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La puerta del salón se cerró con fuerza y él liberó mi muñeca girándose para verme muy serio, pero no quitaba la sonrisa maliciosa de sus delgados labios. Retrocedí de inmediato con mi bolso en el hombro, JungKook disfrutaba verme así.

—Hanna, Hanna—canturreó como muchas veces hacía meses atrás— ¿Por qué siempre huyes de mí, nena?

—Déjame en paz—seguí retrocediendo y él siguió acercándose. JungKook si recordaba todo, sus actitudes eran más que obvias cuando se trataba de mí, no entendía cómo lo hacía o qué pasó, pero no puede ser posible que lo que yo creía espíritu o fantasma realmente esté vivo y estudiando conmigo.

—¿De nuevo el mismo tema? —rodeó los ojos aburridos dejando su bolso en el escritorio—Ven aquí.

— No—mi espalda tocó la pared y supe que estaba atrapada.

"No dejaré que la misma situación se repita, no y no"

— Hanna, ven aquí—ordenó levantando una de sus cejas, aquella chaqueta de cuero le hacía ver más musculoso sobre todo cuando se cruzaba de brazos— ¿Quieres que vaya a buscarte, nena?

Mi cerebro rápidamente buscó la forma de salir del salón, si me iba por la derecha entre las sillas podía llegar a la puerta y complicarle a él la situación para atraparme. Debía ser rápida si quería lograrlo, JungKook comenzó a acercarse y fue que me moví de acuerdo al plan, llegué a la puerta en minutos, pero para girar el estúpido pomo de mierda me tardé más de lo debido por mis manos sudorosas de los nervios.

— ¡Te atrapé! —rodeó mi cintura y cubrió mi boca con su mano haciéndome chillar de susto. Forcejeé intentando soltarme, mi bolso cayó al suelo y el chico me llevó al escritorio recostando mitad de mi cuerpo allí.

"Joder, joder"

— N-no me h-hagas daño, por favor—mis manos temblaron. Cerré los ojos cuando acarició mis mejillas, pero volví a abrirlos cuando tomó fuertemente mi rostro con su mano, JungKook tenía la misma mirada oscura de aquellos momentos abusivos.

— Me lastimas mucho, Hanna, eres muy mala conmigo—abultó sus labios.

— T-tú d-dijiste que me d-dejarías ir...

— ¿Que te dejaría ir? —pareció pensarlo frunciendo su ceño sin soltarme, su cuerpo presionaba el mío y sentía perfectamente esa parte íntima de su pantalón—No, no, Hanna, yo nunca te dejaría ir—negó lentamente con la cabeza hablándome con dulzura como si fuera una bebé—Admito que me sorprendí al verte aquí, pero supongo que es el destino. Tú debes estar conmigo, eres mía, ¿Recuerdas?

"No de nuevo"

— Casi muero por ti—acusé sin pensarlo—Estaba débil por tu culpa.

— Oh, si, recuerdo que creías que era un fantasma lo cual es realmente estúpido—volvió a estar serio, se inclinó a mí estando cerca de mi rostro, mantuve los ojos bien abiertos mirándolo—Nunca estuve muerto, Hanna.

— ¿Q-qué?

— Sufrí un accidente con algunos amigos—contó—Estuve en coma por meses, cuando decidí visitar la casa de mis abuelos...resulta que ellos se habían mudado—acarició mi labio inferior sonriendo—Pero resulta que la chica que quería para mí vivía allí.

"La pareja de ancianos que Jimin me había dicho eran... ¿sus abuelos?"

— Pero nadie más podía verte...

— Porque me interesaba que sólo tú lo hicieras—dio un corto beso a mis labios— ¿No lo ves? Todo lo hice por ti.

"Y ahora lo tenía en la misma universidad que yo jodiéndome la existencia"

— ¿Cómo llegaste a Chicago?

— Paso a paso, nena, no puedo contarte el final tan rápido—volvió a besarme, pero me rehusé a corresponder. Hizo presión en mi barbilla entreabriendo mis labios, intenté golpearlo y de inmediato sujetó mis manos contra el escritorio, jadeé cuando mordió mi labio inferior jalándolo—No te preocupes, seguiré cuidando de ti—se separó.

Recogió su bolso y se retiró dejándome sola en ese salón, toqué mi labio encontrando dos gotitas rojas.

El hijo de puta me había roto el labio.

El hijo de puta me había roto el labio

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• Sangre Fría • [JEON JUNGKOOK] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora