Capítulo 7.

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Taehyung

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Taehyung.

Había golpeado la pared por décima vez en el día, recordar era lo peor que podía hacerme a mí mismo y era inevitable. El dolor siempre estaba ahí a pesar de los años, me había cambiado completamente.

Definitivamente esta sería una noche larga. Era peor cuando vivías solo, en una casa así de grande. Me siento aún más vacío, tan lleno de soledad. Yo solo necesitaba distracciones.

Alguien había dicho una vez que el peor enemigo del hombre era su propia mente. Era la única que conocía todas nuestras debilidades y aunque se quiera, no se puede dejar de pensar.

La mente hacía cosas maravillosas, pero también era cierto que era nuestra única perdición. Somos sus víctimas y nos mantiene atrapados, hundiendonos cada vez más en un oscuro abismo sin final.

Intenté dormir pero el insomnio me atacó impidiendo que pudiera sentir el alivio en el descanso, tomé un abrigo y mi billetera y salí de la casa.

Caminaba por la oscura calle, sin rumbo. No pasaban autos ni había personas recorriendo las vacías veredas. El mundo parecía vacío hasta que escuché música proveniente de un gran lugar, al parecer un club.

Efectivamente era un club, luces azules destellaban a lo alto decorando unas letras rojas de un estilo bastante peculiar "malignum" el nombre del club estaba en latín, si no me equivocaba significaba "maligno".

Aunque odiaba los lugares con mucha gente preferí eso antes que caminar por las calles oscuras y solitarias así que sin pensarlo dos veces le pagué al guardia para entrar rápidamente, unos jóvenes que esperaban afuera se quejaron pero no me importó y seguí adelante. El lugar era inmenso con muchísimas personas bailando y bebiendo, en una esquina algunos se devoraban los unos a los otros sin ningún tipo de delicadeza o pudor.
El lugar estaba lleno de luces y la música estaba lo suficientemente fuerte como para no poder si quiera hablar con alguien cómodamente, pero a quien le importaba, todos estaban ahí para bailar y beber y aunque no era de hacer esas cosas, me sentí cómodo como para intentar encajar en ese mundo de gente.
Fui directo hacia la barra de tragos pidiendo un poco de whisky para empezar. No supe en qué momento me dejé llevar tomando en demasía y mezclando todo tipo de sustancias. La cabeza me daba vueltas y los pensamientos dejaban de ser claros, me gustaba esa sensación así que seguí bebiendo.

Mientras bebía observaba a las personas bailando en la pista, era difícil diferenciar a alguien allí por las luces y además el hecho de estar realmente mareado pero pude reconocer a Jungkook o tal vez alguien muy parecido sentado al otro lado de la pista en un sofá, sólo y bebiendo.

Pasé entre la gente empujando a varios sin si quiera disculparme, a estas alturas no me importaba nada.

Verifiqué la presencia de Jungkook cuando estuve frente a él y me otorgó una gran sonrisa, encantadora como habitualmente. Observó a sus costados buscando un lugar para que me sentara pero estaban todos ocupados, palmeó sus muslos indicando que ese sería mi asiento y sin ningún problema me senté sobre aquellos musculosos y trabajados muslos, Jungkook era increíblemente caliente y aún más de cerca. Su camisa desprendida y el sudor recorriendo levemente su piel y haciéndola brillar eran una vista maravillosa para cualquiera, como siempre vestía de negro. Un color que siempre lo hacía ver bien. Llevaba pantalones apretados y brillosos que hacían que sus proporciones se marcarán aún más provocando y despertando cada parte de mí, su perfume dulce me llevaba a otro mundo sin si quiera darme cuenta.

—¿Qué haces aquí precioso? ¿No deberías estar durmiendo en casa?

—No soy un niño Jungkook, además no podía dormirme ¿Qué haces tú aquí?— Pregunté tratando de disimular la pasada de alcohol en mi sistema.

—Solo venía para distraerme un poco, odio estar encerrado en casa.

—Entiendo, me pasa igual.— Posó sus manos en mi cintura y sentí su tacto quemar de a poco todo mi cuerpo, un tacto fuerte y definido diferente a la suavidad con la que hablaba en ese momento.

—Entonces vamos a distraernos.— Dijo levantándome con una fuerza paranormal y tomando mi mano llevándome a la pista.

No era un profesional en baile pero solía ir a fiestas muy frecuentemente con mi mejor amigo y mi hermana, quienes me habían aconsejado en esas épocas de adolescentes desenfrenados en busca de diversión y con el tiempo me había dejado llevar. Todo eso se derrumbó tiempo después.

Pero aquí estaba, después de tanto tiempo en una pista de baile, bailando con alguien. Al fin diría ella, oí claramente su voz en mi cabeza sintiéndome triste al instante.

Pero observé a Jungkook bailando en la pista, parecía seguir la música con la sangre y disfrutar cada vibración coordinandola con su cuerpo que se movía al mismo ritmo con una determinación. Movimientos lentos y atrevidos que parecían creados por los mismos ángeles. Me sentí en una hipnosis hasta que abrió sus ojos sonriendo a un lado, tomándome y acercándome más a él para bailar y restregar su cuerpo sobre mí, intenté moverme al mismo ritmo, nuestros cuerpos haciendo contacto entre roces que daban pequeñas descargas eléctricas frecuentes. En un momento sentí a las personas alrededor desaparecer y sólo lo miré a los ojos.

   Esa cercanía de siempre volvía a estar ahí y ese deseo inquieto renacía. Sus labios volvían a ser mi tentación al pecado. Y cerré mis ojos, esperando sólo un roce y luego el contacto absoluto de nuestros labios, pero sentí que todo se desvanecía.

 Y cerré mis ojos, esperando sólo un roce y luego el contacto absoluto de nuestros labios, pero sentí que todo se desvanecía

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𝐏 𝐑 𝐄 𝐘 ꗃ  ︳⌗𝐊𝐓.𓂅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora