Perdon

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Perdón por mantener la cabeza alta.
Por tener a la gente harta y aún así mi autoestima alta.
Por tener la mano siempre echa puño.
Por tener siempre en la garganta un nudo.
Por nunca quedarme mudo.
Por nunca pasar por alto nada y quemar con mirada como una bala.
Por alejar a todos en la sala.
Tal vez algo loco, errático, frenético e hiperactivo.
Por ser nocivo.
También lascivo.
Por ser un pillo, un viejo crío.
No hay nada peor que cada noche ahogarse con su propio veneno.
Lleno de resentimiento.
Cuál serpiente que muerde su cola, la sostiene con fuerza y se descontrola.
Esto ya no mola, ver cómo todo se desborda.
Fuera de mis capacidades.
Y aunque e mejorado mi labia nada sirve contra el maldito karma

Mariposas NegrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora