Te vi aquel día
entre tanta gente que,
fue imposible no quedarme
anonadado ante tal belleza,
belleza intrínseca que
va desde lo interior
hasta lo exterior.
Te vi aquel día
como si nunca hubiera visto
a alguien como tú,
de carne y hueso,
de corazón inmenso,
de sonrisa resplandeciente,
de mirada intensa,
de paso lento,
de mejillas ruborizadas,
de talento innato.
Te vi aquel día
sin mediar ni palabra alguna,
y de cuando en cuando,
nos comíamos
con miradas fortuitas
sin devolución,
con una naturalidad pasmosa,
con una delicadeza inusual,
con una sencillez intangible,
con sabor a eternidad.
Te vi aquel día
y supe rápidamente
que serías el ángel
guardián de mi alma.
Te vi aquel día
y supe que serías
el sueño que regresas
con las promesas puestas.
Te vi aquel día
y supe que,
en tus ojos,
vería el rostro de todos
mis amores perdidos.
Te vi aquel día
y, supe que,
sentiría la punta de tus dedos
sobre mi espalda,
empujándome,
cuando todo estuviera oscuro,
cuando todo estuviese perdido.
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Diciembre: Tormento
PuisiY regresamos al comienzo del todo, al principio del final, a la gota que colmó el vaso, al último tren del camino, a la llamada en espera, al eco del piano que suena en una habitación vacía, vacío como la compasión del verdugo, verdugo qu...
