∘Capítulo tres∘

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Jungkook se consideraba 100% hetero, no gay. Ya saben, macho que se respeta, fan de los senos, bla, bla bla. La verdad es que se trataba del tipo de "hetero" cuya heterosexualidad era realmente sensible, y se ponía arisco ante cualquier amenaza.

— ¿Por qué te vistes de esa manera en un parque? ¡Piensa en los niños! —le gritó prácticamente a un joven que vestía solo un enorme polerón en conjunto con unos diminutos shorts.

El chico solo lo miró como si fuese un loco, y siguió su camino ignorando a Jungkook. Quien no pudo evitar desparramar su mirada por las piernas del otro.

Demonios, muy gay y toda la cosa, pero sus piernas eran de las mejores que había visto en su vida.

—Sociedad corrompida —balbuceó y tragó saliva, maldiciendo internamente.

Agradecía que sus padres no hayan venido con él a Seúl, porque si veían algo como eso tendrían un mini infarto antes de tomar a su hijo y regresar a Busan. Ellos eran de fácil exaltación, por no decir que tenían una mentalidad muy cerrada, y cuidaban especialmente a su hijo menor.

Los hombres están con mujeres, no hay cosa como hombre con hombre o mujer con mujer, no, para ellos eso es una enfermedad mental. Se encargaron de dejárselo en claro al chico durante toda su vida, en especial cuando su amigo de la adolescencia decidió salir del clóset.

La última vez que vio a Jimin fue hace cinco años, cuando le presentó a su novio y la madre de Jungkook vio todo eso. Entonces la señora Jeon tomó a su hijo, y mirando con profundo asco y decepción al otro chico, le pidió que se alejara de él a partir de entonces. Claro que Jimin quiso volver a ver a Kook, pero el chico, influenciado por sus padres, lo apartó de todas las maneras posibles.

Alguna vez tuvo una charla con una compañera de clase respecto a eso, cuando estaban en clase de liderazgo. Estaban en medio de diversos debates, ya que compartían la clase con periodismo, y salió el tema de la homosexualidad en Corea. Muchos parecían estar de acuerdo con que se estigmatizaba estúpidamente a la homosexualidad, y a Jungkook se le ocurrió decir que era algo malo.

— ¿Por qué es malo? —le preguntó la chica, alzando las cejas.

—Mis padres dicen que...

—No, no te he preguntado lo que dicen tus padres. Tú, Jeon, ¿por qué piensas que es malo? ¿Solo porque tus padres lo dicen? De ser así, qué poca capacidad de juicio propio tienes.

Aquella vez se quedó sin palabras, con la mente en blanco, pero el rostro colorado. Le enfurecía haber quedado en ridículo por un tema así, y le enfurecía aún más que esa chica tenga razón.

Él solo decía que estaba mal porque sus padres lo decían, y aunque al inicio les cuestionaba esa crítica, poco a poco terminó aceptándola sin rechistar.

Encendió su cámara y comenzó a intentar enfocar la lente. Luego dio vueltas a lo largo del parque, tomando fotos de flores, árboles y algunos perros. Quería despejar su mente, necesitaba hacerlo.

Tenía los auriculares puestos, ya habían pasado como doce canciones, ya había recorrido gran parte del parque y se acercaba a una zona menos concurrida, por no decir que casi desierta. El ambiente era tranquilo, en sus oídos sonaba All that matters de Justin Bieber, y aún tenía la cámara ante sus ojos, moviéndose con ella.

Entonces su lente captó una imagen que lo hizo quedarse helado.

A varios metros, un par de chicos se encontraban sobre el pasto, junto a un gran árbol. Uno de ellos, de cabello castaño y hombros anchos, tenía la espalda pegada al tronco mientras el otro, de cabello negro y largo, se encontraba a horcajadas encima de él. Vio al castaño tomar la cintura del otro, mientras este se movía sobre él, cerraba los ojos con satisfacción plasmada en su rostro.

Jungkook tenía la boca seca, y un raro sentimiento en su pecho.

El castaño de pronto saltó a los labios del otro chico, devorándolo con vehemencia. Aun así, su mano parecía moverse suavemente hasta llegar al cabello negro, para acariciarlo un poco.

Era una escena fuerte pero dulce a la vez.

Jungkook estaba perturbado, pero en medio de esa pena por observarlos en una situación así, también comenzaba a sentir algo que no sabría describir. O más bien, algo que no quería admitir.

Estaba mal grabarlos, pero sus dedos funcionaron por cuenta propia. Se quedó donde estaba durante minuto y medio, hasta que los otros chicos se separaron, riendo entre dientes. Ellos estaban muy en su mundo, y Jungkook les agradecía aquello, porque así pudo irse sin que notaran su presencia.

Volvió a ver el vídeo una vez estuvo en la residencia. Terminó pausándolo para admirar la imagen del castaño sujetando posesivamente la cintura de su acompañante.

Incluso imaginó la sensación de tener una mano sujetándolo de esa manera. Jungkook se asustó de sus pensamientos, ¿de verdad imaginaba a ese castaño tomándolo así?

Y se asustó aún más cuando, al día siguiente, su maestra de fotografía les encomendó hacer sesiones de fotos con los alumnos de actuación. Por poco pegó un grito al cielo cuando vio al castaño de labios pomposos acercarse a él con una sonrisa amable.

—Disculpa, ¿eres Jeon Jungkook? Somos compañeros.

Wonder [Taejinkook] AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora