∘Capítulo diez∘

713 113 4
                                    

Taehyung vio el beso que se dieron sus acompañantes, había entrado un segundo antes, y se quedó en silencio cuando vio a Jungkook estirar a su relación complicada para besarlo. Se quedó congelado, y no era capaz de comprender lo que estaba sintiendo ante esa escena, pero podía asegurar que no era enojo.

No le disgustaba, no tenía ganas de ir a armar una escena de celos. Porque, simplemente, Taehyung no sintió celos.

Volvió a salir, sin hacer ruido. Aún tenía el celular en una mano, y su garganta estaba seca. Mordisqueó su labio inferior mientras tanteaba los bolsillos de su saco, sintiendo la cajita de cigarrillos en el derecho, y quiso sacar uno para quedarse unos buenos minutos ahí afuera pensando en qué demonios pasaba con él.

Hace un rato, mientras tenía el saxofón entre sus labios, había pensando en el hecho de que Jin parecía ser más importante que alguien con quien pasar el rato para no aburrirse. Le gustaba quedarse recostado a su lado, sin necesidad de tener su lengua dentro de su boca, u otras cosas, simplemente estando junto a él mientras duerme ya está a gusto.

E incluso, ahora no sacaba el cigarrillo para fumar como chimenea, porque no quería darle una mala imagen a Jin... Ni a Jungkook, incluso si el más joven estaba drogado.

Soltó una risa incrédula, pasando una mano por su cabello.

—Eres impresionante —se dijo a sí mismo.

No puedes pensar en que Jin es importante, mientras Jungkook comienza a gustarte cada vez más. Comenzó a regañarse mentalmente.

Él estaría tranquilo si fuese una relación abierta, pero ni siquiera habían dejado en claro lo que eran aún. Y algo le decía que tal vez su hyung no estaría muy de acuerdo con eso. A pesar de todo lo liberal que era, Taehyung quería respetarlo.

Dios, incluso estaba pensando eso, ¿de verdad? ¿Desde cuándo le daba miedo proponer cosas como un trío?

Respiró hondo un par de veces, y después de relajarse al fin se animó a ingresar al departamento de nuevo. Fingió sorpresa al ver a Jungkook con el torso desnudo, noqueado en el sillón, y le siguió la corriente al mayor cuando este ocultó lo que había pasado.

Incluso si eso fue un tanto doloroso para Tae.

— ¿No vas a quedarte? —la voz de Jin lo detuvo, cuando después de dejar al chico en el cuarto de invitados volvió a la sala, y tomó el estuche de su saxofón—. Sabes, lo de Kook no es mi culpa.

—Claro que no, eso lo sé —le dedicó una sonrisa, acercándose a él—. Es solo que pareces algo cansado, y no quiero molestarte.

—Ah, desde cuándo te fijas en eso —masculla su hyung antes de que le robara un beso—. Está bien, nos veremos mañana, ¿no?

Ni siquiera insistió demasiado en que se quedara, pero estaba bien. De todas formas, Jin también parecía tener muchas cosas en las que pensar esa noche.

Volvió a besarlo, pero nada profundo, fue incluso torpe. Ninguno estaba enfocado en ello, se separaron a los segundos y Tae al fin se retiró después de despedirse.

Una vez en la calle, al fin sacó uno de sus cigarrillos y se lo llevó a la boca, tomando una larga calada de este. Caminó con lentitud a su hogar, poco importándole la hora, ni la distancia, el paseo a este le serviría para ordenar sus pensamientos.

Las cosas con Jin empezaron porque le pareció interesante, quería conocer más al chico perfecto, con cara de portada de revista, que se paseaba por la universidad. Seokjin siempre había parecido tan correcto, responsable, demasiado bueno, hasta aquel día en que lo vio fuera del campus, perdiendo los estribos.

Notó entonces que no era todo color de rosa, que parecía haber algo más ahí que un chico guapo y excelente. Y con disimulo, comenzó a investigar un poco más, cosa que no fue muy díficil pues se trataba de alguien popular.

Descubrió que vivía solo, que no mencionaba demasiado a sus padres, y que la chica con la que pasaba todo el rato, se trataba de su ex novia. Eso no le sorprendió, siempre le pareció que había algo muy íntimo entre ellos cuando los veía juntos. Lo que más llamó su atención, fue que tenían ciertas cosas en común.

Taehyung tampoco hablaba sobre sus padres, después de haberlo encontrado semi inconsciente por una sobredosis, decidieron echarlo de la casa. Desde entonces no volvió a ver a sus hermanitos.

Al menos tenía a Namjoon, quien lo recibió con los brazos abiertos y una bandeja de brownies de yerba. Su primo lo salvó de una vida como indigente.

— ¿Cuántas veces te he dicho que no repartas tus galletas a cualquiera? —preguntó cuando al fin llegó al departamento, Namjoon estaba sentado en el sofá bebiendo un vaso de agua con una mueca.

— ¿Ah? —todavía estaba algo confundido, podía escuchar los engranajes de su cabeza mientras pensaba—. Oh, mierda, pensé que eso solo lo soñé.

—Jungkook pensaba lo mismo.

Terminó de ingresar, dejándose caer en el sofá frente al mayor. Su mirada en ese momento se fijó en el cuadro a medio terminar al fondo, y volvió a sentirse extraño.

—Nam.

—Ya no vuelvo a drogar a tus amigos, lo juro, no me castigues.

—No es eso, idiota —suspira rodando los ojos—. Creo que Jin ya no solo me gusta.

Namjoon abrió un poco los ojos para mirarlo, para nada sorprendido, y asintió un poco.

—Eso ya lo sabía.

—Y creo que me gusta Jungkook.

—... Eso lo suponía.

Tae se pasa las manos por el rostro, y encorvándose hacia adelante, sin destaparse, volvió a hablar.

—No sé qué hacer.

—Wow, ¿por qué tan afligido? Es normal que te guste más de una persona, Tae.

—Ya me lo he dicho, pero de todas formas no dejo de darle vueltas una y otra vez —se destapó la cara para mostrarle la desesperación en sus ojos—. Hace rato los vi besarse.

Ah, mierda, pensó Namjoon.

Wonder [Taejinkook] AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora