survivors | harry potter era

xxxi. lose

— Selene — le dijo su mamá aquella mañana — Creo que es tiempo de que sepas de algunas cosas —

Sus padres estaban reunidos en la sala, específicamente en los sillones frente al cuarto del árbol genético. Nix estaba pasando por ahí con dirección a la cocina por unas cosas para su mochila.

— Es hora de que entres por primera vez al árbol genealógico — exclama su padre.

El cabello rubio castaño de Perseus resplandecía pero en su mirada de mar, se notaba una extrema tristeza.

Ambos señores Ragnor se levantaron de su asiento y se tomaron de las manos. Ellos sabían que muchas preguntas empezaría a tener su hija después de ver esta habitación. Perseus toma la perilla de la puerta, cambiando el color de la puerta, a ser una negra a ser roja, reconociendo la sangre Ragnor del hombre.

Él la gira, entrando sin soltar a su esposa y detrás de ello venía su hija. Lo que la recibió fue una enorme habitación, la mitad de ella contenían ramas y ramas de la familia Ragnor.

— Este es el árbol genealógico de los Ragnor en Inglaterra — dice Perseus, quien se quedo en medio de la habitación — Comienza con Apolo I, y termina contigo — le seguía diciendo, observando a su hija de cabellos platinados mirando cuidadosamente las paredes con las imágenes — El primogénito de Teseo, Jason, modifico la habitación, aplicándole un hechizo de expansión cada que el árbol crezca, a su vez, agregándole el hecho, de que si tocas la imagen y empujas la mano hacia a ti, podrás ver varios recuerdo de aquella persona. —

Selene lo intento, coloco su mano sobre la una mujer, cuyo nombre era Iris, extrayéndolo, por lo que pudo ver como un holograma, recuerdos de la vida de aquella antepasada. Quedo impresionada, al ver aquel tipo de hechizo, a sabiendas de que fue realizado como el primer siglo después de cristo.

Siguió curioseando por toda la habitación, con la intensa mirada de sus padres sobre ella. Hasta que sus ojos verdoso recayeron sobre una mujer que ya había visto en otro árbol genealógico. Sin dudarlo, pone su mano sobre la imagen de la pelirroja y atrae la mano.

Lo que ve es el recuerdo de una boda, ella lucía un esplendido vestido de novia blanco, resaltando su cabello rubio cereza y a lado de ella iba en un buen traje un hombre de cabellos negros y una sonrisa real pero observando a la que sería su esposa.

El recuerdo desapareció y por fin leyó el nombre debajo de la imagen, Hera Black. Tal cual lo leyó en el árbol de los Black en Grimmauld Place. Ella era la esposa del hermano de su tío Sirius, así como es hermana de su padre. También leía arriba de su padre, otro nombre que nunca había escuchado, Herácles, quien al parecer se había casado y tenia dos hijos, Ares y Apolo.

La platinada no entendía nada, ¿qué era todo eso?

Giro sobre su talones, observando a sus padres, esperando a que le diesen respuestas.

— Ellos son tus tíos — le dice su madre, sabiendo que su esposo por mas valiente que sea, no podría hablar — Hera se casó con Regulus, poco después de que él se graduó de Hogwarts. Ambos fallecieron queriendo detener al señor Oscuro, Regulus era un mortifago pero él abrió sus ojos y quiso detenerlo, aunque falló. Tu tío Herácles también era mortifago, creo que lo sigue siendo, pero lo hace como doble agente. Él apoyaba a Regulus para derrocarlo, pero la muerte de su hermana le afecto tanto que huyo del país. Desde entonces perdimos contacto con él, incluso tu abuelo lo perdió —

— ¿Pero dicen que esta vivo? — pregunta la chica con curiosidad ante la afirmación de su madre.

— El árbol siempre deja una marca cuando un Ragnor pasa al otro lado — le informa su padre — Casi todos tienen a lado de su nombre el objeto que provoco su muerte, si fue vejez, la representa con una flor, si fue asesinato es una varita o el arma utilizada, si fue por una creatura mágica, siempre es el objeto con el que fue relacionado a su fallecimiento, en el caso de mi hermana — y traga duro al decir eso — Fue un amuleto, o algo parecido, solo apareció poco después de que falleció —

— Selene — le llama Lucinda — Te nombramos como ella le hubiera gustado nombrar a su hija, y tienes algo de ella en ti. Te revelamos todo esto porque sabemos lo que quieres hacer —

— Y no te detendremos — le asegura su padre, caminando hacia ella y la rodea con su brazos — Se que a Hera la hubiese gustado acompañarte en esa travesía —

Y a Nix le habría encantado conocerla.