X 🍁

237 21 0
                                    

Cuando la convivencia comenzó nos hicieron salir a todos a las canchas que estaban al aire libre, ya que hoy hacía un buen clima.

Al pasar por la puerta hacia las canchas los maestros nos decían que no podríamos entrar después de salir.

Antes de salir tomé la carta y el chocolate que le había comprado a JeongIn y los metí en una bolsa de plástico que tenía en mi mochila.

Y salí también para tomar mi lugar en la comisión que me había tocado mientras pensaba en qué podría hacer para entrar de nuevo.

—Jong, ¿cómo voy a dejar esto en su mochila?—le pregunté cuando tuve oportunidad. A los dos nos tocó en comisiones cercanas: él y Aron estaban en la venta de bebidas,mientras que Jeni y yo estábamos en la venta de bombones.

—Pues sólo entra y di que vas al baño—propuso.

—Pero acompáñame—replique como una niña.

—Tienes que hacerlo tú—me respondió.

—Acompaña a _____, no seas malo—intervino Jeni.

—Okey—contestó—, ¿pero quién se quedará contigo y con Aron?

—Yo puedo solo, Jong—dijo Aron—, sólo no tardes tanto.

—Le pediré a Hye que venga—respondió Jeni a su vez.

—Volvemos en un momento—dijo Jong tomando mi mano para llevarme a dar la vuelta a la escuela por atrás—, seguro por acá no nos verán.

—Okey—respondí un poco nerviosa, me sentía de una forma extraña, mi corazón no se tranquilizaba y tenía la constante sensación de que mi rostro ardía.

Seguro era porque en un rato dejaría esa carta en la mochila de JeongIn y así le confesaría pronto mis sentimientos.

—Creo que están en la entrada principal también—me dijo Jong, refiriéndose a los maestros, después de habernos acercado a una orilla donde él se inclinó un poco para tener visión a las puertas—. Pero creo que sé por dónde entrar. —Él se giró a mí, pero terminamos tan cerca que tenía su respiración en mi rostro.

— ¿Por dónde?—pregunte dando un paso atrás. A él parecía no incomodarle lo que había pasado, ya que seguía normal.

—Ven. —Paso a un lado mío, tomó mi mano y caminamos hasta quedar debajo de unas ventanas.

— ¿A dónde llevan estas ventanas?—pregunté soltando su mano.

—Creo que al baño de hombres—supuso sin mirarme, tenía los ojos fijos en las ventanas de tamaño mediano.

— ¡¿Qué?!—exclamé—No planeas que entremos por ahí, ¿verdad?

—Entraremos por ahí—contestó con una sonrisa traviesa.

—Pero, ¿estás seguro de que vamos a caber ahí?—hice otra pregunta, aún sorprendida de que ese era su plan.

—Por supuesto, tú eres pequeña y delgada y yo ya lo he hecho, en otros lugares, claro, pero para todo hay una primera vez—contestó—. Ahora, tú vas primero. —Jong se puso de espaldas contra la pared y colocó sus manos de forma que yo pusiera mis pies sobre ellas para así impulsarme hacia la ventana.

—Pero estoy pesada, te voy a lastimar—comenté.

—No lo harás, anda. El lado amable, es que no están tan altas.

—Bien—suspiré.

E hice lo que me pidió. Coloqué mi pie derecho sobre sus manos extendidas y luego apoye mis manos en sus hombros para así poder llevar mi otro pie arriba.

—Perdón—dije sin siquiera escuchar algún quejido de su parte.

Jong me levantó y agradecí que nos hayan dado permiso de traer pantalón el día de hoy, por lo que hoy no usaba la falda que era mi uniforme.

Así que como pude, y con mi gran torpeza, logré subir hasta la ventana.

—Houston, tenemos un problema—dije.

— ¿Qué pasa?—me preguntó.

— ¿Cómo voy a bajar sin romperme la cabeza en el proceso?

—Rayos—mascullo—. Okey, espera, trata de sentarte sobre el borde de la ventana. No esta muy alto y estoy aquí abajo para atraparte—me dijo.

—Gracias por darme la seguridad de que no voy a caerme—repliqué sarcástica, pero no enojada.

Él sólo soltó una risa nerviosa.

Así que hice como pude para llevar mi pierna derecha al borde de la ventana, así encontré una mejor forma para impulsarme dentro.

—O también podías entrar así—dijo Jong desde afuera. Y yo ya estaba adentro, me senti muy aliviada de ya estarlo, además fue fácil bajar, ya que el lugar donde se lavaban las manos quedaba justo debajo de la ventana.

Termine por bajarme del lavamanos y levante la cabeza para ver a Jong bajar después de mí.

—Hablabas en serio cuando me dijiste que ya lo habías hecho antes—dije recordando lo que me había dicho.

—Deberías confiar más seguido en mí—me respondió. Yo sólo rodé los ojos como respuesta mientras sonreía.

En ese momento escuchamos la perilla de la puerta, alguien estaba a punto de entrar. Ambos nos miramos y corrimos a un baño para encerrarnos.

Hasta que estuvimos dentro, yo parada en la tasa y Jong de pie frente a mí, los dos muy cerca, consideré que pudimos haber entrado a uno por separado.

El chico entro y esperamos pacientemente a que se fuera.

Hasta entonces los dos estuvimos demasiado cerca. A decir verdad, tenía miedo de resbalarme y así hacerle saber a esa persona que nosotros estábamos aquí también.

Jong se percató de mi miedo, y como si me hubiera leído la mente, me hizo señas para poner mis brazos alrededor de su cuello.

Al principio me negué, pero terminé haciéndolo ya que sentía que mis pies comenzaban a resbalarse. Y no sé si fue un mero reflejo o costumbre, pero Jong rodeo mi cintura con sus brazos. Ahora su respiración estaba en mi cuello y me provocaba una sensación extraña.

Sentí un gran alivio al escuchar que el chico se había ido, así que me separe de Jong y me bajé de dónde había estado de pie.

—Listo, vamos. Hay una carta que entregar—dije.

—Es verdad—respondió Jong abriendo la puerta.

Ambos salimos del cubículo y luego del baño, al parecer ya no había nadie a los alrededores.

Nos dimos prisa por llegar al salón donde JeongIn tomaba clases y busqué su mochila para abrirla y dejar el regalo.

—Rápido, creo que alguien viene. —Jong me sujeto de la muñeca y salimos corriendo para escondernos en nuestro salón.

—Nunca me había ocultado tanto en mi vida—dije cuando estuvimos dentro.

—Ni yo—me respondió Jong.

Ya había pasado un rato y me decidí por asomarme para revisar los pasillos, pero vi la figura de JeongIn, él salió de su salón e inmediatamente me escondí de nuevo.

—Era JeongIn—le dije a Jong.

— ¿Te vio?—me preguntó.

—Creo que no—respondí.

—Ahora hay que pensar en la forma de salir—dijo luego de un rato.

—Ay no—suspiré riendo.

Jong sólo me sonrió y acaricio mi cabeza.

❀ Glass Bead ❀ JR y tú |1° Temporada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora