Esto es un warning target para que no digáis que no he avisado:
En este one shot hay Rickoney, más o menos explícito, y esta historia ya la habéis leído, desde el punto de vista de Raoul. Para mí es importante, porque nadie sabe lo que pensaba Ago en esos momentos, pero no es necesaria para nada. Así que si no vais a aguantarlo, porque no os gusta la pareja (tampoco a mí), podéis no leer el one-shot. Para los demás, bienvenidos.
Octubre de 2017
—Acuérdate de llamarnos si pasa algo. Y no abuses del alcohol, no queremos tener que recogerte en el hospital.
—Mamá —la interrumpe, a la vez que el coche aparca frente a la dirección que Alfred les indicó—, ¿quieres tranquilizarte?
—Ay, mi niño, pero ¿cómo pretendes que me tranquilice? Quiero que te lo pases bien con esos amigos tuyos...
—Son buenos chicos —se le escapa una sonrisa—. No es igual que en Adeje, te lo puedo asegurar.
Su madre le da cuarenta besos antes de dejarlo marchar. Entra en el local, que está perfectamente iluminado, haciendo parecer que es de día. Más vale que luego pongan una buena ambientación, porque ahora mismo el karaoke no parece mucho más que una cafetería normal y corriente.
—¡Gatito! —Sonríe de forma instintiva al escuchar a Alfred llamarle así. No tarda mucho en localizarlo, corriendo hacia él.
—Hola, gato. —Deja un beso en su mejilla, recibiendo a cambio su abrazo—. ¿Llego muy temprano?
—Siendo el cumpleañero, deberías dejar que te lo organizáramos todo, pero es buena hora. —Mira el reloj.
—¿Puedo hacer algo?
—Puedes ayudarnos a colocar cosas, tampoco llevamos tanto tiempo aquí.
El uso del plural pone muy nervioso a Agoney. ¿Será Raoul el que acompaña a Alfred? ¿Por qué siempre tiene que sentir como si un tambor golpeara muy fuerte dentro de su pecho cuando piensa en él?
Todo su cuerpo se relaja al ver a la chiquitina rubia salir de la parte destinada al servicio. Los ojos de Nerea se iluminan al encontrarlos ahí, corriendo hacia él y casi tumbándolo de un abrazo.
—¡Feliz cumple, Ago!
—Pero si ya me felicitaste ayer, chiquitina... —Le revuelve el pelo entre risas.
—Ya, pero hoy lo celebramos, habrá que ponerse en situación. ¿Por qué vas en chándal? —pregunta después de escanearlo con la mirada.
El canario muestra su mochila, en la que guarda la ropa que verdaderamente quiere ponerse para su fiesta de cumpleaños.
—Prefería salir de casa con algo menos... llamativo. —Acaba por decidirse por esa palabra—. ¿Dónde puedo cambiarme?
—Ven, que te llevo a los baños. —Lo coge del brazo con cuidado—. Alf, ¿te las arreglas solo aquí?
—Siempre lo hago —responde, abstraído, mientras se pelea con el mantel.
Nerea menea la cabeza y arrastra a Agoney. Pasan por la puerta, que lleva a un pasillo con tres puertas. A la izquierda, el tinerfeño descubre dos puertas, cada una con un símbolo.
—¿Te espero fuera?
—Estamos solos. Entra y me dices qué tal.
La rubia asiente y lo sigue al interior del baño. Agoney entra en uno de los cubículos, y cambia la sudadera amarilla y el chándal gris por una americana azul eléctrico y unos vaqueros pitillo negros.
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Sueña-One-shots
FanfictionPara leer esta historia, tienes que haber leído la historia original: "Sueña", pues se trata de una serie de relatos de momentos importantes, pero no necesarios, que nunca salieron en la historia. Aquí verás momentos super soft, momentos de tristeza...