Tú,yo... y él.

Mil años más pasaron y ni así dejaste de amarme.

Ya no recuerdo con claridad cómo fue aquel día en que te dejé en otros brazos; yo quise que fueras feliz.

No sé exactamente qué pasó, pero sé que esta bella sensación nunca antes la tuve: el de los cálidos rayos del sol al tocar mi faz.

Dulce, apacible. Siento un pequeño latido sobre mi pecho; la prueba de nuestro amor.

No sé si será como tú; no sé si será como yo; pero es tuyo y mío, y nadie nunca lo podrá negar.

Después también será de él; aquel que cuidó de ti en mi ausencia y al que tú añoras igual.

No tengo derecho a arrebatarte de su lecho, lo sé. Tampoco puedo ponerte entre la espada y la pared.

Me diste la mayor prueba de que nuestro amor prevalecerá. Y con eso me diste un motivo para volver a respirar.

Toma tu tiempo, aquí te he de esperar; en nuestro pequeño suspiro de vida vuelto eternidad.

Me diste la humanidad; el tesoro más preciado que guardabas dentro de ti.

Tal vez yo muera esta vez, pero cuando eso suceda, Aqui te dejo este pedacito de mí.

Lo verás llorar, lo verás reír. Pero tranquila, yo estaré aquí.

Y si el destino lo quiere, en otra vida nos volveremos a unir.

Mientras se feliz. Que para eso, él y yo dejamos de discutir.

Hace un milenio él cedió y yo te tuve; pero te hice infeliz, preocupada... que tonto fui.

Después yo dormí y volví a hacerte sufrir, pero te dejé con quien por ti, dejaría de existir.

Ahora yo estoy aquí, cuidando del regalo más preciado que puede existir.

Te amo, tú lo sabes, yo lo sé... yo te esperaré; en esta realidad en la cual, a cambio de tu vida, me brindaste a mí.