Can You Hold Me?

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La música resonó fuerte por las bocinas de la entrada de la escuela.

El suave sonido de las teclas del piano inundo el lugar.

El chico y la chica se acomodaron.

El niño tomo delicadamente entre sus manos el micrófono.

Evito mirar al publico. 

Estaba nervioso. Era la primera vez que cantaría enfrente de tanta gente.

Miro a la chica.

Ella le dio una sonrisa.

El castaño suspiro cerrando los ojos.

La chica comenzó a cantar cautivando a las personas: — Se siente como una lágrima en mi corazón—el chico a su lado cerro los ojos deleitándose con su voz.—, como una parte de mi perdida.—el silencio se formo.— Y simplemente no puedo sentirlo.—el chico apretó ligeramente el micrófono.— He tratado y he tratado...—la gente comenzó a grabar.— Y he tratado...—la chica miro al niño. Él con un suspiro abrió sus labios.

Lágrimas en mi cara. No puedo aceptarlo.—la gente miraba impresionados.— Si la soledad es un sabor entonces es todo lo que estoy saboreando.—la gente cercana al castaño estaba en shock.— ¿Escuchas mi llanto?—la mano de los que sostenías sus celulares tembló.— Yo lloro.—la voz de los dos se mezclo.— Oh.—el chico abrió los ojos.— ¿Puedes sostenerme?—cantaron los dos.— ¿Puedes sostenerme?—sus voces se mezclaban en una armoniosa sinfonía.— ¿Puedes sostenerme en tus brazos...?—el miedo de la chica desapareció.— Sólo envuélveme en tus brazos, en tus brazos, no quiero estar en ningún otro lugar.—Stiles miro al publico.— Llévame de la oscuridad, la oscuridad. No podré hacerlo por mi mismo.—y ahí lo vio.— Pon tus brazos alrededor de mi, pon tus brazos alrededor de mi. Deja que tu amor me envuelva.—a un lado de él estaba su hermana, quien lo veía sorprendida.— Estoy perdido, estoy perdido.—aunque Derek estaba igual.— Si no te tengo a ti, si no te tengo a ti—cantaron los dos.—, no tengo nada en absoluto.—el castaño no despejo su vista de su amor.— ¿Puedes sostenerme?—la chica a su lado lo vio con una sonrisa.— ¿Puedes sostenerme?—pero él estaba perdido en los ojos verdes de su verdadero amor como para darse cuenta.— ¿Puedes sostenerme... en tus brazos—Stiles cerro los ojos nuevamente.—, en tus brazos?—respiro hondo.— Siento que soy sólo yo, ¿qué tomara?, ¿cómo será? Ni siquiera sé.—la chica miro al publico.— No eres solo tú.—cantó.— Pero estoy solo, siento como si ni siquiera me conociera.—Derek siempre miraba al chico.— Yo lo siento también.—la chica cerró los ojos.— Tengo que tenerte, tengo que verte.—las palabras fluían solas.— Tú eres lo único en lo que pienso.—en la mente de los dos se dibujo la imagen de su amor.— Lo único con lo que no podría vivir. Te necesito para que me sostengas ahora.—en la mente del castaño aparecieron unos ojos verdes.— ¿Puedes sostenerme?—y unas pobladas cejas fruncidas.— ¿Puedes sostenerme?—la chica cantaba, mientras Stiles decía algunos versos.— ¿Puedes sostenerme... en tus brazos?—la manada ahí presente supo a quien era dirigidas sus palabras.— ¿Puedes sostenerme?—los vídeos publicados por gente desconocida se hicieron virales en cuestión de poco tiempo.— ¿Puedes sostenerme?—los sentimientos de los dos pequeños cantantes flotaron hasta llegar al que los provoco.— ¿Puedes sostenerme en tus brazos?—"Derek." se dibujo el nombre en la mente de la manada.— Siento que soy sólo yo, ¿qué tomará?, ¿cómo será? Ni siquiera sé.— la voz de la chica se apagaba más, dándole el momento de ser el centro al niño.— Pero estoy solo, siento como si ni siquiera yo me conociera.—él ya no tenía miedo de mostrar sus verdaderos sentimientos, ya no más.— ¿Puedes sostenerme en tus brazos?—los dos abrieron sus ojos viendo a la persona que aman.

El silencio sepulcral reino, las lágrimas de la mayoría de personas mojaban el suelo y la sonrisa en la cara de los dos chicos no se borraba.

Con lentitud bajaron.

La chica lo miro y le sonrió.

— Cantas hermoso, Stiles.—elogio al estar los dos solos. 

El chico se sonrojo un poco antes de contestar: — No puedo negar que tu no, Ross.—dijo con una sonrisa.— En serio, cantas muy bonito.—la chica lo miro divertido.

— Así que con que chicos grandes, ¿eh?—atacó divertida. 

La cara de Siles era un completo tomate, la vergüenza se apodero de él mientras se cubría la cara con las manos.

— Oh Dios Mío.—susurro.— Ni lo menciones. Él no me corresponde.—termino triste.

La rubia antes de poder contestar fue interrumpida.

—¿Quién dijo que no?—preguntó el famoso amor prohibido de Stiles. Derek Hale.

Fin del capítulo.

S.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora