El laboratorio de Caleb

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PARA EMPEZAR QUIERO DECIR QUE ESTA PRIMERA PARTE PERTENECE A LA PAGINA FUCK YEAH DIVERGENT TODOS LOS DERECHOS DE AUTOR VAN PARA ELLOS, YO SOLO ME INSPIRÉ EN SU HISTORIA PARA CONTINUARLA PERO QUERÍA QUE USTEDES SUPIERAN EL PORQUE DE LO QUÉ LE AGREGUE ASÍ QUE POR ESO SUBO ESTA PARTE. PERO REPITO, LOS DERECHOS DE AUTOR DE ESTA PRIMERA PARTE SON TODOS PARA LA PAGINA DE FACEBOOK FUCK YEAH DIVERGENT, GRACIAS.

Recibo un e-mail en mi computadora. Al abrirlo me encuentro que viene desde la ciudad y es de Caleb Prior. Me inquieta abrirlo, pero al ver el asunto leo las palabras “ABSOLUTAMENTE URGENTE”.  Estoy tentado a marcarlo como leído e ignorarlo, solo que el que Caleb haya utilizado mayúsculas me hace recapacitar y le doy un clic para abrirlo.

“Tobias Eaton,

Es de absoluta urgencia que nos reunamos esta misma tarde en mi laboratorio.

                                                                                                                                                            Caleb Prior.

                                                                                                                       P.D. Tiene que ver con Beatrice.”

La sola mención de su nombre en la misiva crea una laceración más en la superficie de mi corazón. Una lágrima se me escapa y veo cómo cae sobre el escritorio. No quiero ir con él, pero del mismo modo deseo saber qué es lo que tiene que decir ese… Ahogo los insultos, porque sé que era su hermano. Al final, resuelvo que la curiosidad es mayor y decido aceptar a su reunión.

Me dirijo hacia la antigua sede de Erudición que ahora solo es un edificio que se usa como laboratorio tanto de los antiguos miembros de esa facción como de los divergentes que desean aplicar sus conocimientos al campo de la investigación.

Al caminar por los pasillos extraño el radiante color azul que usaban todos los cerebritos hace tiempo, ahora hay una gran variedad de colores en sus vestimentas, colores que nunca había visto usar a nadie como: púrpura, rosa, verde, naranja, café…

Sé dónde está ubicado el laboratorio de Caleb, ya que al inicio fui el encargado de vigilar que no hiciera mal uso de él. Lamento decir qué acepte esa responsabilidad con la intención de tener algo de ella cerca, aunque eso fuera su despreciable hermano.

Inserto el código de ingreso que aún me sé de memoria, pues lo cambie hace una semana desde mi computadora. Las puertas se abren y me encuentro con Caleb Prior en bata y con gafas de laboratorio. Su expresión muestra nerviosismo y algo de preocupación. No se me viene a la mente alguna situación que pudiera causar ese comportamiento en Caleb.

—Tobias —me saluda con un asentimiento de cabeza.

—Caleb, — correspondo a su saludo con el mismo asentimiento de cabeza. Supongo que nunca dejaremos de ser estirados.

—Te preguntarás por qué te he pedido que vinieras —afirma.

Tengo unas ganas de darle un golpe en el rostro para que vaya al grano que no sé si pueda contenerlas. Al parecer, ese sentimiento se refleja en mi rostro porque Caleb se gira hacia las pantallas de las computadoras y dándome la espalda me pregunta:

— ¿Qué fue lo que hiciste con el cuerpo de Beatrice?

— ¿No crees que es demasiado tarde para preguntar lo que pasó con tu hermana? —Le digo — Han pasado meses desde que… pasó. ¿Y ahora es cuando te importa?

—Te equivocas —me dice — Estuve preocupado por mi hermana desde que sucedió.

—Sus cenizas fueron esparcidas bajo la tirolesa del edificio Hancock —le digo mientras le doy la espalda y me alejo de ese lugar.

—Espera —me detiene —Eso no es todo lo que tenía que decirte.

Regreso sobre mis pasos y me enfrentó a él de nuevo.

—Te he dicho que me he interesado desde antes por lo que pasó con Beatrice. Por lo que sé que lo que esparciste en el edificio no fueron sus cenizas.

No puedo contener la furia que sus palabras causan en mí, lo que provoca que lo tome por el cuello y lo estampe contra sus pantallas de computadora.

— ¿Qué estás diciendo? —le pregunto con tono amenazante.

Las manos de Caleb se apoyan sobre los botones que hay en el escritorio y uno de ellos provoca que una cosa que creí una pantalla se llenara de luz. El cuerpo de Beatrice suspendido en una clase  de líquido azul se ilumina; su piel envuelta en alguna clase de atuendo blanco destella con tanto brillo. Mis manos sueltan poco a poco el cuerpo de Caleb y se dirigen hacia la pantalla que en realidad es una cámara criogéna y el líquido azul no es un líquido si no una especie de gel frío. Sus ojos están cerrados y sus cabellos se suspenden entre la sustancia gelatinosa.

Instintivamente mi rostro se llena de lágrimas y me giro hacia Caleb porque mi enojo no ha desaparecido.

— ¿Cómo demonios te has atrevido a tenerla aquí? — Le digo mientras golpeo su mandíbula con mi puño—. ¿Qué derecho tienes sobre ella cuando es tu culpa que haya acabado así? —estrello su cabeza contra mi rodilla y le pateo en el estómago. Su cara está sangrante, pero no me importa, pienso matarle ahora mismo.

Él no dice nada y recibe mis golpes una y otra vez. Cae al suelo y escupe sangre. Se gira y me ve a los ojos mientras murmura:

—Estaba embarazada — detengo mi puño cerca de su cara. —Beatrice estaba embarazada—repite.

Se levanta del suelo. No puedo soportar la noticia que me está dando. Pego mis manos a cada lado de mi cabeza y trato de despertar de este sueño.

— ¿Cómo…? — no soy capaz de terminar la pregunta, sin embargo, Caleb la entiende al instante; se limpia la sangre con la manga de su bata y se mueve hacia sus computadoras. Empieza a tocar pantallas, botones y en la pantalla más grande me muestra unas gráficas.

—He estado haciendo análisis con el cuerpo de Beatrice —voltea a verme un instante, esperando a que lo vuelva a golpear por aquello, pero estoy tan conmocionado que soy incapaz de mover un solo músculo.

—Mi hermana sobrevivió al suero de la muerte, cosa que los puros genéticamente eran incapaces de hacer sin una inoculación. Lo cual quiere decir que ella tuvo características aún más especiales que cualquiera, por esa razón comencé a hacerle pruebas. Esto tardo más de lo esperado porque tuve que hacerlo sin que tú lo descubrieras, pero al final encontré cosas que no buscaba. En estas gráficas hay un estudio de distintos niveles de hormonas que hay en el cuerpo de Beatrice, — dijo señalándome la pantalla con la mano — como vez el nivel de progesterona y estrógenos es algo alto, pero lo que más me inquietó fue la presencia de la gonadropina coriónica humana o comúnmente llamada la hormona del embarazo. Esto me hizo hacer algunas investigaciones en otras partes del cuerpo que me hicieran confirmar lo que sospechaba.

Caleb mueve otras cosas en las pantallas y me muestra una simulación de los huesos de Tris.

—En esta parte — me señala la pelvis—, fue donde confirmé mis sospechas. Los huesos de la cadera de Beatrice comenzaban a abrirse, un ligero cambio, pero ahí está.

Más y más lágrimas atraviesan mis mejillas.

—Me sentí con la obligación de informarte de esto. Sé que eres el padre. Y además…

Un relato divergente: La vida de Cuatro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora