llevaban el uniforme de la misma manera, cada uno tenía su estilo propio y era agradable de ver.

De repente vi a un grupo de chicos llegar, eran seis. Uno de ellos captó mi atención en seguida pues era alto, demasiado en comparación con los otros cinco. Luego miré a los demás pero me detuve en alguien en particular. No pude pensar en qué me llamó la atención de él con más tiempo pues Renjun me sacudió y me llevó con él a la dirección. Teníamos que hablar con el director para que él nos indicara quién era el profesor de cabecera de cada uno.

Después de una charla no tan larga, me despedí de Renjun y le dije que lo vería en el receso... Esperaba no perderme entre los pasillos o llegar al piso equivocado, pues por fuera noté que el edificio era lo suficientemente grande como para confundirme, dar vueltas durante diez minutos y llegar de vuelta a mi salón.