∘Capítulo siete∘

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Jin se había quedado dormido luego de volver de la universidad, estaba agotado, ese día tuvo examen y también fue corriendo de oficina en oficina, buscando recomendaciones de algunos maestros para presentarlas en una audición. Cuando volvió a despertar, no estaba seguro de cuánto tiempo había pasado, ni siquiera recordaba su propio nombre durante unos segundos.

Quiso removerse, pero tenía un peso en el pecho, y al bajar la vista se encontró con una despeinada cabellera oscura. Una diminuta sonrisa ladeada apareció en sus labios, Taehyung parecía estar despierto, aunque no podía verle la cara, pues estaba concentrado en jugar con los botones de la camisa que llevaba puesta.

—¿Qué hora es? —preguntó con la voz ronca por el sueño que aún le daba batalla.

—Siete de la tarde, dormiste una buena hora.

Mientras el otro se incorporaba para posarse sobre sus codos y mirarlo, Jin no pudo evitar exaltarse.

—Oh, Tae, tu presentación —exclamó intentando levantarse.

El de cabellos oscuros lo detuvo, volviendo a recostarlo.

—Debo estar allá recién a las nueve treinta, tranquilo —ríe un poco, entre dientes—. No pensé que lo recordarías.

Una sonrisita estaba en los labios de Taehyung, mientras miraba sus dedos moverse con un toque de nerviosismo. En ese momento Jin recordó que en realidad ese chico aún era un niño en algunas ocasiones, y que tenía su lado tímido a veces.

Quiso ignorar a ese raro sentimiento que se apoderó de su cuerpo.

—¿Por qué no?

—Oh, no lo sé —se encoge de hombros, volviendo a fijar la vista en él—. Pero está bien, tenemos mucho tiempo.

Esperaba poder ver otra faceta del más joven, pero este ya había vuelto a su típica actitud descarada y se posicionaba sobre él, poniendo las piernas a cada lado de su cuerpo. Ahí estaban otra vez esos profundos ojos oscuros, incitándolo a volver a caer al abismo.

—Bonito —rió, pasando las manos por sus muslos—, ¿acaso quieres caminar como pingüino frente a los demás?

—No me molesta, ya me acostumbré, puedo soportarlo.

Se inclina hasta lograr unir sus labios, le da un corto beso húmedo, seguido de varios iguales. Estaba provocando a Jin, y funcionaba como siempre.

En cuanto las manos del mayor se encajaron en su delgada cintura, Taehyung se regocijó al haber ganado una vez más, por lo que profundizó el beso a la par que hacía fricción contra el miembro de Jin. Se movió unas cuatro veces, hasta que el que se encontraba abajo soltó un gruñido.

—Hyung.

—¿Qué?

—... ¿Y si hoy tú eres quien camina como pingüino?

Un pequeño silencio, Tae se separa para mirarlo expectante. Jin entrecerró los ojos, su pulgar se coló bajo la camisa del chico y comenzó a acariciar suavemente.

—¿Qué tan buena crees que será tu presentación de hoy?

Taehyung frunce el ceño —Excelente, claro.

—Si es así, entonces podremos celebrarlo luego —propone.

El rostro del más joven se iluminó con completa ilusión, solo le faltaba levantarse para dar saltitos de emoción.

—Dios —Jin se ríe un poco—, ¿de verdad te emociona tanto?

—Claro, es lo que más quiero.

Wonder [Taejinkook] AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora