III 🍁

344 33 14
                                    

Los días siguieron pasando y en un abrir y cerrar de ojos nos encontrábamos en nuestro último semestre de preparatoria.

Jong había ido superando poco a poco su rompimiento con Inna. Y se volvió un poco más unido a mi grupo de amigas, me sentía feliz por ello, ya que así Jeni podría tratarlo más y podría estar más cerca del chico que quería.

Todo iba bien y era muy feliz, incluso hasta hablaba más con JeongIn. Sin embargo, no tardó mucho en llegar un pequeño problema que me puso un poco mal.

Resulta que una chica del curso de JeongIn se volvió muy amiga de él, al punto en que eran casi inseparables. Al principio traté de ignorarlo, pero me sentí celosa y culpable por sentirme de esa forma, ya que él y yo no éramos absolutamente nada.

Era complicado lidiar con esto, en ocasiones hasta lloraba por lo irritante que era sentirme de esta forma.

¡Por Dios! No somos nada.

Pero no quise hablarlo con nadie porque no quería causar problemas, así que me lo guardé por un rato.

~Hola, _____, hoy no podré ir por ti. Se me atravesó un asunto muy urgente en el trabajo.
~Ah. No te preocupes, papá.
~Bueno, ya sabes qué autobús pasa cerca de la casa, ve con cuidado. Nos vemos más tarde.
~Sí, papá, cuídate. Bye.
~Nos vemos.

Sin embargo, no me sentía muy confiada ya que desde hace mucho que no tomaba el autobús y para mi mala suerte mis amigas ya se habían ido. Así que me iría sola.

—No hay problema, ni que te fueras a perder—suspiré encogiéndome de hombros y caminando hacia la entrada.

Así que salí con dirección a la parada del autobús y espere un rato a que llegará.

La gente pasaba y se iba, algunos seguían caminando, otros tomaban un taxi o se iban en el autobús. A veces me parecía interesante observar a las personas e imaginar qué historia había en sus vidas. Lo sé, soy rara y hasta algo entrometida, pero a veces no podía evitarlo, también en ocasiones me creaba reflexiones extrañas.

El autobús estaba tardando mucho y hacía un poco de frío, y por desgracia soy muy friolenta. Así que me abrazaba a mí misma para calentarme un poquito, pero los músculos comenzaban a dolerme por estar de esa forma desde hace un buen tiempo.

Luego, por alguna razón, mi vista fue al frente, justo al otro lado de la avenida.

JeongIn estaba saliendo junto a su "amiguita".

«Rayos. ¿Dónde está el camión?» comenzaba a sentirme angustiada, necesitaba irme, no quería verlos, a ninguno de los dos.

Intentaba no mirarlos y forzarme a ver en la dirección de donde llegaría mi salvación, pero no daba señal alguna.

—Por favor—rogué. Miré de reojo hacia ellos y observé que ella se había pegado más a él, pero JeongIn parecía no notarlo o restarle importancia—. Por favor—repetí. No quería ver. No quería estar donde estuvieran ellos dos.

Finalmente, junto a una música angelical y una luz hermosa iluminándolo, apareció el autobús.

Le hice la parada y me apresuré a subir.

Lancé un suspiro de alivio al dejarme caer sobre un asiento cerca de la puerta trasera. Ya no tendría que ver a ninguno de esos dos y eso me brindaba una paz tremenda.

Pero el autobús no avanzaba, así que miré al frente. JeongIn había subido y estaba pagando.

«Maldición. No lo mires. Haz como si no lo hubieras visto. Mira por la ventana», me ordené a mí misma. Si tenía suerte tal vez él ignoraria mi presencia y se sentaría lejos.

—Hola, ______.

«Rayos».

Miré hacia el dueño de esa voz. JeongIn estaba a un lado mío, en el pasillo.

—Hola, JeongIn—saludé más que nerviosa.

—¿Qué hay, Ren?—pregunto saludando al chico que no vi cuando tomé asiento. Di un pequeño salto al verlo.

«¿Tan nerviosa estaba que no lo había visto? ¡Que vergüenza! Seguro se dio cuenta de la forma en que traté ignorar a JeongIn».

—In, no sabía que tomarás este autobús—dijo el castaño que estaba a mi lado.

—Nunca nos habíamos topado—dijo sentándose en los asientos de en frente.

—Tal vez es eso—dijo Ren restándole importancia.

Me sentía tan pequeña e insegura cerca de esos dos, por lo que durante el transcurso del viaje me esforcé por hacer de mi presencia casi invisible, incluso moderaba mi respiración. ¡Soy tan patética!

—¿Cómo van las cosas con ya sabes quién? —inquirió Ren con tono juguetón.

Instintivamente me puse de pie con dirección al timbre del autobús, no necesitaba escuchar eso.

—Nos vemos, _____—hablo JeongIn atrás de mí.

—Adiós—me despedí mirándolo por un corto tiempo mientras fingía una sonrisa.

—Bye, _____—se despidió también Ren. Me limité sólo a sonreír.

El autobús se detuvo y me di prisa por bajar antes de que reanudarán su conversación.

—¿Qué hiciste, _____?—me repliqué cuando el autobús se fue y me quedé en la esquina de una calle que estaba como a 10 cuadras de donde debía bajarme— ¡Eres un genio, en serio! Y todo por tu inmadurez.

Que horrible día.

Me resigne a caminar esas 10 cuadras y lo otro de distancia que tendría que recorrer para llegar a mi casa. Mientras caminaba, pensaba en la tontería que hice y me reprochaba a mí misma.

—Hola. Ya llegué—saludé, intentando hacer que mi voz sonará alegre o motivada, entrando a mi casa.

—______, ¿por qué llegaste tan tarde?— pregunto mi mamá al verme.

—Sook y yo nos pusimos de acuerdo para un trabajo que entregaremos pasado mañana—mentí. Imagínense cómo se reiría si le digo: "me baje 10 cuadras antes porque no quería escuchar a mi crush hablar de cómo iba todo con esa chica".

—Ya me habías preocupado, mi amor—me dijo sonriendo maternalmente. Al verla en ese modo me entraron unas ganas de abrazarla y desahogarme en sus cálidos brazos, pero ella y mi papá son las personas a las que menos quiero lastimar o preocupar en este mundo. Por lo que me tragué ese deseo y me limité a sonreír.

—Bueno, iré a cambiarme y ahorita bajo.

—Sí, te espero—me dijo sin abandonar su sonrisa.

Ella se fue al comedor y yo subí a mi habitación, me mire en el espejo y negando con mi cabeza suspire pesadamente.

Me sentía un poco cansada.

❀ Glass Bead ❀ JR y tú |1° Temporada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora