·•R O S E S•· «ArgChi» [C.H] (old)

‹CAP 8: Cerezos›

[N.A: estoy leyendo esto en 2021, que cringe, perdonenme /e llorar. Posta tengan en mente que tenía 12 así se les van las ganas de embocarme una piña :(]

Argentina corrió lo más lejos que pudo, en su recorrido se tropezó con una piedra, cayéndose encima en una pequeña bajada.
Rodó por el piso hasta toparse con unos pies pequeños, en unas zapatillas de osito. Subió más la cabeza y vio una cola de gatito con un moño.
Era uno de los tres nekos orientales.

Al verla mejor la distinguió.
-Quieles ayuda Algentina Chan?- dijo SurCorea tiernamente mientras le ofrecía su mano.
Algo bueno le pasaba en ese día.
Ella se levantó y abrazó a la coreana agradecida.
-Porfin alguien que no está con lo del Tweet...- decía feliz.
-No lo cleí, ela lalo pensal que no quelías a tus amigos- decía sonriente.
SurCorea era muy dulce y tierna, siempre estaba ayudando a pesar de un pasado tan oscuro.
-Tienes la cala toda llena de laspones, ven te voy a ponel unas culitas- dijo y fueron al hogar del Neko.
Allí le puso unas curitas y Argentina salió al patio de la casa.
Era hermoso y grande.
Allí vivía ella junto a Japón, Mongolia y China.
Había dos hermosos cerezos.
Eran lo que más le gustó a Argentina de la casa.
Los estaba observando cuando alguien por atrás le dijo con vos serena.
-Tan difelentes los dueños de la casa con gustos tan palecidos...-
Argentina se dió vuelta y vio a China, llevando su quimono rojo con estrellas.
-Estas mejol pol lo de más templano?- le preguntó compasiva.
-Algo...el ayuda de SurCorea mejoró mí día...- dijo Argentina triste. -China..puedo pedirte un consejo ya que estás?- le dijo Argentina dudosa.
-Clalo- dijo serena la china.
-Hoy uno de mis amigos se veía demasiado afectado por esa mentira, tanto que ni emociones mostraba...- dijo pensando en Chile.
-Eles muy pleciada pala él?- preguntó China al estilo de una psicóloga.
-No lo sé...somos amigos desde que soy libre...-. Argentina deseaba ser alguien especial para el chileno sinceramente, pero no sabía si después de ese drama el la iba a seguir queriendo.
-Entonces le afectó mucho... podlías plobal hablal con él- dijo China sin dejar de mirar los cerezos.
-Me debe odiar China...-dijo Argentina muy mal.
-Escuchame, el te debe quelel mucho, si no no estalia tan...shockeado..-
-Tenés razón! Sos una grosa China! Tengo que hablar para desmentir todo esto, llorar no sirve de nada- dijo Argentina emocionada.
Ambas se saludaron agachándose, era la casa de la oriental, por lo tanto iba a respetar la forma de actuar de esta.
Argentina se marchó.
Los cerezos seguían moviendo sus ramas, dejando escapar algunos pétalos de sus hermosas flores, dejando un consejo muy importante a la latina.