Número y nombre

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Su pierna no paraba de moverse de manera constante, logrando que la suela de su zapato rechinara contra el piso.

¿Cuándo aquella persona desconocida se habia vuelto tan importante para él al punto de ponerlo de nervios? Ni idea, pensó él.

Quizás era la costumbre de recibir un mail que le ayudase a llevar sus intensas semanas. Quizás el ya no leer párrafos escritos con dulzura hacia él. Ese fanatismo tan extraño de aquella bajo el seudónimo de Ladybug.

Poco más del mes que no habia recibido ningún correo nuevo de ella. Poco más del mes que él por fin se habia armado de valor para responderle ¿Y cuál era el resultado? ¡Pues aparentemente la habia hecho desaparecer!

Mil y un preguntas se formulaban en su cabeza día tras día. Preguntándose si aquel correo que el habia enviado habia sido correcto, o si habia escrito en el algo que le ofendiera.

Pero, por más que buscaba no encontraba respuesta.

― ¿Quieres dejar de hacer tanto ruido? Estoy intentando trabajar aquí ― La voz de su casi amigo, Max, llegó a sus oídos. El asintió de manera estoica, llevando su mano hasta su boca, mordiendo su pulgar.

Habia sido una suerte que Max aceptará su ayuda. Usualmente, como él, se encontraba ocupado con sus estudios, aunque este lo hacía por mero ocio ya que su capacidad intelectual era enorme. Lo habia conocido en una de esas aburridas cenas de negocios, y si bien no tenían mucho en común realmente, el tener a alguien de su edad cerca en aquellas veladas siempre era agradable.

― Estoy nervioso, eso es todo ― Atinó a decir, intentando tomar un poco de aire para tranquilizarse.

Aunque no sabía muy bien porque lo estaba.

― Tu historia es muy inverosímil, y no creas que me refiero a la parte en la que una chica te acosa. Si no, a que realmente quieres volver a tener sobre ti a ese tipo de chica ― Argumentó el de lentes, acomodándose estos para seguir con su trabajo en la computadora.

― Sacas de contexto muchas cosas. Simplemente estoy preocupado ¿Sabes? Aunque solo respondí una vez, siento que de alguna manera esos mensajes me hacen falta ― Intentó explicarse, intentando no sonar cursi ante el asunto.

Cosa que no funcionó, pues pudo escuchar el bufido de su amigo mientras presionaba con habilidad las teclas.

― Te deslumbran fácil, Adrien. Es el pecado que tienes que pagar por tener poco contacto con las personas ― Atino a decir. Adrien frunció su ceño ante esto.

El rubio iba a argumentar algo para defenderse, pero el escuchar que de pronto las manos de su amigo dejaron de pasear por el teclado, se quedó estoico, ante la expectativa de que hubiese encontrado algo.

― ¡Bingo! Soy realmente estupendo ― Se felicitó a sí mismo, sintiendo como Adrien se abalanzaba sobre el respaldo de la silla para poder observar lo que habia logrado ― Logré entrar al sistema y obtener el número de teléfono con el cual está ligada la dirección de correo, incluso el nombre. Y vaya que me sorprende que en realidad si sea una chica, estadísticamente hablando, las posibilidades eran bajas ― Intentó bromear con su amigo, recibiendo un suave golpe de camarería en su hombro.

― Max, eres increíble ― Alabó, anotando el número de teléfono en su propio móvil, al igual que el nombre.

― Lo sé, no es necesario que lo digas, pero la verdad es genial escucharlo ―.

Adrien no pudo quitar esa sonrisa boba en cuanto leyó el nombre de la chica que firmaba como Ladybug; Marinette.

Era un bonito nombre, le gustaba como sonaba en su cabeza.

Pero ¿Ahora qué haría? 

[...]

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Este chico no pierde el tiempo, para nada.

Bueno ¿Qué creen que haga Adrien con esa información? ¿Creen que Max es alguien muy habilidoso? Yo pienso que sí. El tipo es un crack.

¡Espero que les haya gustado esta parte!

Fanática [Miraculous Ladybug AU][Drabbles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora