Capitulo 3: Necesitás ayuda?

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Al despertar me quede mirando fijamente al techo de mi actualmente inmenso cuarto, en la escuridad mientras veia el tiempo pasar. No podia dejar de pensar en que si no hubiera tenido deseos tan egoistas esto no hubiera pasado, o si simplemente hubiera ignorado aquel sueño lo mas probable es que me estuviera despertando con tranquilidad para ir a mi escuela. Pero aqui estaba yo, enfundado en una pijama rosita mal puesta, con partes de mi cuerpo DEMASIADO hinchadas, mechones de cabello sobre mi cara...

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando la misma chica de hace rato entro en mi habitación, encendiendo la luz, y fue caminando lentamente a el lugar en el que me encontraba. Al ver la luz encenderse cerre rápidamente los ojos para simular que seguia durmiendo, al parecer funciono.

-hola?, señorita?- al no recibir ninguna respuesta se me acerco un poco mas- señorita? -seguia sin responder, no tenia idea de que decir en ese caso- esta bien, le dire a su padre de que todavia se encuentra un poco agotada y que volvere mas tarde- me dio un beso en la frente y se dirigió a la puerta, algo dentro de mi nacio, algo parecido al remordimiento, no pensaba dejar que esa pobre chica tuviera que volver por donde vino y regresar aqui solo por un capricho mio!

-Nicole! Ya desperte...

Volteo rápidamente la mirada.

- perfecto!!!

-entonces ahora que?... -dije con un tono un poco amargado para fingir que recién habia despertado

-por ordenes de tu papi tengo que arreglarte para tu noche especial- solto unas risitas que me levantaron un poco de temor y sospecha

-a que te refieres con noche especial?... -dije consternado temiendo su respuesta

-ya sabés a que me refiero, tu padre queria que tuvieras una cita con ese muchacho... Como se llamaba? Alejandro o algo asi verdad?-

Esperen un segundo... Reconozco ese nombre!

-Alejandro... Lopez?-

-Ese mismo! Jaja-

Oh no, de todas la personas con las que podia terminar saliendo en este mundo, tenia que ser con el?! Esto tenia que ser definitivamente una broma...

Alejandro López era el tipico cliche de niño adinerado de papi y mami que tiene el futuro hecho gracias a su dinero. Se encargaba de hacernos la vida imposible a mi y a mis amigos, todo porque el decia que eramos inferiores a el y que fácilmente podíamos ser reemplazados, que eramos prescindibles en este mundo, que no teniamos valor alguno al contrario de el y sus "seguidores".

-Tiene que ser una broma- mi cara se sueño automáticamente se transformo en un rostro inexpresivo.

-como va a ser una broma con un muchacho tan guapo como el? - Nicole, quien ya estaba sentada al borde de mi cama se sonrojo un poco despues de lo que dijo, yo apenas y podia aguantar las ganas de vomitar. El por intentarse ver a la "moda" mas bien terminaba pareciendo un afeminado, por eso bromeábamos de que lo mas probable es que se confundido cual moda seguir al final de todo.

-No me hagas vomitar por favor...-

Nicole empezo a reir como si esto fuera una platica normal entre adolescentes, y smahora que prestaba un poco mas de atención note que no habia tanta diferencia de edad entre nosotras, maximo un año o dos...

-bueno, por donde quieres empezar?- dijo Nicole calmandose poco a poco después de su ataque de risa, el cual debo admitir fue un poco contagioso haciendo que riera con ella.

-uhhhh, no se? -

-creo que primero deberia darte un baño, o puedes sola? Jaja! -

-creo que preferiria que lo hicieras tu...- nunca me habia bañado en el cuerpo de una chica, no sabia que hacer, lo mejor seria dejar todo en manos de la experta que estaba a mi lado.

Despues de que ella estalló en risas denuevo mientras que en esta ocasión  mi cara estaba roja como las llamas del infierno.

Finalmente después de un par de gemidos y expresiones de asombro y sorpresa finalmente me envolvió en una toalla y me dejo en mi cama mientras iba en búsqueda de quien sabe que en ese cuarto que parecía tener el tamaño de una casa promedio del sector medio bajo.

Cuando regreso, ella traía una caja de metal cuadrada y otras bolsitas extrañas, ademas de lo que parecía ser una plancha para cabello y unos frascos de vidrio con colores líquidos en su interior. No tenia mucho conocimiento en el ambito de lo femenino, ya que desde temprana edad mi madre busco el divorcio y le declaro eterno odio a los hombres (he ahi la razon por la cual casi no nos comunicábamos) pero no hacia falta usar tanto la cabeza como para identificar el uso de cada una de esas cosas, o almenos de la mayoría.

Primero senti como mi pelo se quemaba poco a poco mientras obtenía un aspecto mas uniforme, luego como mis cejas eran extraídas de su raiz sin piedad, dejando un horrible dolor en su paso, después algo parecido a una tigera comprimia mis pestañas, y finalmente fui incapaz de usar mis manos y pies por un largo rato mientras que el color negro con detalles dorados iba secándose poco a poco.

-Hora de comer!- Dijo ella mientras ponia una fruta dentro de mi boca y la giraba lentamente para que la pudiera comer completa -tenemos que cuidar tu figura, con esas curvas haras que cualquier hombre en tu rango choque en algun lado-

No sabia si reir o llorar.

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