∘Capítulo seis∘

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A Jungkook no le agradaba Haneul, ella era tan pegajosa con su hyung, además de utilizar un vocabulario atrevido. Siempre que lo veía decía cosas como niño, bebé o pequeño; ¡y él es como diez centímetros más alto! Además, ni que fuera Tutankamón para llamarlo bebé, ella era como tres o cuatro años mayor nada más.

Lastimosamente la chica venía en el paquete junto a Seokjin. Ya habían terminado el trabajo de la clase de fotografía, pero mantenían el contacto como amigos. En esas tres, casi cuatro semanas ya había tomado un poco más de confianza con Jin. Pues el mayor, a pesar de su edad, lo hacía sentirse al mismo nivel; además descubrió que tenía una risa peculiar, y que adoraba hacer chistes malos, que a pesar de todo lo hacían reír porque no quería dejar a su hyung con los grillos.

Y estaba Taehyung, quien suponía, por todo el tiempo que pasaba tras Seokjin, era algo así como la pareja no oficial de este. Pero lo incómodo era que de todas formas parecía coquetear con Jungkook.

¿Con Haneul? Nada, apenas la miraba cuando estaba presente. ¿Otras personas? No lo había visto sonreír y mirar de esa manera tan intensa a alguien más que... Que no sean él o Jin.

Era realmente incómodo.

—Heeey, bebé, ¿qué tal todo?

Pero definitivamente era más soportable que Haneul.

La castaña saltó junto a Jin con una enorme sonrisa, interrumpiendo el cómodo silencio en el que los muchachos almorzaban. Ella llevaba, como siempre, un par de viejos cuadernos en una mano, y una mochila desgastada colgando vagamente de su hombro izquierdo.

Jungkook dijo hola en voz baja, intentando no parecer grosero frente a su hyung. Luego notó que ambos comenzaban a hablar sobre un chico, un tal Yoongi, y al no interesarle el tema simplemente desconectó su mente de la conversación.

Y se fijó en que, siendo sincero, Haneul era una chica bonita. Físicamente, se suponía que ella estaba dentro del tipo que a él le gustaban; era curvilínea, un poco alta, rostro atractivo y joven, su piel también parecía bien cuidada. Seokjin realmente tuvo suerte al haberla tenido como novia... ¿O fue Haneul la suertuda al tenerlo a él como pareja?

Sus ojos viajaron hacia el mayor, quien escuchaba a la muchacha con una pequeña sonrisa socarrona. Él tenía hombros anchos y afilados, una piel que se notaba tersa y brillante; sus ojos tenían un aire jovial, y sus labios... Oh, sus pomposos labios eran simplemente tan rosados, que a Jungkook se le antojaba que tenían sabor a cereza.

Se atrapó a sí mismo relamiendo sus propios labios, y no pudo evitar parpadear varias veces, haciéndose un poco para atrás.

¿Acaso imaginó probar los labios de Jin? Por su mente cruzó el recuerdo de Jin y Taehyung en el parque, y una ola de calor pasó por todo su cuerpo.

¿Tal vez solo era porque Jin tenía labios bonitos? Se podría decir que Haneul también tenía labios bonitos, aunque los de ella estaban constantemente lastimados, porque los mordía a cada rato mientras componía.

Entonces fijó la vista en los labios sonrientes de Haneul, pero el resultado no fue el mismo. No tuvo la necesidad de relamerse los labios, y no se imaginó a sí mismo besando esos pequeños labios, no sintió nada.

—¿Kook?

Pegó un salto, entornando la vista en Seokjin mientras su rostro se ponía colorado.

—¿Estás bien? —le pregunta, levantando ligeramente una ceja.

—Eh, recordé que tenía algo que hacer. Nos vemos luego, hyung —dijo rápido, haciendo una pequeña reverencia antes de tomar sus cosas y retirarse.

Seokjin y Haneul lo vieron irse tan rápido como sus piernas se lo permitían, y el muchacho soltó una risotada.

—Creo que le gustas, Hani —molesta a su amiga, dándole un empujón.

—¿Qué dices, tonto? Se nota que me odia.

Ella rueda los ojos, pensando en que su amigo era realmente idiota.

—Ah, es que es un niño. Sabes cómo todos expresan sus sentimientos a esa edad, así es como finge no querer besarte —vuelve a empujarla, con poca fuerza, mientras la burla inunda sus facciones—. Estaba mirando fijamente tus labios.

—Ajá —le dice, asintiendo con desinterés, solo para cortar el tema—. Eres tan observador.

—Sabes que sí.

La muchacha sonrió, él no había pillado el sarcasmo en su voz.

Porque a quien Jungkook observaba como si quisiera comérselo a besos era Seokjin.

Cuando el abochornado joven estuvo fuera de la vista del par, frotó su rostro varias veces mientras resoplaba. Ahora tenía que mentalizarse para cuando volviera a verlos, no debía morirse de vergüenza, de todas formas, ellos no sabían lo que pasó por su mente.

Ni siquiera él estaba seguro de lo que pasó por su mente.

Se recostó en el muro del edificio y sacudió su cabello mientras arrugaba la nariz.

Esto debía ser culpa del condenado vídeo del parque, no podía sacárselo de la mente. Tampoco ayudaba el hecho de que lo veía algo seguido, en las noches luego de llegar de la universidad o ... de haber estado precisamente con Taehyung y Seokjin.

Es que ellos, a pesar de estar en la categoría de "complicado" desde hace un tiempo, seguían siendo realmente demostrativos. Jin se controlaba, pero Taehyung siempre iba directo a sus labios cada vez que lo veía. Y parecía hacerlo con mayor fervor al notar que Jungkook los veía.

Al cerrar los ojos y recostar la cabeza contra el muro, llega a su memoria la imagen de Taehyung besando fogosamente a Jin, abriendo los ojos en medio del acto y fijando su vista en el menor. Sus ojos eran tan oscuros, pero tenían un brillo peligroso de todas formas.

Un tirón en su entrepierna hace que vuelva a mirar a su alrededor, con pánico, como si fuera que alguien allí podía ver sus pensamientos, y saber sobre el problema que se presentaba en sus pantalones.

Decidió que mejor era hora de correr al dormitorio, tomar una ducha fría y hacer la tarea que le faltaba.

—Jungkook.

Un llamado de esa profunda voz le hizo petrificarse en su lugar, con sus músculos tensándose casi al instante.

Apenas volteó cuando Taehyung terminó de posicionarse ante él. Como siempre llevaba pantalones ajustados, de color negro, en conjunto con una camisa estampada que a cualquier otra persona le habría quedado horrible, pero a él le sentaba de maravilla. Podía ver sus prominentes clavículas, junto a un par de cadenas plateadas que adornaban su cuello.

A Jungkook se le secó la boca.

—Hyung, hola —murmuró bajando la vista, incapaz de ver aquellos ojos tan profundos.

—¿Ya te ibas? Planeaba invitarse a salir mañana.

¿A salir? ¿Mañana? ¿Ellos?

Un millón de ideas para rechazarlo pasaron fugaces por su mente, pero todas parecían muy tontas.

—Seokjin también vendrá, y algunos otros amigos —añade, y el corazón del menor volvió a estabilizarse—. Voy a presentar una pieza de jazz mañana por la noche aquí.

Le tiende una pequeña tarjeta, el nombre y dirección del lugar se encontraban en esta.

—Oh, vaya, no sabía que tocaba algún instrumento, hyung.

Bueno, si iba Seokjin todo se sentía mejor, no estaría matándose pensando que estaba traicionando a su amigo. Si tenía suerte, Jin llevaría a Haneul y ella mantendría a Taehyung a raya con sus demostraciones físicas.

—Sé tocar muchas cosas, Kook.

Ante ese comentario con intencional doble sentido, Jungkook vuelve a quedarse paralizado. Al levantar temeroso la vista, se topa con una media sonrisa y unos ojos sugerentes, que no tardan en darle un guiño para luego dejarlo.

Definitivamente debía llegar al dormitorio rápido.

Wonder [Taejinkook] AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora