☄️; me dejé el paraguas

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m a r i a
────「 ♪ 」────

- Oye, vamos a cerrar ya... Creo que deberías ir yéndote. - miro su taza de soslayo, está vacía. Menos mal que no se puede pedir otra, lleva 4 tazas y toda la tarde sentada en la mesa cuatro.

La chica me mira, y luego a la calle. Miro yo también, sigue lloviendo. Ya ha anochecido y debe hacer un frío espantoso fuera. Me alejo de la mesa cuatro caminando hacia atrás, cuando llego a la barra, donde está Julia pasando la bayeta, me doy cuenta de que nos estaba mirando. Me pregunta si le he dicho de que ya cerramos. Asiento. Julia vuelve a mirar a la chica de la mesa cuatro, sonríe y se aleja de la barra.

Empiezo a subir las sillas a las mesas, cuanto antes empiece antes termino y antes me voy a mi casa. Bueno, eso si la tía de ahí decide pirarase a su casa. Cuando termino de subir las sillas de la mesa tres, empiezo a subir las de la mesa cuatro. Me salto la silla en la que está sentada y sigo por la dos. Y luego subo todas las de la uno. La única silla que queda en el suelo es la suya, suspiro algo cabreada y la miro.

- ¿Tienes algún problema? - la chica me mira mazo confundida enarcando las cejas - No sé como no te vas a lo mejor tienes algún problema en tu casa o lo que sea. - se pone roja y aguanta la risa. Ahora la confundida soy yo.

La cafetería se queda en silencio, salvo el murmullo que genera Julia en la cocina lavando los platos, no se oye nada. Vale... esto empieza a ser incómodo. Cambio de posición y cruzo los brazos. Parece que esa indirecta sí la pilla y saca su cartera para pagar. Deja diez euros sobre la mesa y los recojo de mala gana. Me dice que me quede el cambio. Claro que me lo voy a quedar.

Al mismo tiempo que abro la caja ella se levanta tras haber recogido sus cosas. Se ha puesto un abrigo rojo y se está retocando el pintalabios. Es bastante guapa. Se queda parada en la puerta de la cafetería. ¡Joder creía que ya se iba! Cierro la caja después de meter el billete. Suspiro.

- Señor dame paciencia - susurro -. Bueno, al menos hemos progresado. - se gira para mirarme, ahora su abrigo, sus labios y su cara combinan perfectamente. - ¿Me dices ya qué pasa?

- Bueno... A ver... - no tiene acento madrileño, será de otro sitio. Buah ¿Y si ha venido de visita y no puede volver? Estaría bastante jodida la chiquilla. - Es que... me dejé el paraguas en casa y no quiero mojarme.

- ¿Estás de coña?

- Pues claro que no. ¿Para qué me habría quedado aquí toda la tarde? - su mirada ya no era tan dulce. Me tocaba decir algo.

- Pues no sé, a lo mejor querías ligar conmigo. - mierda. La chica frunció el ceño, debía estar flipando. Detrás de mí escuché el sonido de la risa de Julia.

cuatro cafés y un bollo {ot2018}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora