Angel With The Wings.

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Se suponía que en esos momentos debería estar en su casa, en su cuarto, en su cómoda cama y como no, durmiendo; entonces...

¡¿Por qué mierda está en el bosque?!

En serio que trato de buscarle una respuesta lógica a su pregunta.

¿Quizás y caminó dormido? No. Él esta 100% seguro que no es sonámbulo.

¿Alguien lo trajo? Eso no es lógico. Y si alguien en su retorcida mente, se colara en su cuarto en medio de la madrigada y lo raptara para luego dejarlo en el frío bosque, ¿por qué sigue vivo?

No es que quiera que esté muerto, pero vamos, él sabe de sobra que si lo llegarán a secuestrar en la madrugada por lo menos debería estar encerrado en algún lugar lejos de Beacon Hills, pero no. Él no está encerrado y menos fuera de Beacon.

En serio que él conoce como la palma de su mano el pueblo donde vive y gracias a Dios sigue en el, si bien no tiene ni la menor idea en que parte del gran bosque está, le alivia saber que está en su hogar.

Stiles miró hacia los lados desconcertado, tratando de buscar algo con lo que ubicarse.

En su izquierda habían árboles y a derecha también. Mirando al frente sólo le esperaba muchos más árboles.

Con algo de esperanza giró sobre sus talones y miró hacia atrás.

El Nemeton.

«No es posible.» pensó. «Yo no puedo estar aquí, ¿cómo rayos llegue aquí? Se supone que sólo un sobrenatural puede encontrar el Nemeton y yo soy humano... Lo soy... ¿Lo soy? ¡¿Qué?! ¡No pienses eso, Stiles Stilinski! aún eres completamente humano, ¿verdad? Sí, sí...» desesperadamente buscó entre su ropa algún signo de haber sido atacado o, en un peor caso, tener la mordida de un Hombre lobo Alfa. «, , sí, sigo siendo humano. No hay sangre, no hay mordida. Sin mordida no hay chucho. Okey, okey, cálmate, Stiles.» se trató de auto-calmar. «Bien, bien. Recuerda, ¿cómo mierda llegué aquí?» se quedó callado unos segundos. «¡No recuerdo nada!» respiró más calmadamente, pues teniendo un ataque de pánico no encontraría nada.

Comenzó a caminar tratando de alejar los pensamientos de que, tal vez, ya no era humano. Entre más caminaba, más se aburría, aparte de que no podía ver nada más que altos árboles, si bien aún seguía en Beacon Hills, estaba seguro que estaba casi en la frontera del pueblo, porque en serio, estos rumbos jamás los había recorrido.

En algún punto de su lenta caminata las ganas de hablar, de decir algo, le ganaron; por Dios, es un chico hiperactivo, no lo pueden culpar. Lo curioso aquí es que no dijo nada, al menos no con palabras, sino con melodias, canciones.

Oh, entonces tus heridas muestran —su voz suave y melodiosa salió de su garganta, sus dedos rosaban la rasposa corteza de los altos árboles—. Sé que nunca te has sentido tan solo... —el viento sopló causándole un escalofrió al chico, pues lo único que llevaba encima era un pantalón chándal y una delgada blusa—. Pero aguanta, cabeza arriba, sé fuerte —animales comenzaron asomar sus cabezas sobre sus escondites, pues la voz del castaño les llamaba la atención—, aguanta, aguanta hasta que los oigas venir —Stiles recordó como su madre le solía cantar las noches en las que tenía pesadillas; el sentimiento de nostalgia llegó a él como una tormenta—. Aquí vienen, oh —varios animales le seguían silenciosamente el paso por detrás, tan silenciosos eran que Stiles no fue capaz de darse cuenta de sus presencias—. Toma un Ángel por las alas —sonrió con tristeza, pues la palabra "ángel" siempre le recordaba a su madre, pues ella fue su ángel y siempre lo será.—, ruégale ahora por todo, ruégale ahora por un día más... —recordó los momentos con su madre, desde los felices hasta los tristes—. Toma un Ángel por las alas, es hora de contarle todo —recordó como siempre, cada día, le rezaba a lo que sea que estuviera allá arriba por que su madre se quedara con ellos—. Pregúntale por la fuerza para seguir... —y claro que podía sonar egoísta, pero en serio que no quería que se fuera—. Oh, oh, oh , oh, oh —pero aún así, también pidió que si algún día se llevaba a su mamá, quería que se la llevara aún mejor lugar, un lugar donde no sufriera—, oh, oh, oh, oh —alzó la mirada viendo como pequeños rayos de sol se colaban por las hojas de los árboles, sus descalzos pies rompían las hojas secas, haciéndole leves cosquillas—. Oh, oh, oh, oh —el frío viento golpeaba su cara, despeinando su alborotado pelo—. puedes. puedes hacer lo que sea —alzó un poco la voz para alcanzar la nota—. Lo que sea.—la habilidad de cantar, la heredó de su madre. Una voz hermosa y suave, pero perfecta para cualquier canción, obviamente esto no lo sabe la manada, quizás Scott sí, pero lo más seguro es que ya lo haya olvidado...

«Tú puedes hacer lo que sea —su padre, sin duda era el único que sabía de su gran habilidad con el cantó, ya que él estuvo presente cuando su madre lo ayudó a lograr cantar tan bien— puedes. puedes hacer lo que sea. Lo que sea —"no necesitas aprender a cantar, Stiles. Tu don es el canto." le dijo una vez su madre, pero aún así accedió a enseñarle—. Tú puedes hacer lo que sea. puedes. puedes hacer lo que sea —recordó a su padre—. Lo que sea. puedes hacer lo que sea —recordó todo lo que ocultó para protegerlo, todas las mentiras que le dijo para mantenerlo a salvo—. puedes. puedes hacer lo que sea —los animales detrás de él se fueron acercando más—. Lo que sea. puedes hacer lo que sea —un ciervo de estatura pequeña se restregó en su pantalón, Stiles sonrió por la ternura—. Mira hacia arriba, llama al cielo. Oh —cantó imitando el gesto—. Mira hacia arriba y no preguntes por qué... —una lágrima resbaló por su mejilla derecha—. Oh —a su izquierda se posó un conejo—. Sólo, toma un Ángel por la alas —paró su caminata y se hincó—. Ruégale ahora por todo —acarició la cabecita del conejo, este acercó aún más su cabeza contra su manos en busca de caricias—. Ruégale ahora por un día más... —sonrió de ternura al ver que el ciervo lo rodeaba por adelante y con su cabeza golpeaba suavemente su otra mano—. Toma un Ángel por las alas. Es hora de contarle todo —acarició la parte de abajo del hocico del pequeño ciervo, muriendo de ternura al escuchar el suave suspiro de satisfacción que soltó el animal—. Pregúntale por la fuerza para seguir... —Stiles se levantó para seguir su caminata—. Oh, oh, oh, oh —miró hacia arriba y vió la luz que se filtraba, pensó que sería aproximadamente la hora en que padre lo fuera a levantar, ¿ya sabe que no está?, ¿se daría cuenta?, ¿lo buscaría?, ¿le diría a la manada?—. puedes hacer lo que sea. Lo que sea —sentía como el frío se colaba por sus huesos, haciendo que diera leves temblores—. puedes hacer lo que sea —los animales se dieron cuenta y se acercaron aún más tratando de darle algo de calor, los animalitos de atrás también se acercaron y lo rodearon—. puedes. puedes hacer lo que sea. Lo que sea —¿por qué no se preocupaba por la extraña actitud de los animales? Nah, eso lo haría después—. puedes hacer lo que sea.—«Ahora estoy muy ocupado cantando como para preocuparme por eso.» pensó—. puedes. puedes hacer lo que sea. Lo que sea —la música siempre fue su mejor amiga, siempre tuvo la habilidad de utilizar cualquier instrumento a su favor—. puedes hacer lo que sea —el viento sacudió nuevamente su alborotado pelo, las yemas de los dedos de su mano derecha pasaban por la corteza de los árboles, acariciandolas; mientras que su mano izquierda estaba sobre la cabeza del ciervo, (cual le llegaba por la cintura), ahora el conejo estaba sobre su hombro, ¿cómo llego ahí? Quién sabe—. puedes. puedes hacer lo que sea. Lo que sea —siguió cantando—. puedes hacer lo que sea —los animales cada vez eran más, algunos se ponían a lado de él, otros un poco más adelante y otros estaban atrás—. puedes. puedes hacer lo que sea. Lo que sea —pensó en como era su vida ahora, teniendo amigos sobrenaturales, estar en una manada y ser el único humano en ella—. puedes hacer lo que sea —el como la mayoría pensaba que siempre necesitaría a alguien para ayudarle, sólo por ser humano—. puedes. puedes hacer lo que sea. Lo que sea. puedes hacer lo que sea —no le enojaba tanto, lo entendía—. puedes. puedes hacer lo que sea. Lo que sea —sus amigos se preocupaban de él, lo podía ver—. puedes hacer lo que sea —y no tenía que ser un sobrenatural ni tener un super oído, porque veía cuando mentían, son sus amigos, los conoce, sabe los gestos que hacen cuando mienten—. puedes. puedes hacer lo que sea. Lo que sea—tampoco era un acosador, no lo confundan, por favor. Simplemente es porque él es hiperactivo, su síndrome le hace darse cuenta de varias cosas que no debería y hasta que no quería saber—. puedes hacer lo que sea... —conocía el gesto de todos. Por ejemplo, Derek arruga la nariz cada vez de miente, mientras que Scott evita mirarlo a los ojos. Erica juega con sus pies, y Boyd esconde sus manos. Eran simples cosas que los delataban, pero que parecía que ellos no se daban cuenta, y no era su lugar decírselos.

Fin del capítulo.
Editado.
(Si hay algún error, díganmelo. Gracias.)

S.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora