Cap. 5

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NARRA ERICK

Era miércoles por la tarde, exactamente las 18pm, el frío invadía mi cuerpo, el cual bebió demasiado café. Estaba en una zona de nieve y por subirme a un helicóptero, la clase practicaba paracaidismo en una ciudad cercana. Admito que tenía algo de miedo pero se veía genial.

Al terminar las actividades teníamos dos opciones, irnos al hotel a descansar o disfrutar el lugar.

Bleyck insistió para ir a esquiar y no quedó otra que aceptar.
Cuando se pusieron los esquíes tuve que observar como lo hacían porque nunca usé unos, por cierto Antuán y Richard también estaban, su clase había echo la misma actividad.

—Bien, comencemos. —Dijo Antuán y todos se deslizaron empezando el recorrido. Yo me quede en el mismo lugar viendo como se alejaban, ahí fue cuando alguien se rió, quien más podía ser, era Williams.

—¿No sabes esquiar?

—No es eso, ellos se largaron antes de tiempo. —mentí.

—Bueno, no me queda otra que enseñarte.

—No sabés si aceptaré tu ayuda.

—No te arrepentirás, es genial poder hacerlo.

Williams me enseñó cada detalle y cuando me sentí en confianza nos largamos juntos.

—¡Tenías razón, está genial! —Le grité feliz. Estuvimos un buen tiempo esquiando, hasta que el cielo se iba oscureciendo.

—Vamos a tener que volver por aquella telesilla. Paremos ahora. —Dijo él.

—¿Parar?— Pregunté confundido.

—Si, oh- ¡No te enseñe!

—¿Y ahora? —dije cuando ya nos habíamos pasado de largo.

—Me acercare de a poco e intentaré detenerte, aunque la probabilidad de caernos es de un 85%.

—¿¡Que!? —Hice una pausa. —Bueno, no nos queda otra. —Dije resignado.

Y así fue, rodamos por un rato hasta llegar a un lugar empinado, por lo que topamos contra la nieve, por suerte llegamos a una cabaña de hospedaje.

—¿Piensas lo mismo que yo? —Dijo él.

—Sí, vamos a tener que pasar la noche acá.

Pedimos una habitación, por cierto solo había disponible una matrimonial.

—Erick, me voy a bañar.— Advirtió Williams

—Bueno, te espero así bajamos a cenar.

Mientras yo leía un libro, siendo interrumpido por un ruido debajo de la cama.

—¡Williams! ¡Vení, hay ruidos de bajo de la cama! —Tenía mucho miedo.

Williams llegó rápido, pero ¡estaba en cuero! Dios santo, que cuerpo.

Quedé impactado, me había olvidado de que algo hacía ruido debajo de la cama, él se agachó para ver debajo de la cama, su trasero eran dos sandías enormes.

—Mira Erick era un gatito.—dijo feliz.

—¿El qué? —Solo podía mirar su cuerpo desnudo.

—Que es un gatito.  —Me lo mostraba mientras lo acariciaba.

—Oh, ya veo. —Trate de recuperar la cordura. —Ve a cambiarte, tengo hambre. —Le dije mientras miraba hacia otro lado.

El lugar era rústico. Las meseras nos miraban a lo lejos y susurraban pícaramente.
Cuando terminamos de comer una de ellas se acercó.

—¿Quieren algo más? ¿Postre? —Dijo sensualmente, su escote estaba más pronunciado que antes.

—No, gracias, muy rica la comida. —Dije inocentemente.

—No me refería a eso pequeño. —Me acarició mi mejilla con una sonrisa.

Williams se levantó de la mesa.

—Nos retiramos.

Volvimos al cuarto, Williams se tiró en la cama. Yo me quedé pensando en esa muchacha atrevida, si sus besos serían igual al que me había dado Williams.

Me metí a bañar, el agua caliente revivió mi cuerpo. Cuando estaba por salir noté que me había olvidado mi remera en la mesa de luz . Cuando llegué al lugar la mesera estaba en la cama, arriba de Williams, aún con ropa, pero él sin su remera. Sentí algo punzante y mis palpitaciones aumentaron.
Williams me miró sorprendido, yo agarré mi remera y me dí la vuelta.

Él salió de la cama rápidamente echando a la mesera.

—¡Erick! —Gritó él.

—¿Si? —Me di vuelta.

Apenas dije "si" me agarró del brazo.

—No es lo que piensas, ella entró a dejar toallas limpias y cuando estabas viniendo me empujó a la cama.

—Está bien, puedo dejarte solo con ella, pero que no sea mientras esté yo. —Dije algo enojado y confundido, me estaba comportando raro. ¿Acaso sentía celos si alguien más lo tocaba? Debo estar loco.

—Te dije que no es así, no pienses mal de mí. —Me suplicó.

—Oh vamos, no eres ningún virgen. —¿Pero qué dije? yo no me comporto así, mi boca largó esa frase sin que pudiera pensarlo.

 El rió cabizbajo, yo me sentía como una madre o novia celosa.

—¿Y qué si lo soy? Incluso- Incluso fuiste mi primer beso. —Me dijo mirándome a los ojos con sinceridad y algo rojo.

Yo estaba impactado por la situación y por ser su primer beso, incluso era virgen, my good. En pocos segundos supe cosas íntimas de él. 


No sabía como proseguir, la conversación se había tornado rara. Williams me tiró a la cama, se puso arriba mio y me besó bruscamente agarrándome con fuerza los brazos.

—¿Williams?

—Lo siento, eres tan lindo que no puedo solo mirarte. — Dijo mordiendo sus labios.

Comenzó a besarme el cuello lenta y sensualmente, de una manera tan profunda que generó una corriente en mi cuerpo, apreté fuerte sus brazos, el continuaba besando mi cuello hasta que bajo a mis pezones.

—¡Aaaah! —Logró que largase un gemido, estaba avergonzado, no podía tapar mi boca ya que mis manos estaban presas, el me miró a los ojos con satisfacción. Me miraba de forma lasciva, mi cuerpo hervía y mi corazón se salía.

—¿Puedo seguir? Juro que no te sacaré el pantalón. Por favor.

Confieso que no era que no me gustara Williams, pero soy un príncipe, no puedo estar con cualquiera que se me cruce. El hacía encender algo en mí que era irresistible, él era irresistible, pero sabía cual era el límite de todo, aún así...

—Solo un poco. —Dije súper avergonzado. 

—Gracias. —Soltó mis manos con una sonrisa, besó mi abdomen con besos subccionantes y bajó a mi erecto bulto, su boca se posó en él e hizo movimientos que me llevaban al cielo.

—Williams. —Dije exitado como si fuera un "me encanta pero ya es suficiente". El volvió a mi rozando su bulto algo mojado con el mío, eso me excitó aún más, sentía un hormigueo por todo el cuerpo, se movía cada vez más rápido, frotaba y frotaba su bulto sin parar mientras me besaba de una manera algo salvaje.

—Me vengo. —Me dijo Williams.

—Yo también. —Dije excitado mientras agarraba los brazos de él.

Ambos terminamos al mismo tiempo, Williams se desplomó arriba mío, quedamos jadeando de placer mientras me abrazaba. Su musculatura era excitante, se me podría levantar de nuevo si seguía tan cerca de él. Sin decir nada apagó las luces, la luna se veía por la ventana y nos iluminaba.

—Fue maravilloso que seas vos. -Dijo Williams dándome un beso en la frente. Era demasiado dulce para ser real. Esa noche le confesé que también fue mi primer beso, eso lo hizo felíz.

Al día siguiente me desperté abrazando a Williams, recordé todo lo sucedido y me avergonce de ello.

YAOI - Amado Militar [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora