Malacopa.

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Ye-Jin subió a la mesa y lanzó sus brazos hacia el frente, encorvó su cuerpo hacia atrás y llamó la atención de todos ahí. Los chicos aclamaban su nombre, mientras Oh le miraba con cierta sonrisa. Su cabellera brillaba bajo esas luces y sus curvas se hacían notar. Su acompañante se comenzaba a arrepentir de haberla dejado subir ahí.

El joven avergonzado, aunque enternecido, pasó su mano sobre el rostro y luego le miró una vez más. Ye-Jin comenzó a desabotonar su camisa, sus mejillas se sonrojaron y por un momento olvidó que se encontraba en un lugar público. Los chicos comenzaron a gritar más emocionados, entonces Sehun miró a su alrededor y atravesó la multitud para cargarla sobre su hombro. Por supuesto le gritaron que era un aguafiestas.

Sehun les fulminó con su inexpresivo rostro y a un par tuvo que darles una patada para quitarlos del camino.

-Yahoo! –Exclamó la joven.

-¿No crees que te estás excediendo un poco? –Preguntó aún con el trasero de ella a la altura de su rostro.

-No era necesario que los patearas. –Evadió con tono ebrio.

-Parecían zombies. –Respondió serio.

-¿Viste lo fácil que atraje a los chicos siendo una completa estúpida? Tal vez sea cierto, tal vez tenga que beber más seguido, y usar faldas cortas, tal vez si plancho mi cabello y lo tiño de un color chillón, si uso labial rojo y tacones llamativos... Tal vez así, (...) tal vez así... –Ye-Jin se vio interrumpida por su estómago revuelto que echó una sustancia desagradable sobre la espalda de Sehun.

-¿Ya vomitaste? –Preguntó apretando los ojos.

-Me siento mal. –Expresó comenzando a chillar.

El joven caminó por el frío estacionamiento haciendo sonido con sus zapatos sobre el asfalto con piedrecillas y charcos. La puerta del auto se abrió y entonces recostó a Ye-Jin en el copiloto.

Frente a su auto antes de entrar, se quitó su chaqueta sucia.

Sehun acomodó la prenda en alguna parte de la cajuela, además tomó una manta. El chico entró al auto y al tomar asiento, un suspiro mostro el choque de temperaturas, su aliento cálido con el viento fresco de la noche.

Miró sobre su hombro y se encontró con una linda chica echa un desastre, su camisa semiabierta dejaba a la imaginación.

Su garganta se tensó en un trago amargo de esfuerzo por mantener la cordura. Porque era inapropiado sentir ocasionalmente tanta atracción por su vecina gritona.

Sehun encendió la música, como esta no la había puesto antes con ella, el tono fue realmente fuerte y exagerado. El pobre se estremeció y comenzó a moverle torpemente al radio hasta que la apagó y se encogió de hombros realmente avergonzado.

-¿Quieres encenderla de nuevo? –Preguntó la chica sonriente.

-Deberías dormir. –Habló escondiéndose en la bufanda.

-Enciende la música. –Reclamó. –Es la canción que estabas bailando hace rato. –Dijo sonriente.

Ye-Jin comenzó a cantar la canción con los ojos cerrados y echa "bolita" en el asiento.

-¿Te gusta? –Preguntó lindo.

-Tengo un vecino que baila muy sexy...

Sehun se sonrojó y la miró con una sonrisa apenada, pero por ella.

-¿Baila bien? –Preguntó aprovechado.

-Sí, bastante. Yo soy dos pies derechos.

-Izquierdos. –Corrigió.

-¿Importa? No se pueden bailar con dos derechos tampoco. –Hablaba borracha.

-Para estar ebria tienes buena lógica. –Sonrió.

-Como sea, no le digas que te dije esto...

-¿Y por qué no debería?

-Ya sabes, los hombres pueden ser muy presumidos a veces.

-Él no es así.

-¿Segura?

Sehun se cubrió la boca conteniendo una risa.

-¿"Segura", haz dicho?

-Sí Yoona, segura he dicho. –Exclamó sin razón.

-Bien, bien... Sí (...), estoy segura de que no es presumido.

-Se ve que es buen chico.

-Tú le agradas también. –Dijo seguro.

-No me conoce muy bien.

-¿Segura? Él cree que fue tu vecino durante el kínder.

-Nadie se acordaría de eso.

Sehun se sonrió y dejó de observarla.

-Tienes razón. –Dijo avanzando por fin del estacionamiento.

-¿Quieres colocar la canción de nuevo Yoona-na?

-Seguro.

Ambos comenzaron a mover la cabeza con ritmo y a cantar, Sehun consciente la miraba y sentía gracia al verla en ese estado.

La chica levantaba la voz en las notas altas ...

-"¿Por qué me echaste?
Sin un nombre,
aún soy persistente contigo...
Nuestra despedida fue sin color,
sin ningún cambio..."

Tras unos minutos llegaron finalmente a su destino. Sehun buscó entre sus cosas pero las llaves de ella no aparecían por ninguna parte y aunque trató de despertarla sólo se ponía loca si abría los ojos.

Sehun llevó a la inconsciente en sus brazos a la habitación de invitados, y por respeto durmió en el primer piso. Después de dejarla dormir en la cama y acobijarla. Bajó las escaleras y tomó su chaqueta vomitada.

Con la mayoría de las luces apagadas, se dirigió a su lavandería. Con cuidado comenzó a limpiar el desastre.

-Tal vez no tenga solución. –Miró la chaqueta. –Está bien Ye-Jin, me obligarás a tirarla. Tal vez no lo habría hecho, y así es mejor. –Dijo pensando en ese regalo hecho por su actual exnovia.

Después de eso limpió un poco y no quería irse a dormir aún.

Pensativo se recostó en el sofá y su rostro se iluminó al comenzar a ver las fotografías de su expareja.

-Nunca fui lo suficiente. –Suspiró.

Oh, vecino | SehunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora