Selene Ragnor es una Gryffindor que no pasa desapercibida. Su personalidad y físico es lo que todo el mundo en Hogwarts conoce, pero no su vida.
Una situación extraña hará que Selene pase de compañera todo el año con el mismísimo príncipe de Slythe...
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Los Ragnor caminan por el puente dentro de la estación de trenes. Selene iba adelantada con el carrito de sus cosas personales y escolares que usará en su quinto curso.
Solo que al bajar las escaleras se toparon con dos caras muy conocidas, Alastor y Dora se encontraban cuidando de una puerta de dónde salía el de la cicatriz de rayo.
La chica solo alzo una ceja y observó cómo se iba hacia al andén 9 3/4 pero alguien se asomaba.
— Perseus — susurra el sorprendido.
El mencionado traga duro y entra a la habitación, cerrando detrás de sí la puerta.
— Tonks, Moody — saluda formalmente su madre.
La metamorfomaga joven levanta los dedos y hace un gesto sin mirarlos, su forma de saludo.
Las sombras de su padre y la de Sirius se miraban a través de la ventana. Pero de alguna forma la joven quería guardarles privacidad por lo que se puso a "hablar" con su lechuza Niké.
Los tres adultos la miraban raro pero lo normal no era para ella, no por ello se juntaba con la otra rubia.
El rubio castaño sale de la sala, dirigiéndose a la su única hija. La mira detenidamente para luego sonreírle.
— Quiere hablar contigo — le menciona Perseus.
Nix asiente, curiosa del hecho que el amigo de su padre quiera hable con ella cuando debería de ser su padrino pero no está aquí.
Sin más se dirigí a la pequeña sala, en ella había dos bancas y en una de ellas esta sentando Black.
— Selene — exclama el señor poniéndose de pie — ¿Sabes? Me la recuerdas tanto. —
— ¿A quién? — pregunta sin saber de qué está hablando.
— No puedo soltar su nombre todavía porque se lo he prometido a tu padre — habla el señor tomando a la joven de los brazos — Solo prométeme algo. Si llegas a enamorarte, dime que lucharas por ese amor y no lo dejaras atrás —
Selene confundida ante esas palabras aún así asiente — Lo prometo tío Canuto — le dice ella.
Eso saca una sonrisa al mayor y la abraza fuertemente. Recordando aquellos momentos que pudo tener junto a Juno.
