paparaz z i.

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Mi día ya por fin acababa, o recién comenzaba, ya eran las 12 de la noche del día siguiente, quería descansar, créanme no me arrepiento de nada, lo disfrute a pesar de esos momentos incómodos, se que quizás con el tiempo puede cambiar, pero me atrae, es mi amor imposibles y que ahora que no sea tan imposible sino un posible me ponía feliz.

--¿Estás cansada? Creo que es hora de volver a casa, tu día fue largo, y yo dejé a Tyler en casa con Mamá, y si no duermo con el por la noches llorara.-- Lo observe con ternura acerca de su confesión.

--Sí, lo comprendo completamente, me gustaría conocerlo.--confesé.-- Lo he visto muchas veces y es un niño muy tierno.

-- Lo es, es mi pilar fundamental en mi vida, no lo cambio por nada.-- Sonrió, puso las manos en sus bolsillos y comenzó a caminar devuelta al auto.-- Te llevaré a tu hogar sana y salva.

***
Subiendo al auto nos comenzaron a rodear muchas personas con cámaras fotográficas y personas con micrófonos de grandes cadenas de televisión del país, esto me asustaba sabía que mañana todo esto estaría en revistas en primera portada y en la televisión, contando todo lo que dijimos.

Ian me entrega su abrigo y me cubre, abrazandome por el hombro, intentado abrir paso para subir el auto.

--Tranquila, se que te preocupa lo que tu padre piense sobre esto, y más si mañana todo sale en televisión.--susurra en mi oído y hace que mi piel se erize.

Me abre la puerta del automóvil y me deja con las palabras en boca, quedé completamente muda antes sus dichos, subí rápido para poder irnos de ese lugar, el sube a mi lado y comienza conducir lento, para no arrollar a ningún camarógrafo, yo sigo oculta bajo el abrigo ocultando mi rostro, no estaba lista para esto y menos para los enojos de mi padre, esto desde el principio estaba difícil, pero odiaba el sentimiento de mi corazón de no querer alejarme de él.

Camino a casa el me charlaba cuanto le gustaba jugar fútbol con sus amigos o hacer reuniones en familia, con sus tios, primos, sobrinos, amaba eso y mi corazón rebosaba de alegría todo el tiempo quise un hombre que fuera de familia con la cual compartiera.

--Perdón por lo sucedido de hoy.-- dijo y yo lo observe con confusión.

--¿A qué te refieres?--Pregunte rápidamente.

--A lo de... bueno, lo de mm... cuando estábamos heee yo...-- Lo notoba nervioso y ponía su mano en la nunca sin quitar nunca la vista en la carretera. Rei ante su reacción.

--¡Hey! Tranquilo, se que a que te refieres, te perdono.-- Rei una ultima vez y note como se relajada y soltaba una risita.

--A bueno referente a los Paparazzis también te debo una disculpa, no quería exponerte de esa manera ante las cámaras, tu sabes por lo de tu padre yo estoy algo acostumbrado, pero se que para ti todo esto es un poco extraño, tan extraño que apenas sabías que era reconocido en la ciudad, y tanta ha sido la casualidad de coincidir varios años de camino a tu Universidad.-- Esbozo una sonrisa en su rostro, veía como sus ojos brillaban al expresar lo que sentía.

-- Disculpa aceptada, créeme ha sido un gusto coincidir contigo en esta vida.-- Confesé y mis mejillas se sonrojaron, el me observa con ternura.

No saben cuán relajada me sentía en estos momentos, esto nunca había sucedido con chicos anteriores, normalmente me forzaba a relajarme o hasta sentirme feliz, pero el en tan poco tiempo desde que lo vi de camino a la Universidad, cambiaba mis días, los transformaba y ahora me daba cuenta que mi noche cambio completamente, me sentía como una niña de 15 años, un poco torpe, sintiendo esas mariposas en el estómago.

--Hemos llegado, hogar dulce hogar, que descanses, te veo pronto.-- Hablo y luego besar mi mejilla en forma de despedida.

-- Adios, espero verte pronto. Gracias por esta linda noche.-- Me despedí y baje del automóvil, cerrando lentamente la puerta y comencé a caminar hasta mi hogar.

Subí los tres escalones hasta la puerta, busque mis llaves en mi bolso, me gire y el aún estaba ahí esperando que entrará por la puerta, hice una seña con mi mano en forma de despido y abrí la puerta lentamente para que nadie despertara, entre y repetí la acción, cerrar despacio y subir los escalones hasta mi habitación.

--¿Dónde estabas?--Escuche una voz a mi espalda y me detuve para poder voltearme y ver a mi padre que me esperaba.

--Con Abby te lo dije sólo fuimos a beber algo y tener una pequeña noche de chicas, ya sabes chismosear, hablar de la Un...-- Me interrumpió, sorprendiendo con lo que me decía y mostraba frente a mis ojos.

--¿Y se puede saber que significa esto?-- Encendió la televisión y ahí estaba Yo, siendo cubrirá por el abrigo de Ian.-- Te lo advertí Gabriela, hija quiero lo mejor para ti y no se si esto sea lo mejor.

-Ni siquiera lo conocer.

-Y tu tampoco, sólo salieron un día, Gabriela, sólo un día.

Golpe bajo, era verdad lo que dijo, no lo conocía, sólo era un par de cosas por lo que hablamos hoy, pero tenía razón.

--Basta Adam tu hija tiene 19 años no es una niña de 14 merece volver a encontrar el amor al igual que Ian, y ahora todos a descansar, mañana trabajas Gabriela y Adam tienes reunión a primera hora.-- Mamá nos interrumpió ante nuestra discusión, no escuche ningún momento en el cual bajo hasta el primer piso, bueno el enojo nos cegaba a mi y a mi padre.

Salvada por la campana pensé, mamá tenía razón, es mi otra mayor amiga, me gusta la confianza que podemos llegar a tener y que apoye en estos casos es lo mejor, somos dos contra uno.

Bueno mi padre se resignó y subió a su habitación.

--Tu y yo mañana hablamos, me tienes que contar todo.-- Hablo mi madre y sonrió, me abrazo y beso mi cabeza.-- Buenas noches descansa cariño.

--Descansa, mamá.

Subí las escaleras y entre en mi habitación, cayendo redendida en mi cama para caer en un profundo sueño.

Casualidades de la vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora