0 1

1.6K 76 64
                                    

Derrota.

Y Peanut suspiró con una sonrisa. No podía estar molesto, ni triste, se esperaba esa derrota, al final de todo iba contra los mejores (o al menos para él), SK Telecom T1. Había jugado contra su ídolo, su héroe, su todo, Faker y estaba feliz de haberlo hecho, aunque hayan perdido, el pequeño rubio sólo se había ilusionado más con esa partida, creyendo que eso había sido sólo una puerta para entrar y conocer al queridisimo Faker.

WangHo había admirado a Faker desde los últimos dos años, y jugar contra él por primera vez hizo que el pequeño se sintiera más que feliz.

—¿WangHo? —una voz le sacó de sus pensamientos y era uno de sus compañeros del equipo, quién estaba de pie y frente a un chico del equipo con el que había perdido.

—Ah, p-perdón... —se levantó inmediatamente e hizo una reverencia ante el primer chico que era MaRin.

Pasaron uno por uno hasta que Faker llegó al pequeño rubio, éste lo miró y sonrió como niño pequeño viendo un juguete nuevo, estrechó la mano del castaño e hizo una formal reverencia.

—M-me esforzaré la próxima vez.—dijo antes de que Faker continuará, y éste lo miró, parpadeó unas veces y asintió.

—Ah, yo también me esforzaré. —y le dedicó una sonrisa cuando sus miradas se cruzaron.

Durante el resto del año Peanut se esforzó más, abandonó Najin y se unió a ROX Tigers, y estos le animaron a seguir y continuaron juntos como equipo.
El rubio veía a menudo los stream de su ídolo, y analizaba con cuidado cada partida, cosa que no les parecía extraño a sus compañeros, oh bueno, no tan extraño ya que solamente veía los vídeos de Faker , no de MaRin, no de Bengi, no de Bang ni de Wolf, sólo Faker.

Y por fin llegó el día que Peanut esperaba, el torneo del año 2016, esa temporada volvían a enfrentarse a SK Telecom T1, y el pequeño rubio no podría aguantar tanta felicidad dentro de sí por mucho tiempo.

—WangHo llevas en el baño arreglandote por una hora, ¿qué tanto haces? —habló Kuro al otro lado de la puerta mientras la golpeaba suavemente—. Oh, mejor no quiero saber...

—¡N-no estoy haciendo nada malo! —se defendió, y era cierto, estuvo arreglando su cabello y su rostro para verse bien—, Ya voy a salir.—suspiró cuando tomó un poco de más confianza en sí mismo y salió del baño.

—¿Por qué quieres lucir bien? Sólo estaremos sentados, y si ganamos pasaremos al escenario, es todo.

—Y-yo... —apartó la mirada y se encogió de hombros—. Por nada en especial.—mintió.

No dijeron nada más, fueron con el resto del equipo y todos ellos se dirigieron al lugar donde sería el torneo. Al llegar, fueron directamente a los bastidores a dejar sus cosas y después de eso Peanut fue a los baños para verse al espejo una vez más, los minutos se le estaban haciendo eternos, y comenzaba a frustrarle eso.

—Bien, lo harás bien, lo único que tienes que hacer es mirarlo a los ojos, sonreírle y desearle mucha suerte.—suspiró y se sonrió a sí mismo—, hora de volver con los demás, no quiero que se preocupen.

En ese momento vio un reflejo en el espejo que no era el de él, al analizar de quien se trataba, se sonrojó e inmediatamente dio la vuelta para saludarlo. Quiso caminar hacía él para no estar tan lejos pero accidentalmente tropezó con uno de sus cordones desatados.
Cerró sus ojos esperando el impacto del frío suelo, pero a cambio de eso, sintió un cálido pecho (que pudo reconocerlo por el latido que se escuchaba) y unas grandes y cálidas manos sujetarlo por los codos.

Te sostendré.  ─ fakenut.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora