Un final como de película II

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-Nos vemos luego, señora Katsuki -se despidió Phichit desde la ventana del auto de Seung.

-Hasta luego, diviértanse -dijo la mujer moviendo la mano antes de entrar en el edificio, pues tenía las llaves de su hijo.

-Vamos, Seung -dijo al acomodarse en su asiento, pasándose el cinturón de seguridad.

-Uhm -asintió el coreano al arrancar el auto.

-Esto me está preocupando, Phichit -murmuró Yuuri algo nervioso, mirando la cinta que quería que se pusiera en los ojos- ¿Debería preocuparme? -le mostró la sospechosa cinta negra, colocándose entre los asientos del conductor y el copiloto- Porque esto luce muy preocupante.

-No te preocupes, ¿cuando he hecho algo que te haya puesto en problemas o en vergüenza? -le mira con una sonrisa y ante la cara que tenía Yuuri solo volvió su mirada al frente sin quitar su sonrisa- No me respondas, ¡solo ponte la cinta!

-Está bien, está bien... -murmuró colocándosela- ¿Pero tardaremos mucho?

-¿Seung, tardaremos mucho? -repitió a su novio.

-Tardaremos lo que tengamos que tardar. Aunque no hay trafico -contestó simple el coreano.

-¡Bien! ¡Entonces, coloquemos música para mejorar el ambiente! -asintió Phichit con emoción, encendiendo la radio para poner su lista predeterminada y subirle el volumen- Oh, me gusta esta canción -dijo feliz antes de comenzar a cantar- ¿Cómo le hacemos para volverte a enamorar? Otra vez. Déjame entrar, otra vez. Te quiero ya -alargó bailando en el asiento.

-Katsuki, recuérdame no mostrarle más bandas coreanas a Phichit -pidió Seung con un suspiro.

-Trataré -asintió Yuuri algo divertido.

Por suerte para ambos, solo bastaron dos canciones de Super Junior, una de KARD y otra de BTS antes de llegar al lugar en que aguardaba la sorpresa de Yuuri.

-Bien, hora de bajar -canturreó el moreno apresurándose a hacer lo dicho para abrirle la puerta a Yuuri.

-Voy a tropezarme -aseguró Yuuri nervioso al salir, aferrándose a las que pensaba eran las manos de su amigo.

-¡No te vas a tropezar, Yuuri! -canturreó divertido, asiéndose a un lado- Te sostendré bien -dijo siguiendo el juego- Ahora, has silencio -dijo cerrando la puerta, quedándose atrás.

-¿En silencio? ¿Por qué? -preguntó Yuuri sin obtener respuesta- Phichit, en serio, esto me está poniendo muy nervioso... comienzo a sentir mis axilas sudar -se queja removiéndose un poco. Se mantuvo en silencio tal como el moreno había pedido, pero era demasiado- ¿Falta mucho? -volvió a hablar luego de algunos minutos caminando.

Su respuesta llegó cuando la cinta que cubría sus ojos se aflojó hasta dejarla caer. Lo primero que Yuuri vio fue un hermoso jardín decorado con velas digno del castillo al que pertenecía, el cual estaba a varios kilómetros. El aire estaba repleto del aroma de las flores y junto al cielo estrellado todo lucía un poco mágico. Sorprendido volteó para mirar a Phichit, pero su amigo no estaba allí.

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