U NM E S
M Á S
T A R D E
{☄️}
m a r i a
────「 ♪ 」────Julia entró en la cafetería con una sonrisa de boba. Otra vez se había pasado el fin de semana entero con su nuevo amor. No me quiere contar quién es, pero tampoco pasa nada, yo tardé en contarle que me estaba viendo con Pablo. Somos amigas, muy amigas, pero respetamos los secretos y el querer tenerlos.
– Esa persona misteriosa te tiene que estar volviendo loca... – empecé pícara, pero intenté ponerme seria – Llegas tarde.
Julia, al oírme, se fue rápido a dejar sus cosas en su taquilla. Sonreí al ver a la imponente Juls tan despistada, suele ser ella quien me echa la bronca a mi. Cuando salió de la parte trasera ya se había puesto el delantal y empezó a prepararse para la oleada de gente que vendría en las próximas horas.
Sonó la campanita de la puerta, una pareja había entrado al local agarrados de la mano y se sentaron en una mesa cercana a la barra. Él más alto me miró y fui a tomarles nota. Le pasé el pedido a Julia para que lo preparara ella mientras yo colgaba algunos adornos navideños. Marta se estaba muriendo de la ilusión porque llegaran las fiestas.
Volvió a sonar la campana unas cuantas veces mientras decoraba. Miré a Julia, que me decía con los labios que dejara de hacer eso y atendiera a los clientes. Sonó la campana y una chica alta con un pelo precioso se sentó en la barra. Julia me la señaló con la cabeza.
– ¿Qué vas a tomar? – enuncié nada más ponerme detrás de la barra.
– Aún lo estoy pensando, gracias. – me contestó con una media sonrisa y sin levantar la mirada de la carta que acababa de abrir.
– Oh, claro, tómese su tiempo.
Me alejé de ella, dispuesta a preparar el pedido que Julia había dejado encima de la barra para mí. Mientras me peleaba con con la batidora miraba de reojo a la chica de la barra. Seguía con esa sonrisita que ocultaba el pelo de león, estaba emocionada por algo. Me contagio esa sonrisa por unos segundos.
Al volver de llevar el Frapuccino de chocolate de la mesa 6, "la leona" ya había cerrado la carta. Miraba hacia arriba cuando llamé su atención para que me dijera lo que iba a tomar.
– ¿Ya está? – pregunté.
– Eh... Sí, nada más. – nos miramos un segundo, tenía la sensación de que la conversación no había acabado ahí y que me quería decir algo más. – A este sitio hay que venir con compañía... ¿No crees?
– ¿Supongo?
Julia apareció en el momento oportuno, pidiéndome que le llevara un vaso de agua a la mesa 4. La de la barra sonrió de nuevo. Pero qué coño le pasa a esa tía.
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La clienta de la barra llama mi atención con un "perdón" y yo me veo obligada a levantar la cabeza del móvil.
Aunque la tía que está ahí sentada me parece una loca, me ha salvado del enganche de ver de nuevo las fotos de aquella chica que no ha vuelto. Me empezó a seguir en Instagram hace una semana, de repente y sin ninguna razón a la vista. No entiendo porque acabo en su perfil casi todas las veces. En muchas fotos aparece con la que abrió la puerta cuando la llevé a casa, y en otras aparecía sola poniendo alguna cara rara o riendo. Me daban ganas de ser su amiga.
– Tráeme la cuenta cuando puedas, por favor. – sin dudarlo fui a la caja para cobrarla. Esa chica se tenía que ir ya porque me estaba dando un mal rollo...
Le dejé el ticket justo en frente y me di la vuelta. Oí como ella rebuscaba en su bolso y como echaba las monedas en la bandejita. Volví a mirarla para recoger el pago, estaba sonriendo de nuevo. Se levantó de la banqueta y se fue a paso lento.
– Normal. – susurró.
Por favor, que no vuelva nunca.
– Esa vino con la del paraguas un día. – me susurró Julia al oído.
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cuatro cafés y un bollo {ot2018}
Hayran Kurgu- Otro café, por favor. - Llevas cuatro. Afuera llovía muchísimo. Y menos mal que llovía, porque sino, yo no te estaría contando esta historia. ☄️; estrella galicia