❝When the sun comes down❞；❨✧ Chensung ❩

❛❀ 0 8❜

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『During the time everyone’s asleep, it’s the only time I can see you. But if you're not in the mood you don't have to say it...』

La mentira de Chenle y Jisung se había mantenido ya por varias semanas, aún con la personalidad de Chenle, quien siempre se mantenía sincero, ruidoso y sociable, el secreto permanecía entre ellos.
Cada vez que Chenle iba a quedarse a la casa de Jisung llevaba su cámara: Tomaba fotos de los dos, de las cosas que hacían.

Había tenido que comprar otro libro para poner todas las fotos que se había tomado con Jisung y dejarlo en la casa de él, pues si las ponía en el álbum que tenía en su hogar Renjun fácilmente podría verlo y descubrir que ellos, en realidad, no estaban peleados y eso llevaría a tener que explicarles a los demás, algo que por lo pronto Jisung no tenía considerado hacer pues era un tema delicado y no quería realmente hablar de él.

Pero no todo podía salir como el coreano quería.

Un día llegó a la escuela y el profesor jefe de su clase lo mandó a llamar, diciendo que tenía que hablar algo importante con él. Había mejorado su asistencia y puntualidad desde que Chenle le ayudaba con las cosas en su casa, se quedaba con él para despertarle o le pasaba a buscar, entonces ¿por qué quería hablar con él?

—Recibí... Información tuya, Park. ¿Es verdad que tu padre te dejó y que estás trabajando en un restaurante? —Preguntó, clara preocupación en su voz.
—¿Quién... quién se lo dijo? —Por la mente de Jisung sólo pasó una persona, pero... No podía ser así. Chenle le había dicho que no hablaría, le prometió que nunca diría algo sin su permiso. ¿Por qué le había dicho aquello si iba a terminar diciéndole a alguien? ¿Por qué le mintió? Sintió el calor subir a su cabeza al imaginar al más bajo yendo con el profesor a decirle aquello.
—Eso realmente no importa. Nosotros podemos ayudarte a contactar a tu padre o pedirle a alguien que te ayude mientras tanto en todo lo que necesites--.
—Estoy bien. Ya tengo suficiente para un tiempo más, así que voy a renunciar al trabajo si eso es lo que quiere. —Murmuró. Jisung en ese momento no estaba pensando bien. Estaba enojado, se sentía traicionado aún no sabiendo si fue Chenle o no quien le habló al mayor.
—Por el momento no te haré renunciar al trabajo, pero quiero que te mantengas como las últimas semanas. ¿Alguien te estuvo ayudando? ¿Alguno de tus amigos? Si es así, pídele que no deje de hacerlo. Eres un buen alumno, no queremos que tus calificaciones bajen o que no aprendas lo que necesitas. Eso es todo, ve a clases. —Las palabras del mayor entraban por un oído de Jisung y salían por el otro espantadas. Lo único que podía Jisung pensar era en que Chenle había traicionado su confianza. Era el único que sabía de su trabajo y de su padre.
—Gracias. —Con eso se retiró de la oficina y fue directamente al salón.

Allí estaban Chenle y Jaemin, conversando con una sonrisa en los labios. Chenle no tenía idea de que Jisung había sido llamado por el profesor, así que le tomó por sorpresa la llegada tormentosa del más alto al salón. De su mochila sacó el álbum de fotos y lo dejó caer con fuerza en la mesa de Jaemin, la cuál estaba en medio de ambos. La sorpresa impresa en los rostros de Chenle y Jaemin era nueva. Mientras que la de Chenle se mezclaba con nerviosismo por lo que pensara Jaemin, él se mostró confundido. Tomó el álbum y lo miró, comprendiendo inmediatamente lo que estuvo pasando delante de sus narices todo ese tiempo.
—Gracias por decirle. No quiero que vayas de nuevo a mi casa, ¿escuchaste Chenle? —Espetó moviéndose de lugar, lejos de aquellos dos.
—¡Jisung-ah! ¡Yo no hice nada! —Chenle iba directamente al lugar en el que se había sentado Jisung, pero Jaemin le detuvo.
—Déjalo, espera a que se le enfríe la cabeza y después intenta hablar con él. Pero cuéntame lo que pasó ahora que ninguno de los dos puede huir.

Chenle le contó todo a Jaemin en partes. Cada vez que el profesor les daba un descanso, Chenle se daba vuelta a hablar y continuar con la historia. Jisung sabía que estaban hablando de él, pero ya no le importaba. Ya había traicionado su confianza; le hubiera perdonado que le hubiera dicho a Renjun y a Jaemin, pero se lo dijo al profesor y no podía excusarse ni decir que él no había sido, pues era el único que lo sabía. Jisung seguía pensando aquello, pensaba que no había nadie más que pudiera exponer su situación.

Llegó el receso y Chenle intentó hablar con Jisung, pero él huyó. Ignoraba a Chenle cada vez que se acercaba.

A la hora de almuerzo el chino se rindió e intentó no pensar en eso, pero llegaron los demás. Los rumores viajaban rápido por la escuela, así que no era raro que aquellos supieran lo que había ocurrido. Chenle, con tristeza, les contó todo a los chicos y ellos entendieron.
—Si te quedaste callado todo este tiempo, ¿cómo puede pensar que fuiste tú quien le dijo al profesor? —Habló Mark. Incluso él se sentía molesto por la situación y el comportamiento de Jisung.
—Ni yo lo entiendo... Siempre llego después de él y lo sabe. Siempre estoy con ustedes y eso también lo sabe. —Hizo un puchero, apoyando su cabeza en la mesa. Tenía ganas de llorar, unas ganas inmensas de dejar salir aquella frustración a través de lágrimas, pero no podía hacerlo allí.

Renjun, por primera vez en público, abrazó a Chenle. Se sumó Jaemin, quien estaba sentado al otro lado del chino. Los que estaban sentados al frente sólo miraban; ellos también se sentían tristes por aquello, pues la amistad de Chenle y Jisung era muy bonita.

El acogedor silencio entre ellos se vio interrumpido por una pregunta.
—¿Te gusta Jisung? —Pregunta que abandonó los labios de Mark como un suspiro y que terminó siendo respondida con un asentimiento suave. Era el único que no se había dado cuenta de los sentimientos del chino –además de Jisung–, de cómo miraba al coreano y de todo el afecto que le daba sin esperar mucho por parte del más alto.

El silencio que se había hecho fue nuevamente interrumpido, esta vez por el timbre de llamada de Renjun. Se apartó para responder y, apenas terminó de hablar, se puso de pie.

—Chenle, tenemos que ir a China.

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No tengo nada que decir ni nada que probar.