Suena la música,
y entonces,
me gustas,
gusto evocado por el eco
que transmite tu risa,
risa poderosa,
poder inexplicable.Acontece la noche,
y me encantas,
encanto invocado
a causa de lo que callas,
silencio orquestal,
orquesta majestuosa,
tú.Surge la puesta de sol,
y me encandilas,
encandilo que
alude belleza que
vaga en la brisa de tu mirada,
mirada hecha café.Sacude la mañana,
y me fascinas;
fascino que elude
tu presencia,
presencia que tararea
un buenos días.Transcurre la tarde,
y me maravillas,
maravilla que alborota
cualquier orden establecido.
Irrumpe el atardecer,
y me asombras,
asombro apelado
por un toque,
aunque rápido,
pero sutil.Llega la madrugada,
y me sucedes,
seducción que insinúa
guerra,
tormento,
parsimonia,
armonía,
amor.Incluso si la electricidad
nos electrocutara,
nuestros corazones
seguirían latiendo.
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Diciembre: Tormento
PoesíaY regresamos al comienzo del todo, al principio del final, a la gota que colmó el vaso, al último tren del camino, a la llamada en espera, al eco del piano que suena en una habitación vacía, vacío como la compasión del verdugo, verdugo qu...