❝When the sun comes down❞；❨✧ Chensung ❩

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Mark estaba tan enamorado de Haechan que, aunque él lo intentase, no podía engañar a nadie.

Se dio cuenta de sus sentimientos al terminar la escuela elemental. ¿Con doce años pudo saber que le gustaba aquel muchacho lindo al que siempre veía cantar? Por supuesto. Por supuesto que pudo darse cuenta que el latir de su corazón era alterado por su presencia, por su voz o una simple mirada.

Llevaban siendo amigos desde los seis años, sus madres eran amigas desde el instituto y poco les faltó para vivir juntos.

Sus casas estaban una frente a la otra, por ello se daban ocasiones en las cuales Mark se quedaba por más de una semana en la casa de Haechan y viceversa, sin que sus padres se molestaran o les hicieran volver a donde les correspondía, después de todo sabían dónde y con quién estaban.

Unos años atrás, gracias a la confianza que sus padres tenían, lograron disimular su ausencia para ir a una sala de DVD cerca de la zona en la que se encontraban sus casas.

Al llegar al lugar escogieron cualquier película, compraron unas sodas y algunos snacks y pidieron una sala; todo lo primero era una excusa, algo para no verse mal, pues su idea era otra, una para la que necesitaban algo más de privacidad.

Pusieron la película como para saber cuánto se tardarían y se sentaron en aquella especie de sillón cama. Mark era el más decidido, pero no podía decirse que Haechan no lo estaba. Lo habían decidido sin dudarlo: Iban a ser el primer beso del otro. La razón era simple; tenían y seguían teniendo plena confianza en el otro, así que... ¿Por qué no intentarlo?

Mark tomó las manos de Haechan, logrando así ganarse su atención. A Haechan le pareció extraño en un principio, pero no apartó sus extremidades. Mark no necesitó decir nada para obtener, después de unos segundos, el permiso de Haechan.
La distancia entre ambos pares de labios fue disminuyendo lentamente, ambos muchachos cerrando sus ojos al mismo tiempo. El primero fue un beso fugaz, nada fuera de lo común, pero luego Mark quiso ponerle un poco más de sentimiento. En el segundo beso intentó mover sus cerezos, aprisionar los de aquél con los propios mientras su corazón latía con una rapidez vertiginosa, pero Haechan estaba demasiado tenso. Se detuvo y se alejó un par de centímetros, entreabriendo sus ojos.
—Haechan, relájate... ¿sí? —Susurró. Segundos después, al no tener más respuesta que un "mmh" y un tenue asentimiento, se atrevió a eliminar una vez más la distancia entre sus rostros y besar los labios del más bajo; lo hizo con movimientos torpes pero dulces y cariñosos mientras que unas suaves caricias daba a las manos de su mejor amigo.

Haechan respondió como mejor pudo, sus pómulos decorados con un tenue rubor. Nunca pensó que le daría su primer beso a su mejor amigo en una sala de DVD, pero... Le agradaba la idea. La idea de que aquello quedaría entre los dos, que nadie más sabría y que quedaría como un recuerdo especial. Haechan no tenía en mente nada romántico; su corazón latía rápido, pero era por los nervios que poco a poco se desvanecieron. Cuando Mark se separó, Haechan se quedó mirándole a los ojos durante varios segundos en silencio. Mark, aunque albergaba aquellos sentimientos por el que en esa época era más alto, no apartó la vista aún sintiendo algo de vergüenza. El siguiente en tomar la iniciativa y comenzar un nuevo beso fue Haechan, al cuál Mark no pudo negarse. Estaba en el paraíso. Tener a su mejor amigo por quién sentía más que un cariño amistoso frente a él, pudiendo besar sus labios y sostener sus manos... Era una sensación maravillosa.

Entre besos y abrazos sobre aquel mueble la película terminó. Durante los créditos se dio una conversación que no habían tenido antes de comenzar y que a Mark le quitó gran parte de la ilusión.

—Mark. —Llamó la atención del canadiense.
—¿Mh? —Él se dio vuelta y dejó de hacer lo que estaba haciendo para prestarle completa atención.
—Esto tiene que quedar entre nosotros. No creo que debamos hacerlo de nuevo. ¿Sí, Mark? —Lo dijo con un cierto aire divertido; no estaba al tanto de los sentimientos de Mark hacia él, pero si lo hubiera llegado a saber probablemente se arrepentiría.
Para Mark fue como si le arrancaran un trozo de su corazón, pero tenía que disimularlo.
—Haechannie, tampoco quería besarte de nuevo. —Trató de mantenerse serio pero acabó riendo. Rió por no llorar.
—Yo a ti tampoco. —Acompañó la risa del más bajo con una propia, arreglando sus cosas y guardando lo que había sobrado.
Salieron de la sala tras sacar el DVD. Lo llevaron a la recepción donde les dijeron cuánto tenían que pagar; no era tanto dinero como ellos habían imaginado, así que pagaron mitad y mitad para luego irse a sus casas.

El camino fue silencioso; no un silencio incómodo y eso ambos lo sintieron. Cuando estaban cerca de sus casas se separaron, entrando cada uno a la que le correspondía.

Esa noche Mark, aunque no le gustase admitirlo, lloró. Probablemente no tuviera ninguna oportunidad de estar con Haechan, de decirle que no lo quería sólo como su mejor amigo... Pero era mejor tenerlo así que no tenerlo.

( Actualmente. )

Cada vez que estaban en una clase aburrida lo recordaba mientras dormía. Jeno le sacudía para que despertara y dejara de soñar antes de que el profesor se diera cuenta de que Mark no estaba prestando ni el mínimo de atención.

Renjun sólo les miraba; ya se había enterado de que a Mark le gustaba Haechan. Era demasiado obvio, pero lo que nadie más que Haechan y él sabían es que, hacía un par de años atrás, el de tez canela comenzó a sentir lo mismo que Mark. Renjun sólo reía para sí mismo, pues era gracioso verlos sufrir. Ambos tontos pensaban que el otro tenía sentimientos hacia Lucas, y por eso mismo Renjun quería reír aún más fuerte y decirles lo tontos que eran, aún cuando lo hacía todos los días y ninguno se daba cuenta.

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Ahora que estoy de vacaciones puedo escribir más seguido. Lo de la sala de DVD lo vi en un video de ciertos personajes y me inspiré.
Esta es la primera parte del Markhyuck.

¿Quiénes vendrán después? Chan, chan, chaaaaaan.