Hoy es un día muy especial, 25 de Noviembre, mi cumpleaños, hoy cumplía 20 y sí, les recuerdo que aún vivia con mis padres.
--¡Cumpleaños Feliz! ¡Te deseamos a ti, feliz cumpleaños Gabriela y que seas feliz!-- Desperté de mis pensamientos y mis padres entraban con un pastel cantando la típica canción de cumpleaños, pero digamos que a su manera.
--Mamá, Papá así no es la letra de la canción.-- Los observe y ellos rieron.
--Bueno, ya nos conoces estos 20 años siempre te la hemos cantado de esa manera.-- Mi mamá esbozo una sonría y se acercó hacia mi con el pastel.-- Ahora sopla las velas y pide un deseo.
Cerré mis ojos por unos segundos y desee con todas mis fuerzas que está vez con Ian y en el amor todo conspire a mi favor. Abrí mis ojos y sople las velas.
--Gracias mami y papi son los mejores, además el pastel está genial.-- Me acerqué, los abrace y papá beso mi cabeza.
--Este pastel lo hizo tu tía Lorena, luego le agradeces.-- Asenti y le sonreí.
--Okay basta cursilería, cambiate que nos vamos por tu sorpresa.-- Mi papá soltó su agarre y con mucho entusiamo pidió que me arreglará rápido.
***
-
-¿Qué hacemos aquí?-- Pregunte.
Estábamos fuera de un gran edificio, esperando alguien que nos recibiera.
--Ya verás pequeña.
--Hola, usted es ¿Adam Allen?-- En ese momento llego un señor de unos 54 años, Rubio y alto para recibirnos.
--Sí, soy yo.
--Okay acompañenos.
Mi padre y yo lo seguimos de camino hacia el edificio, el señor sin nombre saludo en la recepción a la señorita que trabajaba y luego llamamos al ascensor
El camino ha sido silencioso, pero aún no entiendo que hago acá.
Vi que el señor sin nombre pulso el botón número 7 y el ascensor ascendió hasta ese nivel para luego abrirnos las puertas en el piso, y mostrarnos un largo pasillo.
Lo seguimos hasta una puerta que era 710 y por fin hablo.
--Bueno me presento, soy Javier y sere quien les entregara las llaves de su apartamento.-- Lo mire extrañada y el sonriente estrecho su mano con la mía.
--¿Qué cosa?-- sólo omitió mi pregunta y me indicó que firmara un papel.
--Bueno, el apartamento ahora es todo tuyo, te hago entrega de las llaves y en el meson encontraras un regalo de bienvenida como cortesía del edificio, a nombre de todos los empleados y bueno también de mi parte, las llaves son todas tuyas y cualquier problema no dudes en llamarnos.-- Abrí mi boca del asombro y recibí lentamente las llaves sin apenas creerlo.
Ingresé la llave para poder abrí la puerta, y comencé a llorar de la emoción.
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Casualidades de la vida.
Teen FictionLlevo casi unos 2 años viendo a un chico de camino a la Universidad, es de pelo castaño claro y una mirada penetrante, alto, lo veo cada día jugar con un pequeño, el cual es identico a él. Siempre cuando me veía pasar me guiñaba un ojo y yo me sonr...