∘Capítulo uno∘

1.5K 195 16
                                    

Seokjin conocía a Taehyung solo porque lo veía de vez en cuando en los pasillos de la universidad. ¿Qué tanto sabía de él? Cosas como su nombre, que cursaba la misma carrera que él, la cual era artes dramáticas, pero estaba en un par de cursos menos. También sabía de su fama como amante pasional, que una vez lo probabas te convertías en un adicto a su profunda voz y atrevidos labios.

Ese chico era pura pasión, pero una pasión efímera.

Se aburría rápido de sus parejas, y no es que las haya cambiado muy seguido, ni que tuviera una larga lista detrás, pero quienes habían estado con él no se lo guardaban. Comentaban que era toda una experiencia ser cortejado por Kim Taehyung, pasar tiempo con él, escucharlo hablar, actuar o cantar, el chico incluso sabía tocar el saxofón (y otras cosas, muy bien, por cierto). Pero todo eso se acababa cuando este terminaba aburriéndose de ellos.

Músicos, actores, pintores, había salido con personas dentro del área que le interesaba. Taehyung parecía absorber lo que resaltaba más de cada uno; los ponía bajo una lupa para admirarlos hasta que todo lo nuevo dejara de parecerle algo innovador. Para llegar a eso era cuestión de unas semanas.

En definitiva, lo único que parecía constante en ese chico era su amor por el arte, lo demás no era del estilo de Seokjin.

Ya tenía la edad para desear algo de estabilidad en su vida, en especial cuando ya estaba en su último año de universidad y tenía planes de ingresar de lleno en el mundo laboral. Deseaba tener a alguien a su lado, al menos para tener un hombro en el cual apoyarse en caso de que las cosas se pusieran difíciles.

—Qué bien que le parezca atractivo, Haneul, pero no creo que llegue a mucho con ese chico —admite mirando a su amiga de reojo—. ¿Dónde escuchaste eso?

La castaña tenía unas partituras en sus piernas, mientras escribía unas cuantas notas musicales simplemente sonrió.

—Estoy en la misma clase de composición que su amigo, los escuché hablando fuera de la clase antes de que llegara el profesor —levanta la vista y mordisquea el borrador del lápiz—. Dijo algo como que ni con mil años de clases de pintura podría igualar tu perfección en un retrato.

Finalizó la frase soltando una risa mientras el chico se sonrojaba.

—La verdad fue tan nerd, pero aun así es tierno, ¿no? Y como es un chico tan atrevido, supuse que en algún momento iría a cortejarte, por lo que era mejor informarte de ello para que te prepares.

Jin suelta un suspiro y pasa una mano por su cabello.

—Cortejarme, en verdad —murmura entre dientes—. Pues ya casi termina el día y no se me ha acercado, tal vez no se refería a mí. Ni siquiera escuchaste mi nombre.

—Eras el único chico que alcanzaba a sus descripciones en ese grupo, por favor. ¡Ay!

Había pellizcado una de las mejillas de la chica con una sonrisa, ella lo apartó frunciendo el ceño y farfullando algo sobre cuidar su piel.

— ¿Quién es la que me corteja ahora mismo?

—Ay, bro, sabes que no lo hago con esas intenciones. No homo, bro —le guiña un ojo, ambos se ríen con fuerza.

—Eres mujer, tonta.

— ¡Lo que lo hace más hilarante!

Guardan sus cosas al notar que ya llegaba la hora de ir a casa. Caminaban hacia la salida del predio de la universidad cuando alguien llama a Seokjin a lo lejos. Él frunce el ceño y sacude la cabeza, mirando de reojo a la emocionada muchacha antes de seguir caminando.

Unos dedos largos toman su camisa con delicadeza, lo suficiente como para hacerlo voltear. Y sabía que no debía hacerlo desde un principio, que no debía mirarlo a los ojos o caería, pero eso fue lo primero que hizo.

Taehyung respiraba de manera entrecortada al haber corrido tras él, pero eso no impidió que sonriera al mayor mientras sus oscuros ojos brillaban.

Se suponía que Seokjin ya tenía la edad para saber las rocas que debía evitar para no caer, pero el problema era que Taehyung no se trataba de una piedra.

Él era un abismo. Un oscuro, asfixiante, pero excitante abismo.

Wonder [Taejinkook] AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora