Capítulo 11

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Olivia decidió no entrar, quería quedarse en el frío hasta no sentir más los dedos o contraer una hipotermia tal vez. Pero después de unos minutos Elisa y Samantha aparecieron con botellas de cerveza y se unieron a ella, y durante varios minutos se rieron y conversaron.

Todo estaba relativamente tranquilo y divertido hasta que escucharon una voz masculina:

- Bien, bien, ¿qué tenemos aquí? – las tres se giraron y vieron un grupo de cinco muchachos que llegaban al bar. Ellos eran altos, dos más delgados y altos, tres con un porte más atlético y las miraban detalladamente mientras sonrían. – ¿De dónde vinieron tantas chicas lindas? – Se acercó al banco – Ustedes no son de aquí. – las tres se levantaron e intercambiar miradas.
-No, sólo estamos de paso – dijo Samy.
- Hace tiempo que no aparecían unas muñecas como ustedes por aquí. ¿Qué tal si bebemos un poco?
- Ah, nosotras ya bebemos, en realidad ya estábamos indo – dijo Olivia con prisa, agarrando las amigas por los brazos, pero después de dar un par de pasos, el chico se colocó delante de ellas.
- Pero todavía es muy temprano. Creo que ustedes pueden quedar un poco más.
- Ah, no... – murmuró.
- ¿No? – preguntó seriamente, miró a los amigos y todos empezaron a reír. Él se giró, mirándolas – No vamos a aceptar un "no".
- ¡Pero deberían! – se giraron y Ignazio llegaba acompañado de Gianluca y Piero.
- ¿Y quién piensas que es para decir lo que debo o no hacer?
- Eso no te interesa. – respondió con firmeza. El hombre lo encaró durante unos segundos y de repente dio un puñetazo en medio de la cara de Ignazio, derribándolo a la hora.
- ¡Hey! – Elisa gritó – ¡No toques en mi hermano! – gritó con rabia, él se giró y la miró mientras sonría con burla.
- ¿Y qué vas a hacer enanita?

Elisa apretó la boca. Golpear a su hermano ya era mal, pero hacer broma de su baja estatura ya era demasiado. Ella respiró profundamente y él seguía mirando con cara de burla, hasta que finalmente ella creó coraje e impulsó la pierna derecha, acertando la rodilla en las partes íntimas del hombre que se encogió en el mismo instante, mientras gemía y apretaba el área afectada con las manos. Luego estaba casi a la altura de ella. Ella dio una sonrisa de lado, cerró el puño y golpeó un puñado en la nariz de él.

Casi inmediatamente ella abrió la mano y estiró los dedos, aquello había dolido. Pero no hubo tiempo ni para reclamar, pues casi en el mismo momento uno de los hombres intentó avanzar sobre ella para defender al amigo y la confusión fue general.

Mientras los hombres intercambiaban golpes más agresivos, las chicas con la intención de ayudar, no quedaron fuera. Piero estaba siendo sacudido y Olivia acertó la botella de vidrio en la cabeza del agresor que se cayó al instante y ella inmediatamente le dio dos patadas en el estómago, haciéndole perder el aliento y desmayarse, Piero la miró admirado y luego sosteniéndola de la mano la hizo correr, era mejor ayudar a los demás;
Ignazio se rodaba por el suelo con un rival de tamaño proporcional, Samantha cogió una rama de árbol y empezó a golpear al hombre, e incluso sin querer acertó un par de veces en su propio novio, pero su actitud ayudó, ya que dejó al chico completamente tonto al golpearlo en la cabeza repetidas veces y luego ayudó a Ignazio a levantarse y oyó un orgulloso "esa es mi chica" y sonrió mientras se juntaban a Olivia y Piero que dio un fuerte golpe en otro que pretendía levantarse en el exacto momento;
Gianluca llevó un puñetazo en la cara y se cayó en el suelo, cuando aquel hombre grande lo agarró por el cuello él apenas exprimió la cara, se estaba preparando para recibir una paliza, pero en el mismo instante, Elisa lo acertó en la espalda con una lata de basura de metal, él soltó a Gian y se giró mirándola con furia, ella se asustó y empezó a retroceder y mientras él caminaba hacia ella, ella cogía todo lo que alcanzaba de dentro de la basura y arrojaba contra el hombre que caminaba cada vez más furioso. Ella intentó correr, pero al hacer, cayó torciendo el tobillo y pensó estar perdida, pero Gian, sosteniendo la tapa de la propia lata de la basura, lo golpeó en la cabeza, a la altura de la oreja y el hombre se cayó de rodillas.

En el mismo instante todos escucharon el ruido de sirenas, la policía había sido llamada y estaba llegando, Gian rápidamente ayudó a Elisa a levantarse y apoyada en él comenzó a correr solo con un pie, hasta que Ignazio con rapidez la hizo montar en su espalda y los seis huyeron rápidamente mientras el grupo de los cinco hombres intentaba hacer lo mismo en la dirección opuesta...

Y Vendrán Amores | Gianluca, Ignazio y PieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora