En el mismo lugar.

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Ye-Jin terminó la llamada y se apresuró a la puerta. No estaba segura de lo que estaba a punto de hacer, pero caminó hasta la puerta de su vecino y levantó la mano para llamarlo.

Una melodía surgió de nuevo, sin embargo no tenía nada de similar a la primera.

Ye-Jin se tocó el pecho sintiendo el tacto de las teclas del piano.

-Cielos, te ha pegado tan duro como a mí. –Susurró haciendo una mueca. -¿Debería molestarte o dejarte solo? –Se preguntó en voz alta.

Ye-Jin se preguntaba si sería buena idea aparecer sólo así, recordando que en una ocasión él fue bastante amable con ella después de haber tenido una discusión, era cierto, él no sabía pero realmente se había sentido agradecida con él.

-A veces no es bueno quedarse solo. –Pensó aun escuchando la melodía.

Ye-Jin se convenció. Esperaría a que terminara la canción y entonces le llamaría. Se sentó frente a la puerta y recargó su cabeza sobre sus brazos

Segundos más tarde, una luz iluminó su espalda.

-¿Puedo ayudarte? –Habló una voz gruesa.

Ye-Jin se había adormecido y al caer en cuenta se estremeció frente a él ridiculizándose. Sehun se sonrió.

-¿Estás bien?

-Sí, ¿tú... estás bien? –Preguntó lastimosa.

-Eh... seguro. –Sonrió tierno.

-Claro, claro... No es que sepa... -Se interrumpió tosiendo.

-¿Quieres pasar? –Preguntó amable.

La chica dio un paso hacia delante y entonces entró.

-Estaba a punto de salir a cenar, ¿ya comiste? –Habló amable mientras se movía en su casa.

-He comido un cereal.

-Eso no es una cena. –Dijo gracioso. -Tengo algo preparado, no iba a comerlo así que... Si gustas...

-Oh, ¿qué es lo que.... –Ye Jin se vio interrumpida por su teléfono sonando.

La chica ignoró pero al ser insistente Sehun le invitó a responder asumiendo que tal vez sería importante.

-Quizá sea mi amiga. –Dijo tomando su celular. Su expresión cambió, se trataba de Yun, su novio.

Sehun se dirigió a la cocina y ella atendió en la sala.

-¿Vas a terminarme por teléfono? –Susurró mirando hacia abajo.

Sehun pasó a su lado y curioseó moviéndose lento.

-Ridículo, simplemente ridículo, sigues mostrando tu falta de compromiso, ¿qué has dicho? (...) ¿s-sabes qué? Eso haz, lárgate con esa chica, seguro soportará mejor las tonterías que me has hecho. –Exclamó olvidando estar en una casa ajena.

-¿Estás bien? –Preguntó Sehun.

Ye-Jin se limpió el rostro y miró al inocente que cargaba con los cubiertos.

-Tu música es muy ruidosa.

El chico respondió levantando una ceja y señalándose con la mano.

-Sí, lo es. No sabía que venía de tu casa y curioseé, deberías cerrar las cortinas. Quiero decir que vi todo y creo saber en que situación te encuentras.

-Ye-Jin...

-Algunas veces me animaste sin saberlo, no quería que estuvieses solo en este momento y míranos, me vas a alimentar y acabas de escuchar mis problemas. –Expresó incoherente cubriéndose el rostro.

Sehun se sentó a su lado y colocó la palma sobre su hombro.

-Si te sirve de algo eres bastante gritona cuando discutes con Yun.

Ye-Jin volteó a verlo.

-Sí, conozco su nombre porque lo gritas mucho cuando hablas con él. –Dijo gracioso.

-Entiendo.

-No puedo reclamar, también he espiado desde el patio trasero para tratar de entender ese alboroto que parecía riña casera. Para ser una persona solitaria, haces mucho ruido. –Sonrió palmeándola.

Ye-Jin suspiró y miró hacia un punto fijo en la pared.

-Si somos dos en la misma situación, ¿querrías salir mejor a comer en la calle? –Preguntó poniéndose de pie.

Ye-Jin levantó el rostro enrojecido y lo miró como cachorro.

-Anda, vamos. –Extendió su mano.

Ye-Jin aceptó la invitación, entonces ambos se dirigieron a cenar.     

Después de charlar y bromear un rato, congeniaron en muchas cosas y se sintieron cómodos casi de manera inmediata.

No satisfechos con eso, y en una noche joven, decidieron ir por un poco de diversión. Siendo una actividad que ambos no practican a menudo.

Oh, vecino | SehunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora