☄️; juls me voy

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a r i a
────「 ♪ 」───

- Bueno, que Adriá al final no puede hacer su turno de mañana. No puedo cubrirle yo... Venga, Mari, hazlo tú.

Miro a Julia mientras limpio de la barra todo lo que ha derramado un niño al llevarse su Colacao a la mesa. La madre se ha disculpado, pero no me ha podido ayudar porque el otro niño, un bebé, se ha puesto a llorar. Pablo quiere tener hijos, la verdad es que de padres seríamos un auténtico espectáculo. Sumar pintas de camello con pintas de fumada podría salir: o muy bien o muy mal o muy gracioso.

- Venga, va, lo haré. Pero me debes una para cuando falte Tamara. - sonríe y acepta el trato. - Por cierto... Me iré antes.

Julia suspira, muchas veces la dejo recogiendo sola la cafetería. En mi defensa, debo admitir que suelo limpiar siempre yo los estropicios de los clientes, como ahora. Juls deja de apoyarse en la encimera, estaba escribiendo algo en la libreta de los pedidos. Vuelve a asentirme, esta vez un poco más reacia. Sigue garabateando en las hojas, no parece que tenga mucho que ver con el trabajo.

- Y en mis ojalás la del paraguas apareciera de nuevo por esa puerta... - susurra, y lo escribe.

¿La del paraguas? Me aparece la imagen de Sabela en la mente, justo cuando nos miramos antes de que cerrara la puerta del coche. Encendí la radio y me fui de allí. Podría volver.

☄️

Suena tibia la voz de Billie Eilish en mis cascos, quedan algunos clientes con caras de profundos que se debaten entre si pedir otra taza de chocolate o marcharse. El local es bonito, tiene un ambiente diferente, muy de Julia y mío aunque no hayamos tenido nada que ver en la última reforma, es normal que la gente se quede tanto... Yo vendría aquí a desayunar todos los días.

Suena un claxon. Levanto la cabeza sabiendo que esa es mi llamada, mi toque, mi "sal, que nos vamos". Los tres personajes que ya no me van a poder pedir nada más, miran afuera. El coche de Pablo está en marcha casi al lado de la puerta, justo en frente de la ventana. Me quito el delantal y entro rápidamente a la parte de atrás a por mis cosas.

Salgo corriendo a la vez que me pongo la bufanda. Me despido de Julia con un gritito acompañado de mi mano, levanta la cabeza del papel y me mira. Miro hacia delante, y justo antes de pensar en hacer fuerza para abrir la puerta, la abre la chica del paraguas olvidado.

He dejado de correr, observo cómo se sienta en la mesa del otro día y espera. No mira la carta, sabe lo que quiere. Julia ha ido hasta ella para tomarle nota, me echa una miradita rápida y se despide con la cabeza.

Abro la puerta y, mientras aún suena la fría voz de Billie Eilish, me dirijo al coche de mi novio. Entro en el vehículo y me besa. Vuelve la velocidad y se cambia la canción.

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Es corto, pero creo que no
necesita más. No soy muy
fan del relleno y eso.

Jo, espero que os haya
gustado aunque sea algo
corto...

cuatro cafés y un bollo {ot2018}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora