No me quedaré con la ganas.

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-...gusto, no le gusto, le gusto, no le gust...

El timbre sonó.

Ye-Jin miró a través del ojal.

-Sehun, ¿qué haces aquí? –Exclamó preocupada.

-No estoy ebrio. –Fue lo primero que dijo.

-Seguro. –Sonrió.

-Lo siento, intenté lograr algo fingien... a veces me pones nervioso, ¿lo sabías?

-¿De qué hablas? –Preguntó abriendo la puerta.

-Y luces bien con ese vestido. –Dijo tembloroso.

-G-Gracias. –Dijo confundida. -¿Quieres pasar? –Preguntó al sentir una corriente fría.

Su casa era realmente agradable en clima.

Ambos se miraron nerviosos en la obscuridad donde ese televisor alumbraba solamente.

Sehun dio un paso hacia el frente y lentamente enmarcó su rostro.

-¿Crees que esto es correcto? –Preguntó ella.

-Si sientes al menos un poco de lo que siento por ti, lo es. –Dijo con mirada temerosa.

Ye-Jin dirigió una de sus palmas hacia su corazón y le sonrió.

-Tal vez no sea un poco.

Sehun enmarcó de nuevo su rostro y la besó profundamente.

Aquel había sido un beso inigualable.

Como si hubiese sido besada por primera vez.

Esa noche ambos se sentaron frente al televisor sujetándose las manos sin decir nada y observándose hasta quedarse dormidos.

El sonido del viento silbando, las ramas golpeteando las ventanas y el canal de caricaturas en un tono muy bajo era el sonido ambiental más adecuado.

Ambos cubiertos con la misma cobija se acurrucaron sin planearlo.

Ye-Jin cayó sobre su pecho y él la abrazó al darse cuenta.

Su aroma la cubría y el de ella lo adormecía.

Oh, vecino | SehunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora