XXXIII 🍁

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Me había cortado el cabello hace algunos días. No fue con la intención de "cerrar un ciclo", o bueno... Quizás sí lo veía así... En fin, aún no me acostumbraba del todo, por lo que me recogí el cabello en una presurosa coleta.

Ya era un poco tarde, así que me puse lo primero que encontré, unos jeans ajustados, una blusa holgada y amarre mi suéter morado en mi cintura.

No me veía para nada bien, el cansancio se me notaba bastante y no me arreglé de la mejor manera, ni siquiera tenía tiempo para intentar maquillarme, por lo que me colgué mi mochila y baje saltando los escalones a la entrada.

—Mamá, ya me voy—dije entrando a la cocina.

—Sí, hija, cuídate mucho—respondió sonriendo, ella también lucía un poco cansada y me pregunté por qué se veía así.

«Seguro está decepcionada. Después de todo, ella quería ver a su hija apurada por llegar a la universidad, no a un trabajo».

—Igual. Cuídate. Te quiero—besé su mejilla—. Nos vemos más tarde.

—Nos vemos.

Salí de la casa y caminé a la parada del autobús. No esperé mucho, el camión llegó muy pronto.

Durante el transcurso del viaje me quedé embobada en mis propios pensamientos que iban de un lado al otro, pronto me perdí del aquí y ahora.

«¿cuánto ha pasado desde la última vez que vi a Jong? ¿4 o 5 meses? Humm no... han pasado casi 3 meses, ¿por qué pareciera que ha pasado una eternidad?»

Giré distraídamente mi cabeza y vi mi antigua escuela alejarse lentamente, fruncí mis labios con un amargo sentimiento. Luego, mis ojos se abrieron de par en par por la sorpresa.

Me levante de golpe y esforzándome por no perder el equilibrio, me balancee por los asientos para llegar a la puerta trasera y así poder tocar el timbre.

El autobús se detuvo en la esquina después de que el chofer escuchará mi solicitud para bajar.

Baje los escalones casi corriendo, miré la hora de mi teléfono, faltaban cinco minutos para mi hora de entrada.

—Genial—murmure irritada.

Me dispuse a caminar presurosa mientras me reprendía por ser tan distraída. Hasta que fui interrumpida por la vibración de mi teléfono, era una llamada de Seulgi, mi "jefa".

Me esperaba lo peor, pero contesté, aunque no sé a qué le tenía miedo, ella era mayor a mí por 5 años y ha sido muy buena conmigo.

~Hola...
~Hola, _____, ¿cómo estás?
~Bien, ¿y tú?
~Bien, también. Oye, mi papá se puso un poco enfermo e iremos al hospital para que se consulte, creo que hoy no abriré la papelería, puedes tomarte el día.
~Oh, ¿en serio?... Esta bien, gracias. Espero que lo de tu papá no sea grave y que mejore pronto.
~También espero eso. Es un hombre muy fuerte, seguro sólo es una gripe.
~Probablemente.
~Bueno, te dejo. En un momento nos iremos. Nos vemos mañana, _____.
~Hasta mañana.

Y colgó.

— ¿Ahora qué hago?—suspiré y pensé en el local de helados que estaba cerca de la papelería, compraría uno y trataría de distraerme un poco, luego seguro volvería a casa.

Caminé hacia la papelería, pasé frente a la escuela, no pude evitar mirar al edificio, se veía tan grande y los recuerdos de mis amigos me golpearon.

—Espero lo estén haciendo bien—suspire sonriendo débilmente. Los extrañaba tanto...

Levanté la mirada mientras caminaba y observé la silueta de un chico sentado en una banca de la plaza frente a la papelería. Mi corazón dio un vuelco y me quedé sin aliento, por un momento el tiempo se detuvo.

❀ Glass Bead ❀ JR y tú |1° Temporada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora